La tormenta duró tres noches, el mercado se cerró el primer día, pero para el segundo ya estaba abierto, sin importar lo fuerte que los golpeara el viento, la necesidad era más grande.
Al salir el sol, lo único que demostraba que hubo una gran tormenta, fueron los troncos de los árboles caídos.
Sarah Llara se limpió los zapatos antes de entrar y saludó a Liam – señor Reikon, ¿cómo pasaron la tormenta?
– Todo bien – respondió secamente.
– Si está preocupado, no hay razón, fue una semana baja, pero se repondrá muy pronto y escuché que un pueblo en el sur se inundó, así que tendremos muchos clientes en los siguientes días, incluidos magos – alegrarse de la desgracia ajena no era correcto, pero un comerciante debía ver más allá, no tenía tiempo para lamentarse por un desastre que era imposible de evitar.
Sarah se trasladó a la sala y vio a Saki recostado boca abajo con un libro en las manos, era la primera vez que lo veía sobre el sillón y también, era la primera vez que lo veía leyendo, tuvo algo de curiosidad – joven Alister, es bueno verlo, debió estar asustado durante la tormenta.
– No, Elliot me lo hizo mucho y nadie nos interrumpió, fue muy bueno – sonrió.
Los documentos en las manos de Sarah cayeron al suelo y giró la cabeza muy lentamente con la intención de preguntar exactamente a qué se refería, pero la expresión de pánico de Elliot y el ligero rubor en sus mejillas le dio la respuesta. Giró la cabeza de inmediato – eso es – habló con nerviosismo y recogió los documentos – estoy muy feliz por ustedes – quiso cambiar el tema – ¿qué estás leyendo?
– Es un libro de posiciones sexuales, estoy marcando las que ya probamos, pero hay muchas, señora Llara, ¿tiene una favorita? – extendió el libro.
Cambiar el temo no funcionó, de hecho, ahora era Sarah quien estaba avergonzada, tenía casi veinte años de casada y tres hijos, a su manera, Saki era igual a sus hijos y saber de su vida sexual era un poco incomodo, quiso ser profesional y miró el libro – bueno, supongo que, ¡oh, vaya!
Todas las posiciones en el libro involucraban a dos hombres, estaba fuera de su área de conocimiento, aunque no eran muy diferentes a las posiciones entre un hombre y una mujer – ¿has probado esta?
Un hombre estaba de pie mientras el segundo estaba de rodillas y una mano le empujaba la cabeza.
– A veces probamos excentricidades y olvidamos lo más común.
Saki miró con mucha atención – no de rodillas, Elliot se acuesta cuando lo hago – lo estaba pensando con mucha seriedad – podría ser muy diferente, Elliot quiero esta – señaló la página abierta.
Liam en verdad quería quemar todo el libro – después, Sarah y yo tenemos trabajo, ¿no quieres ir arriba?
– No puedo, me duele mucho la espalda.
Sarah bajó la cabeza – acabo de recordar, realmente no hubo mucha actividad esta semana, regresaré después.
– Me disculpo.
– No hace falta señor Reikon – sonrió al mirar a Saki – con su permiso joven Alister – y salió despedida de la casa.
Liam pensó en muchas formas de disculparse con la señora Llara.
Saki no prestó atención, se estiró un poco apoyándose en la almohada sobre el sillón y alcanzó el cinturón de tela de Liam para quitarlo.
– No puedes hablar sobre, lo que hacemos, en presencia de otra persona.
ESTÁS LEYENDO
No soy un virus, soy un acosador (primera parte)
RomanceDespués de invadir el sistema de un viajero de mundos, Dogo logró abrirse paso a un nuevo cuerpo y a una nueva vida. Esa nueva vida perfecta tiene un pequeño problema. - Por seducir al protagonista de esta historia y poner en peligro el mundo, voy a...