Esta historia comienza después de la boda de Lety y Fernando, a partir del capítulo 300 de nuestra querida Telenovela.
La misma está compuesta por su trama de cada uno de los personajes, con ideas aportadas con las chicas integrantes de nuestro grup...
- Eduardo: No mi niña, es solo el piso del barco, que es de cristal para observar el fondo del mar y los animales.
- Laura: Si, he oído hablar de él, es un semi submarino, con fondo de cristal, en el que puedes, hacer una excursión por los 22 km de Playa un poco mar adentro y La Bahía de Matanzas.
- Chofer: Así es, el viaje dura tres horas y media, si eligen esta opción deben reservar el pasaje, desde la mañana.
- Reina: ¡Llévame Eduardo, anda no seas malo yo quiero ir, ándale siiiii!
Decía Reina con el gesto que hacía Quico del "Chavo del Ocho".
- Yovany: ¿Reina, qué es eso de estar pidiendo cosas, niña? Por favor, tú vas a donde te lleven, no pidas nada. ¡Qué pena, por Dios!
- Eduardo: No se apene mi suegro, es solo una niña.
- Dayami: ¡Pero muy malcriada, eso sí!
- Eduardo: ¡No! ¡Es solo curiosidad! Déjala, todo está bien.
- Guillermo: ¡Qué niña esta!, ¡Qué barbaridad!
- Eduardo: ¿Qué hacemos mi Reina?
- Laura: No sé amor, elige tú.
- Eduardo: Yo también, adoro la belleza marina. Los demás, lugares de los que usted nos habló, prefiero verlos en otra ocasión que no faltará, desde luego. ¿Verdad mi amor?
- Laura: Si, mi ángel.
- Eduardo: Entonces llegamos a reservar el pasaje del submarino, para ver los animales del fondo marino, nos bañamos en el mar, almorzamos en un Restaurante y luego nos vamos de excursión en el... ¿Cómo se llama?
- Laura: Varasub.
- Eduardo: Eso, Varasub.
- Reina: ¡Ehhhhhh!
Así mismo lo hicieron. Ya eran como las 9:00 AM, cuando todos estaban disfrutando del baño del mar, después de la reserva del puesto del submarino.
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Habían comprado comida ligera y refrescos para la estancia en la Playa y también un termo portátil con agua fría, el cual se quedaría en La Habana. Reina, no paraba de jugar con la arena junto al abuelo, que se había encontrado un caracol en la orilla de la Playa y se lo había regalado a la niña. Los padres descansaban sobre unas tumbonas, a la sombra de la sombrilla de Playa y la abuela de Laura, era la encargada de tomar las fotos y vídeos del viaje, así se lo había pedido su nieta. Laura junto con Eduardo estaban dentro del mar, ya en la parte honda, aún dando pie muy aislados de las pocas personas que había en el lugar.
