2.14 Destino (2)

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La imagen en la cabeza de Cedric no era uno de los cañones, sino el trayecto, el largo conducto que conectaba la nave con los cañones y que eran llamados tentáculos, justo en ese punto su visión apuntaba y se detenía una y otra vez como si no pudiera enfatizar lo importante que era tomar esa sección del resto de la nave.

Liam sintió que Cedric estaba más calmado y lo soltó para dejarlo hacer su trabajo, sus manos se apretaban mientras piloteaba y se desviaba, el lunar – dos siguió disparando, muchos de sus disparos fueron fallidos, los pilotos del Kraken siempre fueron superiores y recibían mucho daño.

La vista de Cedric se fijó una vez más, de pronto pensó seriamente en que debía tomar uno de los tentáculos como si ese hubiera sido el plan desde el comienzo, el plan del príncipe Dion. Levantó la vista y sintió algo de culpa, deseaba decirle al capitán Harlock lo que le estaba pasando, sí tan solo hacerlo no lo hiciera parecer un demente.

El capitán Harlock se movió a su lado y desactivo su consola, en medio segundo los controles pasaron a Sasha que abrió los ojos asustada, antes pensó que podría sustituir a Cedric como piloto de la nave, confiaba en que sus habilidades eran superiores a las de un simple compañero de cama, ahora que sostenía los controles y había visto lo que Cedric podía hacer, se llenó de temor y buscó un lugar para esconderse.

– Capitán – las palabras de Cedric fueron interrumpidas, el capitán Harlock lo abrazó desde atrás y le sujetó las manos, solo entonces se dio cuenta de que todo ese tiempo estuvo temblando, se llenó de vergüenza.

– Relájate, lo estás haciendo bien – lo abrazó con más fuerza y Cedric sintió que todo su cuerpo se relajaba y la fuerza regresaba, no, de hecho, era como si una fuerza diferente inundara su cuerpo, una especie de emoción, la sensación de algo que había estado buscando por mucho tiempo y que finalmente encontraba – ahora dime, ¿hacia dónde?

Abrió los ojos y presionó el botón para arrebatarle el control a Sasha que era la que ahora temblaba, se deshizo de los brazos del capitán y empujó con decisión – creo que podemos dañar la nave si arrebatamos una parte de uno de los tentáculos.

– ¿Cuál?

– El primero que atacamos, fue el mejor tiro, recibió el mayor daño, no debería haber problema.

Con un gesto, Harlock hizo que Jora revisara la información de la nave del kraken y buscara el ángulo correcto, tomó cerca de seis minutos, desde donde estaban el resto de la tripulación podía ver que el hombre trabajaba al máximo de su capacidad con información incompleta de una nave cuyos planos no poseían, aun así, logró encontrar el punto de inflexión, Harlock premió sus esfuerzos con un asentimiento – envía la información a artillería, vamos a destruir esa cosa.

Una gota de sudor bajo por la frente de Cedric.

– Mejor, avisa a ingeniería, vamos a arrebatar una sección, sí llevamos información actualizada de la nave esto podría considerarse una victoria.

– Enseguida capitán.

Cedric alzó la vista, antes buscó la forma de decir que no quería destruir la sección de la nave sin éxito y ahora con un par de palabras del capitán Harlock su mayor problema se resolvió.

En verdad juzgo mal a ese hombre. Dos horas pasaron desde el momento en el que cruzaron el espacio y toda la información que tenía de ese hombre se borró, su pasado como un jugador, las múltiples parejas conocidas, la actitud que tuvo al momento de conocerse y el hecho de que intentó forzarlo, todo desapareció, fue como si jamás hubiera sucedido, toda su atención se centró en la forma de ser actual del capitán, ese hombre duro que aparentaba ser irresponsable, esa persona, en realidad confiaba en él.

Su figura, su mirada, el aura que transmitía y el recuerdo de su cuerpo desnudo durante la ducha, todo fue reemplazado por esas pocas horas.

El proyectil de un barquero golpeó la nave del lado izquierdo empujándolos por el impacto, los escudos bajaron al mínimo, Cedric deseó golpearse en la cabeza, en un momento como ese él estaba pensando en su capitán desnudo.

¿Qué tan estúpido era?

El amor era un arma de doble filo, apagaba el cerebro de las personas, sí no tenía cuidado haría que los mataran a todos.

Un momento. ¿El amor?, justo en ese momento, ¿por qué pensó en ese sentimiento?

– Mantén comunicación con artillería, quiero dos disparos simultáneos y encárguense de los bichos – el capitán se paseó por la cabina y Cedric de nuevo se golpeó mentalmente, estabilizo la nave y esperó.

Dos disparos separaron una sección del tentáculo, la nave notó el daño y giró abruptamente, dos manos salieron de la sección baja del Lunar Dos, capturaron la sección cortada y Cedric llevó la nave en reversa.

Desde la gran pantalla de la cabina de mando del Almirante Axel, la escena no pasó desapercibida, originalmente hubiera preferido que el Lunar Dos disparara otro de los cañones terminando de inutilizar las defensas del enemigo, eso solo sería temporal, estaba claro que esa nave guardaba más sorpresas.

Sin embargo

El total de los barqueros rojos contra los cuales habían estado luchando hasta ese momento giraron desviando su atención y volaron en dirección a la nave del capitán Harlock, muchos de ellos habían estado luchando y perdiendo terreno, basados en el daño, para esas naves, derrotar otros dos navíos habría sido algo simple, en cambio abandonaron esa idea y persiguieron una sola nave.

Sonrió – Maldito bastardo – la silla giratoria giró – todos en fila, inicien la retirada y protejan al Lunar Dos – solo un idiota ignoraría que su viejo amigo cortó algo importante, de otro modo el Kraken no habría reaccionado de esa forma, recibió confirmaciones de las otras naves, los barqueros regresaron a sus navíos e iniciaron el plan de retirada.

Decirlo era más fácil que hacerlo, las naves del Kraken enloquecieron iniciando un ataque mil veces peor que el anterior, la nave del Kraken disparó en varias ocasiones destruyendo a sus aliados como efecto colateral sin que eso les importara.

En silencio, Axel miró la escena mientras escapaban pensando en qué tan importante sería la pieza cortada, pese a que esa era una huida, sintió que habían hecho un gran agujero en el ego del Kraken.

En el lunar – dos el corazón de Cedric latió con fuerza, esperó el siguiente ataque que fue dirigido hacia ellos y giró la nave dejando que el rayo golpeara uno de los asteroides, los trozos golpearon diferentes direcciones entre ellas el mismo navío, pero comparado con el daño por haber recibido ese impacto.

Fue un buen trato.

Dentro de la sección cortada por los tentáculos todas las puertas fueron selladas, el daño que se localizaba en varias secciones no impidió que pudiera haber personas con vida.

Tres soldados fuertemente armados bajaron sus armas y permanecieron de forma dócil, desde esa estación, las consolas transmitieron una señal que permitiría al Kraken seguirlos a través del espacio, antes de que ese día terminara el Kraken tendría a su alcance las bases de la flota intergaláctica.

Sonrieron maliciosamente.

El comando se completó, pero antes de poder mandarlo, el soldado se llevó la mano a la cabeza, su mente fue invadida por imágenes extrañas, miró a su alrededor a sus compañeros y los vio con los uniformes de la flota, los habían invadido – imposible – sin dudarlo disparó y los asesinó a ambos.

Los dos soldados no tuvieron tiempo para entender lo que estaba pasando y el soldado restante tampoco entendió lo que estaba haciendo, después de matar a sus compañeros, disparó a su cabeza y murió.

En una habitación sellada, dentro de la sección que fue cortada y que ahora estaba protegida por el escudo del Lunar – Dos, se encontraba un joven delgado, su cabello era azul y había ataduras en sus manos que dejaron marcas sobre su piel delgada y suave.

El príncipe Dion sonrió con una expresión de felicidad. 

No soy un virus, soy un acosador (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora