6.29 Reunión familiar

320 66 14
                                    

Casandra Bailey acomodó la comida dejando en claro que iban a quedarse.

Regina rápidamente se sentó junto a Sebastián – soy Regina Bailey, tu cuñada, Nicolás me habló mucho sobre ti, pero jamás mencionó que fueras el modelo de Vanguardia, ¿puedo tomar una fotografía?, prometo que la reservaré para mi uso personal – intentó decirlo de un modo amable, pero sonó muy aterradora.

– Seguro.

Aprovechando el momento Aurora llamó a Nicolás con una seña y los dos se reunieron en la cocina, ella lucía muy apenada – lo lamento tanto, ella llegó al departamento y dijo ser tu madre, tuve que contarle y después subimos y dijo que pondría a prueba a tu novio, si la puerta se abría, sonaba muy decidida.

Nicolás se lamentó – soy yo quién debería disculparse, mi madre, es bastante especial.

– Y también – Aurora se mordió el labio – vino a buscarte Gregory Holt.

– Mi amor, ¿qué estás haciendo? – los interrumpió Casandra – ven y ayúdame a servir, Sebastián, cariño, ¿tienes alguna alergia?

– Ninguna.

– ¡Maravilloso!, espero que no seas como mi hijo, este barril sin fondo se mete cualquier cosa a la boca.

Los ojos de Nicolás se agrandaron, era cierto que no tenía gusto para la comida, pero había formas de decirlo, sí lo contaba de esa manera parecía que andaba en callejones haciendo felaciones a vagabundos.

– No aprendas sus malos hábitos.

Liam sonrió – estoy acostumbrado, es una de las cosas que me gustan de él.

Si la madre de Nicolás no estuviera presente, él podría preguntar si se refería a su gusto por la comida o a las felaciones, esperaba que fuera lo segundo.

Para su mala fortuna, la conversación era entre su novio y su madre, él no tenía derecho de hablar.

– Y dime, ¿qué edad tienes?

El interrogatorio siguió.

Sebastián Saye fue modelo desde los trece años, comenzó en un comercial para un videojuego, de ahí se convirtió en modelo juvenil de ropa deportiva, a los quince su apariencia dejó de encajar con ese estilo y aceptó trabajos más serios y apenas pudo rasurarse fue la imagen de una reconocida marca de rasuradoras, gracias a esos trabajos, los representativos y los que pagaban poco, pudo costear sus estudios y actualmente estaba estudiando la carrera de Derecho penal.

Una pequeña chispa de orgullo asaltó a Nicolás, su perfecto novio acababa de dejar a su madre sin habla, tal hazaña merecía un trofeo.

– Eso es, asombroso, tus padres deben estar muy orgullosos.

Liam sonrió – mi madre murió cuando tenía seis años y mi padre vive con su esposa y tres hijas, nos separamos poco antes de que cumpliera trece.

Esa era información que ni siquiera Nicolás conocía y en un segundo Liam se ganó miradas de asombro y un poco de lástima.

– Estoy bien sobre ello, de hecho, mi padre es muy feliz, siempre quiso una hija y ahora tiene tres, todos ganamos.

Casandra se llevó la mano al pecho e intentó sonreír – él se lo pierde, ya lo veré cuando quiera ser parte de la vida de ambos, y, ¿cuánto tiempo llevan saliendo? – quiso cambiar el tema.

– Un par de semanas.

– Dos meses.

Nicolás y Liam intercambiaron miradas, Nicolás respondió un par de semanas porque contó desde el día en que abandonó a Gregory y Liam dijo dos meses porque contó desde su primera noche juntos.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora