2.8 Entrenamiento

679 119 16
                                    

Liam levantó las tapas de los platillos y descubrió una bandeja con doce tipos diferentes de aderezo, la segunda tenía un gran trozo de carne, la tercera era una especie de estofado y la cuarta era un conjunto de vegetales en una salsa blanca, curiosamente, era la que desprendía el mejor olor.

Cedric miró eso y de inmediato pensó en los cientos de formas en que el capitán Harlock le haría pagar por esa comida, desvió la mirada e ignoró su olfato – no necesito eso, me basta con una lumia.

Liam se burló – esa cosa ni siquiera debería ser llamada comida.

Un sentimiento extraño se instaló en el pecho de Cedric, no pudo entender la razón pero cuando escuchó al capitán Harlock insultando las lumias que eran básicamente su único alimento desde que se unió a la flota, fue como si hiriera sus sentimientos, bajó la mirada luciendo realmente miserable y apretando las manos se levantó inclinando el cuerpo para salir de ese ridículo sillón – no podemos abusar de los recursos del planeta, para su preservación, todos los soldados se alimentan de raciones, tiene razón, lo juzgué muy apresuradamente, es peor de lo que imaginé – dio la vuelta y se marchó.

Cuando lo vio irse, Liam tuvo una sensación extraña, recordó a Dogo parándose y dejando la mesa, él también había tenido una reacción similar y un gesto lastimoso en su rostro, para Liam era algo incomprensible, como un viajero entre mundos y ocupante de cuerpos ajenos, nunca sabía con qué tipo de situación iba a toparse, en ocasiones aparecía después de numerosas torturas en mundos donde todo lo que podía comer eran hiervas o frutas, por eso, siempre que podía probar algo delicioso lo hacía.

Sin embargo, no pudo evitar sentirse afligido, su salida de ese último mundo fue un poco abrupta, jamás imaginó que el virus al cual tenía que eliminar acabara teniendo sentimientos por él.

Se llevó la mano a la cabeza y probó la carne, era de algún tipo de bestia del pantano, eso sacaría los pensamientos extraños de su cabeza, por lo que siguió comiendo.

Varios pisos abajo en el interior de la base Cedric se alejó dando grandes zancadas, estaba molesto, realmente molesto, muy molesto, pero ese enfado no estaba dirigido hacia el capitán Harlock sino hacia sí mismo.

¿Por qué se sentía tan herido?

Parecía una chica después de recibir una ofensa de su pareja, algo en su pecho se comprimía obligando a su cuerpo a encogerse, por eso caminaba de esa forma, trató de sacar esas ideas de su cabeza, el capitán era un idiota, nada cambiaría eso, ni siquiera los latidos de su corazón.

Se concentró en su trabajo y descubrió que debía presentarse para entrenamiento con armamento, creyó que era un error, pero no lo fue.

– Sasha – saludó a su copiloto al tiempo que regresaba con el manual básico para el manejo de armas, ella sostenía una gran arma apuntando al frente con un casco en la cabeza, al verlo se lo quitó de inmediato

– ¿Lo viste?

– ¿Eh?

– Al almirante Axel, ¿lo viste?

– Si – ya había olvidado su encuentro con el máximo dirigente de toda la flota, lo cual fue extraño, se trataba de un hombre tan importante y al cual él admiraba, debería estar más sorprendido.

La expresión de Sasha era de desconsuelo – por favor, Cedric, di algo más, escuché que es más apuesto en persona, ¿es cierto? – Cedric se encogió de hombros – ¿qué me dices de su expresión?, escuche que es muy serio y frío, pero se relaja con sus amigos, el capitán es amigo suyo, tuviste que verlo – de nuevo él no supo qué responder – de acuerdo, ¿es más alto que el capitán?

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora