-¡Eh! Es la hoja que se me perdió. ¿Dónde la has encontrado? ¿Y ese papel tan
raro que apareció era tuyo? La señorita Angorian dijo que era interesante y se lo
llevó a su casa.
-Gracias -dijo Howl-. ¿Dónde vive?
-Encima de la tienda de té de la señora Phillips. En la calle Cardiff -informó
Neil-. ¿Cuándo me vas a dar el nuevo disco?
-Cuando te acuerdes de cómo sigue el resto del poema -dijo Howl.
-¡No hay derecho! -dijo Neil-. Ahora ni siquiera me acuerdo de lo que estaba
en el papel. ¡Eso es jugar con los sentimientos de las personas!-. Se calló cuando
Howl se echó a reír, se metió la mano en uno de los amplios bolsillos y le pasó un
paquete plano-. ¡Gracias! -exclamó Neil devotamente, y sin más se volvió a sus
cajas mágicas.
Howl plantó el ramillete de raíces otra vez en la pared, sonriendo, y les hizo una
seña a Michael y a Sophie para que salieran de la habitación. Los dos muchachos se
lanzaron a una frenética actividad y Mari se metió entre ellos, observándolos con el
pulgar en la boca.
Howl se dirigió deprisa a las escaleras rosas y verdes, pero Michael y Sophie se
quedaron cerca de la puerta de la habitación, preguntándose qué sería todo aquello.
Dentro, Neil leía en voz alta:
-Estás en un castillo encantado con cuatro puertas. Cada una se abre a una
dimensión distinta. En la Dimensión Uno el castillo se está moviendo
constantemente y puede encontrarse con obstáculos en cualquier momento...
Mientras cojeaba hacia las escaleras, a Sophie le pareció que aquello le resultaba
familiar. Vio que Michael estaba parado en la mitad, con aspecto avergonzado. Howl
estaba al pie de las escaleras discutiendo con su hermana.
-¿Qué? ¿Has vendido todos mis libros? -oyó decir a Howl-. Necesito uno en
especial. No eran tuyos, no tenías derecho a venderlos.
-¡Deja de interrumpirme! -contestó Megan en tono bajo y feroz-. ¡Escúchame!
Ya te he dicho antes que no soy un almacén para tus cosas. ¡Eres una vergüenza para
mí y para Gareth, andando por ahí con esa ropa en lugar de comprarte un traje
decente y tener un aspecto respetable por una vez en tu vida, y juntándote con esa
gentuza y esos mendigos, y trayéndolos a esta casa! ¿Estás intentando rebajarme a tu
nivel? Con todo lo que estudiaste y ni siquiera tienes un trabajo decente, no haces
más que andar por ahí, desperdiciando todos los años de universidad, echando a
perder todos los sacrificios que hicieron por ti, malgastando tu dinero...
Megan habría sido toda una competidora para la señora Fairfax. No paraba de
hablar. Sophie empezó a comprender cómo había adquirido Howl el hábito de
escabullirse. Megan era el tipo de persona que te hacía retroceder en silencio hacia la
puerta más cercana. Desgraciadamente, Howl estaba atrapado contra las escaleras
con Sophie y Michael a su espalda.
-... no has trabajado un solo día en toda tu vida, nunca has tenido un trabajo del
que pudiera sentirme orgullosa, nos avergüenzas a Gareth y a mí, viniendo aquí y
malcriando a Mari -siguió Megan sin piedad.
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EL CASTILLO AMBULANTE
Teen FictionEste libro es para Stephen. La idea de este libro me la dio un chico durante la visita a un colegio, cuando me pidió que escribiera un libro llamado EL CASTILLO VIAJERO. Apunté su nombre y lo guardé en un lugar tan seguro que no he podido Encontr...