7.34 Riesgo prematuro

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El trabajo más difícil de mudarse no fue elegir la casa o mudar sus pertenencias, especialmente porque Liam viajaba con solo una maleta y Avis guardaba todo en su espacio.

No.

La parte más difícil fue hacer que la nueva casa fuera apropiada para un niño.

Desde las piedras en el jardín, los agujeros, grietas, tablas mal acomodadas, desniveles en el suelo, clavos salidos y charcos hasta cada gaveta que podía ser abierta por un niño pequeño.

– ¿No es demasiado?, ¿qué va a hacer?, subir a la silla, trepar a la mesa, gatear hasta la esquina y alcanzar los cuchillos, ¿qué estás esperando?, ponle un candado.

En la parte de atrás la partera sonrió recordando que sus amos eran primerizos y que eso era algo muy normal – usted no se preocupe, los niños crecen a golpes y porrazos, así se educan.

Avis enarcó los ojos, todos los niños del mundo podían crecer cayéndose y golpeándose, no el suyo.

Liam lo vio con los brazos cruzados y un gesto enfurruñado y le dio un beso en la frente – fue muy difícil conseguir una partera que tuviera experiencia en el parto de un liano, no la corras antes de que llegue la fecha.

Los hombres embarazados era un concepto aceptado por las tribus, no así por la raza humana que veía todo el asunto como un fenómeno anti natural y desagradable, por esa razón muchos de los hombres de la tribu de mariposas que nacían con esa capacidad y dejaban la tribu, usaban vestidos para ser confundidos con mujeres y evitar el escrutinio y la condena social.

Liam sabía que se no era el caso para Avis, a él no le importaba lo que las personas pensaran, a él solo le importaba verse hermoso.

La cuna se armó muy fácilmente, Avis se sentó, pidió una tarta, bebió un poco de jugo, se acomodó encima de un cojín y unos minutos mas tarde Liam había terminado de armar la cuna.

Si.

Muy fácil.

Ni siquiera se esforzó.

El jardín también fue arreglado muy fácilmente y Avis suspiró – fue un día tan largo y pesado, quiero descansar.

Liam que había hecho todo el trabajo lo cargó a la cama.

Tener un esposo era muy cómodo.

... ... ...

Joan los visitaba cada semana con alguna prenda en color amarillo por ser el color neutral, Avis ya había sido muy claro al decir que tendría un niño, pero Joan no perdía la esperanza de que fuera una niña.

Avis negó con la cabeza – será un niño – sentención por última vez.

Cerca de una semana antes de la fecha Avis se sintió un poco extraño y la caja de maquillaje en su mano cayó al suelo causando un ruido estrepitoso, Liam estaba en la otra habitación y fue a verlo.

– No te muevas, no tardaré mucho.

El semblante de Avis era pálido e hizo que Liam dejara de limpiar.

Había llegado el momento.

El pequeño Max se adelantó y los tomó por sorpresa, Avis se retorció por el dolor, trató de levantarse para ir a la cama, algo tan simple debía ser capaz de hacerlo.

Liam lo cargó y Avis lo agradeció.

La partera se precipitó a la habitación y lo revisó – voy a necesitar mucha agua y toallas, rápido – instó a Liam y él asintió.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora