-Y usted debe de ser la señorita Angorian -dijo Howl-. Siento mucho
molestarla, pero la semana pasada cometí un estúpido error y me marché con los
deberes de mi sobrino en lugar de coger un papel bastante importante que yo
llevaba encima. Tengo entendido que Neil se lo dio como prueba de que no mentía.
-Pues sí -dijo la señorita Angorian-. Será mejor que entre y se lo lleve.
Sophie estaba segura de que todos los ojos invisibles se abrieron como platos y
que los cuellos invisibles se estiraron al máximo cuando Howl, Michael y ella
cruzaron el umbral y subieron las escaleras hasta llegar a una sala de estar pequeña y
austera.
La señorita Angorian le dijo a Sophie con consideración:
-¿No quiere tomar asiento?
Sophie todavía temblaba a causa del viaje en el carruaje sin caballos. Se sentó
encantada en una de las dos sillas. No era muy cómoda. La sala de la señorita
Angorian no estaba diseñada para la comodidad, sino para el estudio. Aunque muchas de las cosas que allí había eran extrañas, Sophie reconoció las estanterías
cubiertas de libros, las pilas de papel sobre la mesa y los ficheros apilados en el suelo.
Se sentó y observó cómo Michael la miraba con ojos tímidos y Howl utilizaba su
encanto.
-¿Cómo sabe quién soy? -preguntó Howl de forma seductora.
-Parece que ha dado usted pie a muchas habladurías en la ciudad -dijo la
señorita Angorian, mientras arreglaba los papeles sobre la mesa.
-¿Y qué le han dicho los que propagan esos rumores sobre mí? -preguntó
Howl. Se apoyó lánguidamente en el extremo de la mesa e intentó que la señorita
Angorian le mirara a los ojos.
-Que aparece y desaparece de forma impredecible, por ejemplo.
-¿Y qué más? -Howl seguía los movimientos de la señorita Angorian
mirándola de tal manera que Sophie supo que la única oportunidad que tenía Lettie
era que la profesora se enamorara de Howl inmediatamente.
Pero no era ese tipo de mujer.
-Muchas otras cosas, la mayoría negativas -dijo la profesora, e hizo que
Michael se ruborizara cuando le miró. Luego le dirigió a Sophie una expresión que
sugería que no sería apropiado que oyera los detalles. Levantó un papel amarillo con
los bordes ondulados hacia Howl-. Aquí está -dijo con severidad-. ¿Sabe lo que
es?
-Claro -dijo Howl.
-Entonces, por favor, dígamelo -dijo la señorita Angorian.
Howl cogió el papel. Hubo cierto forcejeo cuando intentó tomar la mano de la
señorita Angorian al mismo tiempo. La profesora ganó la batalla y se llevó las manos
a la espalda. Howl sonrió de forma encantadora y le pasó el papel a Michael.
-Díselo tú.
El rostro ruborizado de Michael se iluminó en cuanto lo vio.
-Es el conjuro. Este sí que sé hacerlo, es de agrandamiento, ¿no?
-Ya me lo parecía -dijo la señorita Angorian en tono acusador-. Me gustaría
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EL CASTILLO AMBULANTE
Teen FictionEste libro es para Stephen. La idea de este libro me la dio un chico durante la visita a un colegio, cuando me pidió que escribiera un libro llamado EL CASTILLO VIAJERO. Apunté su nombre y lo guardé en un lugar tan seguro que no he podido Encontr...