CAPITULO 29 (Hogar...)

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Ayden

Hogar dulce hogar

El olor a vainilla entra en mis fosas nasales al entrar al apartamento. Y es la mejor sensación del mundo.

Los malditos entrenamientos del gimnasio me dejan echo polvo. Todas las mañanas me encargo de realizar los mismos ejercicios mientras soporto a todo tipo de adolescentes sin idea de deporte, ni conocimientos de boxeo.

Me encanta mi trabajo, después de siete años tengo la suerte de decir que me gusta y el gimnasio es prácticamente mio.

Ahora soy dueño de dos centros, el de menores dónde intento ayudar a los niños que necesitan consejos o compañía, y el gimnasio dónde intento aportar lo mejor de mi y que todos los empleados y clientes estén contentos y cómodos. De momento parece que lo estoy consiguiendo.

Ambas cosas son una gran parte de mi. Una parte a la que tengo que dar gracias por convertirme en la persona que soy ahora.

Sin embargo, existe otra cosa que me importa mucho más que eso.

Mis tres chicas favoritas.

- ¡Papi, papi! - grita la pequeña voz que me hace sonreir todos los días después de trabajar. Mi principal razón de matarme a entrenar como un maldito cabrón, merece la pena.

- ¿Que tal el día preciosa? - pregunto con una sonrisa. Jessie levanta sus pequeños brazos para que la coja en brazos y la alzo bien alto. A esta pequeña le encantan las alturas.

- Muy bien. Las tres hemos visto dos películas de dibujos y Kora me ha puesto muchas canciones de Shawn Mendes. - explica feliz mostrando sus pequeños dientes de leche. Acaricio su pelo azabache y admiro el color de sus ojos, azules como los de su madre.

Es una copia de ella.

- ¿Dónde están mamá y tu hermana?- pregunto confundido al no verlas por ningún sitio. Kaycee sería incapaz de dejar a Jessie sola en casa.

- Kora esta en la habitación hablando en llamada con un amigo y mamá en la cocina innovando con la cena.- dice  gesticulando con las manos. Dejo el enorme bolso de ropa sucia en el suelo y con cuidado la dejo tumbada en el sofá.

- Con un amigo- repito molesto. Creo que tengo pendiente una larga conversación con ella.

¿Qué demonios hace hablando con chicos? ¡Tiene catorce años!

- ¿Puedo preguntar una cosa?- susurra timida utilizando ese tono de voz tan adorable que es imposible decirle que no.

- Claro que puedes, Jess. ¿Qué duda tienes en esa cabecita?- suspiro agotado con ganas de saludar a la chica que estará desesperada en no quemar el horno con tal de sorprenderme.

Ojalá algún día se diera cuenta de que no es necesario que haga nada, con ella no me hace falta nada más.

- ¿Qué es hacer el amor, papá?

El rostro se me descompone en menos de cinco segundos, frunzo el ceño y la observo más avergonzado que ella sin saber que responder.

Tiene los mofletes sonrosados y las pupilas brillantes. Su mirada espera una buena explicación mientras guardo silencio. ¿Qué coño le digo a una niña de siete años?

Kaycee (♡3 Temporadas♡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora