💖Te Amaré Siempre: Sólo Dios Sabe Cuánto Te Amo... Sólo Dios lo Sabe (I)💖

💖Capítulo 103: ¡Qué Yo no Soy su P...!💖

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- Enfermera: ¡Venga conmigo mamá... Deje el bolso con el padre!

- Jaime: ¡Que yo no soy su p...!

Angélica lo interrumpe con un beso ligero mientras la enfermera entraba con el niño al cuarto de baño. Jaime se sorprendió, era la segunda vez que lo interrumpía cuando quería decir que no era su padre. Igual recibió el beso con mucho agrado, luego se saboreó la boca.

- Enfermera: Papá por favor, ¿puede alcanzarme el termómetro que lo dejé arriba de la mesa para tomar la temperatura?

- Jaime: ¡Y dale Juana con la palangana! ¡Qué no soy su papá, hombre!

- Enfermera: ¡Bueno, está bien! ¡Alcánceme el termómetro, ándele!

- Jaime: ¡Ahorita mismo se lo traigo!

Aldo y Esther estaban disfrutando de su cena y ambos se comían con la mirada. Luego de terminar, Esther fue a quitarle un grano de arroz de la cara que le había quedado y Aldo le cogió la mano y se la besó suavemente. Luego puso la mano de ella entre las de él y le dijo:

- Aldo: ¿Te gustó la cena?, ¿estás complacida? Porque yo no.

- Esther: Si, a mí me gustó, ¿y por qué no estás complacido?

- Aldo: Porque el postre que más me gusta no lo he podido probar, es algo que deseo desde hace rato.

- Esther: ¡Ah sí! ¿Y qué es?

- Aldo: No te lo puedo decir ahora porque tengo ganas de ir al baño... Por favor, ¿me permites?

- Esther: ¡Oh, claro que sí, no faltaba más!

Aldo sale apresurado para el baño.

Luego del baño con agua de ambiente, el niño tenía mucho frío y lloraba porque no lo dejaban arroparse.

- Enfermera: Mamá es mejor bajarle la fiebre así y que no le den convulsiones que tengan un final fatal, es mejor que llore ahora por esto y que no lloren después los familiares. La fiebre es muy peligrosa, puede traer serios trastornos en la cabeza e incluso la muerte de la persona, por eso es importante vigilarla. Lo mejor, además de la medicina que se le pone que tiende siempre a subir, es darle estos baños.

- Angélica: ¡La comprendo, seño!

Aldo vuelve del baño y se sienta más cerca de Esther.

- Esther: Ahora me puedes decir, ¿qué es lo que deseas desde hace rato?

Aldo no responde, solo la mira y se le acerca mirando su boca. Esther se pone inquieta. Ambos labios se encuentran en un beso cálido que disfrutaron al máximo. Luego se separarse Aldo dijo:

- Aldo: ¡Este es el postre que quería! ¡Estuvo delicioso!

Ambos se vuelven a besar y son interrumpidos por el mesero que traía una botella de vino con dos copas que Aldo había pedido a la mesa. Aldo destapa la botella y sirve las copas:

- Aldo: ¿Brindamos por nuestro futuro?

- Esther: ¿Nuestro futuro?

- Aldo: Si, tú, yo y nuestra relación que quiero formalizar, claro si estás de acuerdo.