6.40 Un único error (2)

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El cabello recogido, el atuendo de una bailarina y pasos de baile errados, el anuncio tenía un concepto, una joven aprendiz de un taller de danza preparándose para su presentación y cayendo a causa de los nervios, se levantaba, tomaba una bebida de parte de su madre que la estaba animando y volvía a la escena para tener una presentación impecable.

Mientras estiraba las piernas Aurora recordó una frase que escuchó de Nicolás tiempo atrás – beber una soda y actuar como si curara el cáncer – sonrió.

El turno de Cristina llegó, pasó a cambiarse, se quitó el maquillaje y al salir, les dedicó una sonrisa a los jueces, después, levantó los brazos y se preparó para caer con la elegancia de una princesa.

En su vida pasada, ese fue uno de los anuncios que le arrebató a Aurora, pero su felicidad fue efímera, un par de años después todos sus contratos le fueron arrebatados por la misma mujer a la que había menospreciado.

Y ella se convirtió en una mujer, demasiado mayor para la industria del espectáculo.

– Lo sentimos mucho, debió haber una confusión, no está, en el rango de edad que buscamos, queremos un enfoque más juvenil – dijo la asistente arrastrando las palabras.

Su comercial, fue arrebatado por Aurora.

Se forzó a sonreír – entiendo.

En su vida pasada no había tal cosa como un rango de edad, lo peor fue que su fotografía ya estaba en redes sociales, todos sabían que se presentó a la audición y cuando el comercial estuviera al aire sabrían que perdió.

Llegando a su departamento lanzó su bolso sobre la mesa.

Nada estaba saliendo como quería y se mordió las uñas por los nervios.

Todo sería diferente si no la hubieran chantajeado o sí hubiera conseguido que Vanguardia le hiciera un contrato, ella tendría ofertas llegando a su puerta en lugar de tener que ir a conseguirlas mientras Nova colapsaba, o sí conociera a la mente maestra detrás de Brisa de Mar, en su vida pasada esa persona jamás salió a la luz y se mantuvo escondida por la presidenta, todo lo que Cristina sabía era que se trataba de un hombre, si hubiera podido averiguar su identidad antes de su regresión, podría buscarlo en ese tiempo y lograr que se pusiera de su lado, o si Sebastián fuera la marioneta que fue en el pasado en lugar de ese astuto modelo con un asqueroso gusto por los hombres.

Todo era diferente

Dejó de morderse las uñas con una nueva idea, sí todo era diferente, debía haber un motivo y creyó conocerlo, no era la única que regresó del futuro y esa otra persona, lo hizo antes que ella.

Su rostro mostró una sonrisa siniestra al pensar en su siguiente paso.

El anuncio circulo muy rápidamente y el rostro que apareció fue el Aurora Islas, muchas personas admitían que le faltaba aprender, pero que tenía una base sólida.

Karla y Aurora se tomaron un par de días libres después de ese comercial y Aurora quería ocupar ese tiempo para sus estudios, el objetivo de ese trabajo de medio tiempo era pagar su colegiatura, de nada servía si comenzaba a reprobar exámenes.

Karla miró por la ventana – chofer, este no es el camino – tocó el vidrio que separaba la limosina y notó un olor extraño, su brazo se estiró para alertar a Aurora, pero se quedó dormida antes de poder lograrlo, pocos segundos después fue el turno de Aurora para desmayarse, al abrirse la puerta de la limosina, ambas estaban tendidas sobre los asientos.

Un secuestro mucho más limpio que el Nicolás, Cristina se lamentó por haber usado la ayuda de Gregory en lugar de encargarse en persona.

Era de noche cuando los ojos se Aurora se abrieron y se encontró dormido sobre un sillón rojo, sobre la mesa había comida dispersa y el departamento tenía altas ventanas rectangulares con vista a los edificios del centro.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora