6.15 Los protagonistas (2)

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Las manos de Gregory apretaban el sobre rojo con rabia, de todas las personas en ese mundo, jamás pensó que su medio hermano se convertiría en su principal competidor.

– Vino a declararnos la guerra – dijo su padre mirándolo fijamente – a partir de ahora no podemos cometer más errores. En este momento tu relación con Nicolás es más importante que nunca.

El sobre terminó por ser lanzado hacia el bote de basura – todo lo que haces es repetirlo, para ti, mi única aportación a la empresa es él.

– Es porque así es, si tomaras tu trabajo en serio en lugar de promocionar a las modelos que van a tu cama, no estaríamos en problemas.

Gregory se llevó las manos a la cabeza tirando de su cabello por la desesperación – yo traje a Cristina Niente, tu preciada cenicienta, la joya de esta revista, fui yo quien la puso en el mapa, ¿qué has hecho tú?, todo el tiempo invirtiendo en negocios que no prosperan y cada vez usas esa misma frase, ¡La empresa necesita una inyección de capital!, la empresa agoniza porque tiene un cáncer y eres tú.

César Holt golpeó a su hijo en el rostro y lo miró con rabia – no te atrevas a hablarme en ese tono, he hecho todo lo posible para sacar esta empresa a flote, y sí, he tenido algunos altibajos, el mundo empresarial es un monstruo de grandes tentáculos, no puedes ganar todo el tiempo, pero sigo aquí, de pie, manteniéndome a flote porque tengo la fuerza.

– Lo que tienes es la cuenta bancaria de Nicolás.

En los últimos años, quién rescataba la compañía cada vez que los negocios del señor Holt fracasaban era la misma persona, sin darse cuenta él ya se había convertido en uno de los socios mayoritarios y si no fuera porque estaba enamorado de Gregory, ejercería ese derecho en lugar de estar en un trabajo del más bajo nivel donde tenía que correr de un lado a otro.

– No tienes idea de lo afortunado que eres por haber conocido a ese chico, ¿y qué si es nuestro principal benefactor?, nosotros obtenemos lo que queremos y él obtiene lo que quiere, es un trato justo, todos ganamos.

– Lo que él quiere es a mí, ¿venderías a tu hijo por unas cuantas monedas?

– Por supuesto que no, lo estoy vendiendo por millones.

No había lugar para la vergüenza en esa habitación y Gregory se sintió enfermo por haber sido parte de ese engaño desde el comienzo, solo quería salir de esa empresa e irse lo más lejos posible – ¿por cuánto tiempo va a seguir esta situación?, cuándo nos casemos o tal vez cuándo adoptemos un hijo o quizá cuándo sea un anciano decrepito sin vida.

La mirada de César se volvió aguda – sé un hombre y deja de quejarte.

Timothy había cumplido su propósito, ya podían dejar la empresa e ir a comer como le prometió a Sebastián después de llevarlo a ese lugar.

– Las fotografías ya están en línea, tuviste una buena idea.

Las fotografías de Sebastián Saye con el labio mordido y un chupetón en el cuello se relacionarían con el rumor de su cita con Cristina Niente y el resto lo harían los fanáticos. Timothy casi lamentaba no haber sido él quien tuviera la idea de explotar la aventura de su mejor amigo.

Aurora recibió un mensaje, el personal de seguridad ya había recibido su foto y ella podía volver a entrar, sonrió y giró de inmediato para abrir la puerta al mismo tiempo que Timothy la abrió y terminó golpeándole la frente y tirándola al suelo.

Fue solo un segundo, Timothy tenía la vista fija en el celular para mirar las reacciones por las fotografías de Sebastián, y al empujar la puerta no vio que había otra persona a punto de entrar.

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora