2.10 Tatuajes (2)

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Liam estaba muy sorprendido por la respuesta física de Cedric, según los datos de ese mundo, el chico se negó a todos los intentos y avances del dueño original de ese cuerpo, su reacción no solo era de rechazo, era visceral, Cedric vomitó en más de una ocasión, se tiró al piso, sufrió mareos, enfermó. Su rechazó no podía ser más obvio y sin embargo ahora podía verlo temblando con las mejillas de un intenso verde y cuando bajó la vista por ese cuerpo delgado notó lo que era bastante obvio.

¿Qué cambió?

Tosió mentalmente recordando su misión, acercó el rostro hasta el cuello de Cedric, lamió el punto bajo su oreja derecha, escuchó un ligero gemido muy diferente a la reacción esperada, la diferencia de estaturas era muy grande, con los brazos le atrapó la cintura y lo levantó permitiendo que su boca pudiera bajar sobre el pecho de Cedric.

Sus manos se deslizaban muy fácilmente sobre la piel suave, su boca encontró el pezón y lamió muy lentamente mirando las expresiones que salían del rostro de Cedric.

Su cuerpo reaccionó.

[ ]

Cedric gimió una vez más, el tono de su voz se volvía más intenso, cada vez que el Capitán se movía, esa parte de su cuerpo se frotaba y sobre su espalda podía sentir como los dedos del Capitán Harlock recorrían su columna enviando pequeñas ráfagas de electricidad.

Lo más preocupante, era que el Capitán no estaba usando demasiada fuerza, sus manos no estaban aprisionadas, no había cuerdas que lo ataran y sus piernas levantadas también eran libres, no importa de qué forma lo viera, en cualquier momento podía golpearlo, empujarlo morderlo.

En lugar de eso, Cedric se encontró cerrando las piernas sobre la cintura del Capitán y pasando los dedos por ese cabello negro.

¿Qué le estaba pasando?

Cada vez que miraba hacia abajo se encontraba con esa mirada de ojos negros que parecían atravesarlo, de nuevo recordó que era su oportunidad de empujarlo. El Capitán Harlock pasó la mano sobre su muslo y con los dientes dio una pequeña mordida al pecho de Cedric.

Dos segundos después Cedric se encontró deslizando las manos por los fuertes hombros del Capitán para acercarlo.

[ ]

Harlock lo bajó un momento y atrapó la boca de Cedric.

[ ]

Cedric se negó a abrir la boca por el miedo y en lugar de un beso apasionado sintió como sus labios eran lamidos, Harlock besó la oreja de Cedric y acomodó su cuerpo, en esa posición, su mano los atrapó a ambos y comenzó a frotar.

Debía ser extraño y desagradable, pero cuando Cedric separó los labios para quejarse, todo en lo que pudo pensar, era que había dejado ir una gran oportunidad.

El espacio se volvió acalorado.

[ ]

Junto a él, Liam había perdido la cordura y siguió abrazándolo, sobre su espalda se trazaban líneas donde las yemas de los dedos de Cedric presionaban.

[Anfitrión, la misión]

Liam abrió los ojos recobrando el sentido y tragó saliva al darse cuenta de lo que estaba haciendo, su mano no se detuvo y su boca seguía besando la piel suave y fragante de Cedric, respiró con dificultad.

¿Qué demonios le pasó?

Apretó los dientes para despertar del sueño, no recordaba la última vez que se sintió excitado, recordaba haber coqueteado con algunas mujeres cuando era necesario, entre tantos mundos tuvo prometidas, novias y esposas celosas a las que debía convencer de que sus parejas seguían ahí, pero siempre representó un papel, jamás algo tan intenso, vio al propio Cedric respirando con dificultad y maldijo entre dientes.

¿Qué había hecho?

Su plan inicial ahora era basura, se suponía que iba a sujetarlo, empujarlo contra la pared, notar su tatuaje y hablarle al respecto, ahora había perdido su oportunidad, el ambiente era totalmente diferente, intentó componerse, era tarde para disculparse, vio que una de las piernas de Cedric se había soltado y tenía problemas para mantenerse en esa posición, lo levantó y se sentó sobre el suelo dejando que él se sentara encima suyo, mentalmente anotó no hacerle más daño a ese chico del que iba a hacerle en ese momento

Cedric se recargó sobre el hombro de Liam y lo abrazó con fuerza, sus gemidos quedaban atrapados hasta que no pudo soportarlo más.

Después de su liberación, su cuerpo perdió fuerza y quedó recostado sobre el pecho de Liam, él permitió que lo hiciera y a su vez se recargó en la puerta de cristal sin poder creer lo que había hecho.

Cedric tenía los ojos entrecerrados y la respiración acalorada.

En su mente, recordaba que odiaba el toque del Capitán Harlock, también recordaba que lo odiaba, Harlock era un vicioso desperdicio humano, basura que debía ser evitada y un pervertido sin moral ni escrúpulos, pero todo eso fue lanzado a lo más profundo de su mente como si nunca hubiera existido, cada toque, cada caricia, se sentía como si hubiera esperado décadas para que ese hombre lo tocara, su rostro se llenó de lágrimas y lo abrazó aferrándose a él, el capitán Harlock lo siguió sujetando sin permitir que cayera y la mano que lo sujetaba de la cadera se paseó por las escamas que él tenía en la espalda baja.

Después de algunos minutos Liam sacó al chico que ahora era peso muerto sobre su cuerpo y lo llevó a la tina para limpiarlo.

Cedric no recordaba una sola vez en su vida en que hubiera dejado que alguien lo tocara, lo secara, lo limpiara o lo vistiera y esa tarde todas esas cosas sucedieron, su mente se sintió embriagada todavía con la sensación de lo sucedido en el baño, fue como si se hubiera convertido en alguien más, alguien que anhelaba el toque humano como si hubiera encontrado el más grande tesoro del mundo, después de poco tiempo, se quedó dormido.

Cuando despertó ya era de noche, estaba sobre la cama y junto a ella vio al capitán Harlock sentado sobre uno de los sillones mirándolo con una expresión muy concentrada.

– Hola, ¿cómo te sientes?

No sabía porque, pero Cedric notó que el capitán Harlock estaba siendo muy frío – sí, yo, gracias por vestirme.

– Cedric, tenemos que hablar.

Algo pesado cayó sobre él, apenas unos momentos antes se sintió tan ligero, vio la expresión seria del capitán y temió lo peor, al segundo siguiente una pantalla fue lanzada a la cama, había un dibujo verde en una pantalla de cristal, no era como su tableta, era más bien un registro antiguo.

– El tatuaje en tu pecho, pensé que lo había visto antes así que lo investigue.

El corazón de Cedric se hundió, los hombres del Kraken llevaban décadas, tal vez siglos atacando a otros planetas, en algún momento alguno de ellos cayó en manos enemigas y la información de los tatuajes fue del dominio público, al ver esa mirada sobre él, Cedric imaginó lo que el capitán estaba pensando.

Solo los seguidores del Kraken llevaban esos tatuajes.

– Yo, yo no tengo que ver con él, no trabajo para él – las lágrimas bajaron por sus mejillas, el miedo se apoderó de su raciocinio, sí alguien pensaba que era un espía del kraken sus palabras no tendría peso, lo arrestarían, lo torturarían, el resto de su vida terminaría esa noche, con una sola palabra del capitán Harlock – yo jamás – pero no tenía palabras para explicarse, solo podía llorar.

– Confió en ti.

¿Qué?

Cedric casi deseó preguntar, ¿por qué?

– Pero necesito que me lo expliques – estiró su mano hasta tocar la de Cedric – nada saldrá de esta habitación sí no lo deseas, pero sí tienes información que nos ayude a derrotar a ese bastardo, cualquier cosa, no importa que pienses que es irrelevante, necesito que me lo digas.

Cedric bajó la cabeza y asintió, apretando los ojos para que las lágrimas dejaran de salir, sintió que su alma era ligera una vez más.

– No soy un reptiliano, soy un Adox, nací en la galaxia Zelta – sin duda alguna, relató cada episodio de su vida.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora