5.33 Después de la misión

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Liam desenterró su espada y el cuerpo de Larin cayó al suelo, casi al mismo tiempo apareció el mensaje que indicaba que había completado tanto la misión principal como la misión secundaria.

La mayoría de las veces ese era el momento en el que salía despedido de un mundo y se mentalizaba para el siguiente, algunas veces tenía asuntos sin resolver y se encargaba de resolverlos o de buscar un sitio donde su cadáver no llamara la atención.

Nunca miró atrás, nunca tuvo un funeral y jamás pensó en lo que haría si algún día se encontraba en esa situación.

Ya no había una misión, lo que sucediera con su vida a partir de ese momento, era su decisión.

[Anfitrión, ¿qué desea hacer?]

El broche del collar de Saki se abrió y él pudo quitárselo con facilidad, tenía su habilidad de vuelta, podía abrir todos los portales que quisiera e ir a su espacio si así lo quería, con una gran sonrisa, corrió hacía Liam – Elliot – dijo su nombre antes de abrazarlo.

Liam le respondió a su sistema – me quedaré por tiempo indefinido.

[Respuesta recibida, entrando en periodo de hibernación, buena suerte Anfitrión =), estaré aquí por si me necesita]

Liam ni siquiera sabía que su sistema podía entrar en hibernación, de haberlo sabido, pudo enviarlo ahí mucho tiempo atrás.

- ¿Elliot? – Saki tenía la expresión de un niño al que no le estaban prestando atención e hizo un puchero.

– Lo lamento – dijo al sujetarle las manos y recordó su herida – tu mano, tenemos que vendarte.

– No duele – la sangre sobre su mano, adivinó que no era suya, no le dolía y no recordaba haberse herido, solo era sangre que apareció. De pronto se dio cuenta de que la sangre sí era suya y que, de hecho, había una herida que le atravesaba la mano – ¡ah!

Varios minutos después estaba en la cama de una posada en la aldea con la mano extendida sobre un paño, miró a Elliot y luego a su alrededor – ¿dónde están Romeo y Viola?

Liam se detuvo – Viola tuvo que regresar a su secta y Romeo la acompañó.

– ¡Oh! – bajó la mirada – ellos se ven bien juntos, a Romeo le gusta – se encogió de hombros.

– Me dejaron un mensaje para ti – mintió – dijeron que estaban muy felices y que te escribirían pronto – se agachó y sostuvo su mano.

– ¡Ah! – se quejó del dolor.

Su mano fue limpiada, Liam le aplicó un medicamento y la vendó con mucho cuidado, la presión fue un poco dolorosa, aunque la herida en sí era extraña, debía doler más, Saki se mostró muy tranquilo, sus heridas siempre sanaron rápido, en pocos días estaría como si nada hubiera pasado.

Liam era quien estaba más preocupado por la cortada.

Después de vendar la herida se preparó para dormir y Saki se recostó a su lado, había un extraño vacío en su pecho, la sensación abrumadora cuando se terminaba de leer un libro o se veía el final de una serie que se siguió por varias semanas, tenía el sentimiento de que no sabía lo que vendría.

No podía dormir.

A su lado Saki abrió los ojos repentinamente y giró hacia un costado, vio a Liam que estaba sentado sobre la cama y tiró de su camisa – no estás dormido – se quejó – y no me gusta tu expresión, hace que me de miedo.

Podía ser una coincidencia, o tal vez, Dogo había presentido que ese era su momento para irse – no, es imposible – pensó Liam y trató de cambiar la expresión de su rostro – tu mano, ¿ya no te duele?

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora