“En el que Sophie expresa sus sentimientos con
herbicida”
HOWL ABRIÓ LA PUERTA de la tienda al final de la tarde y entró silbando
alegremente. Parecía haberse repuesto de lo de la raíz de mandragora. Sophie no se
sintió mejor al descubrir que después de todo no había ido a Gales. Le lanzó su
mirada más furibunda.
—¡Cielo santo! —dijo Howl—. ¡Casi me convierto en piedra! ¿Qué pasa?
Sophie replicó enfadada:
—¿Qué traje llevas puesto?
Howl se miró la ropa de color negro.
—¿Acaso importa?
—¡Sí! —gruñó Sophie—. ¡Y no me vengas con monsergas de que estás de luto!
¿Cuál de los dos es en realidad?
Howl se encogió de hombros y levantó una de las mangas como si no estuviera
seguro cuál de los dos era. La miró con expresión desorientada. El color negro se
corrió hacia abajo desde el hombro hasta el extremo de la manga puntiaguda. El
hombro y la parte superior de la manga se tornaron marrón y luego gris, mientras
que la punta se fue tornando cada vez más negra, hasta que Howl quedó vistiendo
un traje negro con una manga azul y plateada cuyo extremo parecía haber mojado en
un bote de alquitrán.
—Ese —dijo, y dejó que el negro volviera a extenderse hasta el hombro.
Por alguna razón Sophie se sintió más enfadada que nunca. Soltó un gruñido de
ira sin palabras.
—¡Sophie! —dijo Howl, con su mejor humor, intentando razonar con ella.
El perro-hombre abrió con el hocico la puerta del patio y entró. Nunca dejaba
que Howl hablara mucho tiempo con Sophie.
Howl se lo quedó mirando.
—Ahora tienes también un perro pastor alemán —comentó, como si estuviera
contento de tener una distracción—. Vamos a necesitar mucha comida para
alimentar a dos perros.
—Solo hay uno —dijo Sophie irritada—. Está hechizado.
—¿Ah, sí? —dijo Howl, y se dirigió al perro con una velocidad que demostraba
lo aliviado que se sentía de alejarse del Sophie. Aquello era lo último que quería el
perro-hombre, por supuesto. Retrocedió. Howl saltó y lo agarró con las dos manos
por su larga pelambrera antes de que pudiera llegar a la puerta—. ¡Es verdad!
—siguió, arrodillándose para mirar a los ojos del perro pastor—. Sophie, ¿por qué no• •
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Hola a todos por fin pude actualizar el libro lo que pasó es que me robaron mi teléfono dónde tenía el libro PDF pero hoy recupere el PDF por eso estoy actualizando hoy
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EL CASTILLO AMBULANTE
Teen FictionEste libro es para Stephen. La idea de este libro me la dio un chico durante la visita a un colegio, cuando me pidió que escribiera un libro llamado EL CASTILLO VIAJERO. Apunté su nombre y lo guardé en un lugar tan seguro que no he podido Encontr...