Volviendo al presente.
La jefa de sirvientas entendió qué el castigo al que se refería la duquesa era este, la humillación de servir al fruto del anterior matrimonio de su señora, el joven Maximilian. Quién había sido tratado peor que a un animal, y que a estas alturas ya habría sido completamente olvidado por todos, incluyendo a su madre, de no ser porque al investigar a la sirvienta Amber, su nombre salió a colación.
"Su alteza, -habló de nuevo la criada, su voz era tan baja- ¿Puedo pedir algo en vez de la compensación económica extra?"
La duquesa se sorprendió porque la criada se atreviera a hacerle una petición, pues poco antes esta chica parecía estar a punto de desmayarse debido al miedo.
Pero como ahora Cecilia Creonia se encontraba de mejor humor, tenía curiosidad de saber qué pediría la pequeña sirvienta.
"Bueno, habla"
"¿Mi señora, podría permitirme sacar libros de la biblioteca?"
"¡Te estás pasando!" Gruñó en advertencia la jefa de sirvientas a su costado
Sin embargo, la duquesa le hizo una seña para que se callara y le preguntó a Amber
"¿Para qué?"
"Es para que el joven amo pueda estudiar, su alteza"
Tal declaración de una simple criada causó la risa llena de ridículo de la duquesa
"Realmente te has encariñado con esa maldita cosa, Amber... Pero está bien, lo permitiré, de hecho lo permitiré para ambos. Ahora, ¡retírate!"
"Gracias su alteza" Amber se inclinó hasta que su frente tocó el suelo y luego se fue, dando tres pasos hacia atrás antes de girarse.
Mientras volvía a las habitaciones de la servidumbre, su mente trabajaba a marchas forzadas.
No le estaban dejando otra salida, al final todo continuaba su implacable cause hacia su terrible final, al igual que en la novela.
-Esto debe ser obra del duque. No me creo que la duquesa haya pensado en traer una simple criada de las cocinas como yo para servir a su esposo, contando que tan solo nos vimos una vez, y que también eso había disparado sus sospechas sobre el duque-
Amber llegó a su cuarto y en cuanto cerró la puerta sintió que las fuerzas la abandonaban, desplomándose sobre la cama.
Las lágrimas corrían por sus mejillas debido al miedo a su cruel destino.
¿En verdad todos sus esfuerzos habían sido en vano? ¿Realmente estaba destinada a sufrir y morir de una manera tan cruel?
Las lágrimas pronto empaparon su almohada, sin poder detenerlas, rememorando una y otra vez la escena de su muerte en la novela.
Amber lloró tanto hasta quedarse dormida.
Cuando se despertó, la luz afuera de su ventana indicaba que pronto sería medio día, dándose cuenta de que debía haber dormido aproximadamente solo una hora.
"¡!"
Si ella no aparecía para la hora de la comida, el pequeño duque se preocuparía y vendría a buscarla. Amber no quería que Maximilian la viera en tan lamentable estado, llorosa, desesperanzada y desaliñada. Al menos para él, ella debería de tener siempre una sonrisa.
Así que arregló su cabello y uniforme, además de lavarse el rostro. No podía hacer nada para ocultar sus ojos rojos e hinchados, pero ahora debería de verse un poco mejor.
"Me niego a darme por vencida... Sea como sea, no puedo permitirme dejar una huella tan terrible en la mente de Maximilian debido a mi muerte"
Mientras Amber se dirigía a las cocinas para buscar comida para el almuerzo del joven duque, iba enumerando en su cabeza todas las posibles salidas para que ambos pudieran sobrevivir.
O, en última instancia, si ella debía enfrentar la muerte bajo la crueldad de los duques, al menos jamás permitiría que Maximilian lo supiera. Preferiría irse y hacerle creer que se fue a buscar su propia felicidad, dejándolo sin mirar atrás, a que su muerte le causara tanto sufrimiento como en la novela.
En la novela.
La muerte de Amber, no solo le causó una fiebre persistente al chico, sino también un terrible sufrimiento físico y mental, cambiando su personalidad, de una tímida, suave y cálida, a una fría, inexpresiva y cruel.
Viviendo constantemente en el pasado, tan solo sobreviviendo de sus pocos recuerdos felices con Amber. Pasando cada noche en medio de constantes pesadillas, donde sudaba y gritaba en medio de la agonía de tener que verla morir una y otra vez, sosteniendo su mano en su último aliento y, luego, corriendo hacia su cuerpo mutilado. Siempre sin poder hacer nada, siempre viendo impotente como le arrebataban a la única persona que se preocupó por él.
Verse cubierto en la sangre de ella cada noche, lo llevó a desarrollar una obsesión con la limpieza que no le permitió disfrutar de nada.
También desarrolló delirios, en donde creía ver el espíritu de Amber, porque para él, ella jamás lo dejaría solo en este mundo. Hablaba con ella y se imaginaba como hubiera sido "la pequeña albóndiga" si esta hubiera podido nacer.
Claro, todo hasta que, haciendo uso de la magia prohibida, intentó revivir a Amber. Entonces, descubrió que ni siquiera su espíritu estaba con él ahora, pues nunca pudo encontrarlo.
Maximilian estuvo investigando este hechizo durante dos años* completos, solo para traerla de vuelta. Y poco a poco se fue perdiendo más y más en la desesperación. Maximilian no quería aceptar que ella lo había dejado completamente.
Por desgracia o por fortuna, gracias a la guerra que estalló cuando él tenía 19 años, tuvo que suspender sus investigaciones.
Y entonces, en medio de la guerra, conoció a Alelí, una de las cinco santas del templo y la heroína de la novela original, quien le dio nuevamente luz a su vida, y de quien se enamoró profundamente.
Pero nuevamente el destino le jugó una mala pasada, convirtiéndolo en el villano que se "interpuso" entre el amor de Alelí y Leonardo Hill (Leo), a pesar de que Maximilian y Alelí se conocieron primero.
Leonardo Hill, era ni más ni menos que el héroe de la novela y también el nuevo hermanastro de Maximilian, quien tenía su misma edad.
Este era el hijo que vino con el nuevo matrimonio de su madre, la duquesa; luego de la muerte del anterior duque (Duncan*). Su nuevo padrastro, era nada más y nada menos que el marqués Alex Hill*, un antiguo amigo de su madre, de cuando esta aún era una princesa del reino.
*N/T: En la novela original, desde el inicio del acoso del Duque hacia Amber hasta la muerte de esta última, transcurre un año. Y desde su muerte hasta que la duquesa se vuelve a casar, transcurre otro año. Por ello Maximilian tenía 14 años cuando su madre se casó con su tercer esposo.
*Su investigación e intentos sobre este hechizo en particular transcurre desde que Maximilian tenía 16 años hasta la edad de 19 años, cuando estalló la guerra.
*Este era el tercer matrimonio de su madre, solo que ahora ella sí se casó con un hombre de su misma edad. Un viudo.
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El regreso de la extra
RomanceAmber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges. Un desafortunado vill...