– ¡Sorpresa! – se esforzó por pensar en una buena frase, resultó que su esposo no sabía la verdad y no lo abandonó, pensando en eso tal vez fue un poco cruel al maldecirlo cada noche de los últimos cinco meses.
– Estás..., estás embarazado.
– Si, ya establecimos eso, no me inflé con aire, oye, ¿te encuentras bien?, te ves un poco pálido.
[Anfitrión, no olvide respirar]
Avis pensó lo mismo que el sistema y sacó un abanico de su espacio para enviarle aire – aquí hay una caja para que te sientes, pon la cabeza entre tus rodillas – agitó el abanico.
[Inhale, exhale]
Liam mantuvo la cabeza baja y comenzó a reírse, en su último mundo Nicolás no quiso decirle porque no quería adoptar, ni siquiera después de que sus mejores amigos lo hicieron, pensó que había abandonado esa idea o que no quería tener un hijo con él, no imaginó que lo vería de esa forma.
Su mano lo tocó lentamente – ¿cuánto tiempo?
– Ya que no nos vemos desde hace seis meses, tengo dos años de embarazo, ¿tú qué crees?
– Mi cabeza no está funcionando bien en este momento.
– Tampoco fue fácil para mí – mentira, la tribu de mariposas lo educó para esperar ese momento toda su vida, pero sentía un poco de pena por el hombre grande sentado delante de él – puede ser un poco abrumador al principio y sentirás mucha ansiedad, pero podrás superarlo. Te apoyaré.
– ¿Será niño o niña?
– No le he preguntado – debía dejar de dar respuestas ambiguas – soñé que era un niño.
Liam no podía dejar de abrazarlo.
El pequeño en el abdomen de Avis dio una pequeña patadita, era muy pronto para saber si estaba feliz o estaba alejando a su otro padre.
Joan esperó pacientemente hasta que escuchó silencio y entonces no pudo soportarlo más, abrió la puerta y los encontró a los dos abrazados – señora – corrió a unirse al abrazo.
... ... ...
Murmullos.
Sonidos de charla.
La noticia bailó entre los empleados de la tienda y se regó cuando llegó a los clientes. Dos días después de la llegada de Liam, toda la ciudad sabía que el esposo de la señora Samara había vuelto.
En esos meses desde que llegó a la ciudad muchos pensaron que era una prostituta que había quedado embarazada de un hombre casado y se vio obligada a mudarse.
Las personas eran muy imaginativas.
Todos esos rumores acabaron cuando el hombre a su lado con una máscara de mucha mejor calidad se paró a su lado, curiosamente las personas acertaron en los rumores, si se embarazo de un hombre casado, un hombre que estaba casado con él, que era muy alto, muy fuerte y causaba temor.
– Si, presumirte es lo mejor.
Liam no tuvo objeciones en usar la máscara que él le dio, pero estaba algo preocupado – ¿cuánto tiempo te quedarás aquí?
– ¿No te gusta?
– Prefiero un lugar donde no tengas que usar una máscara.
Si se mudaba tendría una casa para él solo y no tendría que estar usando esa máscara que cubría la mitad de su rostro, tampoco se preocuparía si alguien descubría que era un hombre y vería el rostro de su pareja.
ESTÁS LEYENDO
No soy un virus, soy un acosador (primera parte)
RomanceDespués de invadir el sistema de un viajero de mundos, Dogo logró abrirse paso a un nuevo cuerpo y a una nueva vida. Esa nueva vida perfecta tiene un pequeño problema. - Por seducir al protagonista de esta historia y poner en peligro el mundo, voy a...