4.26 Antes de la tormenta (2)

361 69 4
                                    

Había una mezcla de orgullo y vergüenza en el corazón de Liam mientras se vestía con la armadura negra con protecciones plateadas, la primera era por la actitud de Dogo, el chico tímido que necesitaba que le dieran un empujón para dar un paso al frente era un hombre seguro que no lo necesitaba.

Y era esa parte la que le molestaba.

[Anfitrión, la guía de parejas menciona que debe haber reciprocidad en una relación, la vanidad y la pretensión podrían hacerle perder a su pareja]

– Haz una solicitud.

[Entendido, ¿qué tipo de solicitud?]

– Quiero un nuevo sistema.

[–_–]

Los ejércitos de Erion y Fando estaban a medio día de camino, dentro de la tienda de Angus, Damon tuvo la sospecha de que, sin importar si las cosas salían bien o mal, muchos de sus hombres morirían en las siguientes veinticuatro horas, hombres que lo eligieron y lo siguieron hasta los confines del mundo.

Había una sensación amarga en su pecho.

¿Por qué estaba haciéndolo?

Su padre no volvería de la tumba, aunque matara a su asesino mil veces, tampoco ganaría gloria por asesinar a un rey, si acaso, comprometería al paranoico de Arameo y les daría a los reinos justos una razón para invadir el reino de Napas, pasaría el resto de su vida como un fugitivo y no podría volver a usar el apellido Amenfor.

Eso claro, si todo salía bien.

En caso contrario, estaría muerto.

La comisura de sus labios subió en una delgada sonrisa, por alguna extraña razón, no le temía a la muerte, sentía que el propósito de su vida ya se había cumplido y como si su cuerpo respondiera a ese pensamiento, una punzada le atravesó el estómago y en una arqueada vomitó.

El dolor se mantuvo, vomitó una vez más y al tomar un paño para limpiarse notó el color rojo oscuro.

Sangre.

Afuera todavía se preparaban para el ataque, tenía algunos minutos, de prisa entró en su sistema todavía con el dolor y el monje apareció con la misma frase que repetía siempre.

– Hay tres cosas

– Ya lo dijiste, el resto de mi vida tendré pesadillas con esas tres palabras y

Se detuvo y miró con mucha atención su espacio, antes ya había notado que los objetos aparecían en el suelo, especialmente el banco viejo y redondo, siempre lo levantaba y siempre lo hallaba tirado, pero por primera vez, descubrió aquello que lanzaba los objetos al suelo.

Un relámpago negro se formó en el techo al igual que lo haría en el cielo y golpeó un libro de pasta negra, el relámpago se movió como una rama bajo la tormenta y después desapareció.

– ¿Qué está pasando?

– Reformule su pregunta.

– Esos relámpagos son iguales a los que produce la daga que me diste, ¿por qué están aquí?

– Buscando, Libro Tormenta Negra, capítulo diecisiete: Exceso de energía, cuando la energía excede la capacidad del contenedor surgen grietas, de continuar almacenándose más energía, el contendor se destruirá.

– ¿Qué pasa si fortalezco el contenedor?

– Buscando, Libro Tormenta Negra, capítulo diecisiete: Descripción de Exceso de Energía, se presenta un exceso de energía cuando los relámpagos negros se manifiestan sin aviso provocados por una explosión, el daño al contenedor es irreparable.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora