Desde aquel día, cada mañana Amber encontró afuera de la puerta, joyas y pequeños cofres repletos de oro, haciéndola sentir inexplicable y un poco irritada.
¿Qué quería decir William con esto? ¿Por qué aún no se había ido?
Al principio, ignoró aquellos tesoros, pero después de una semana completa de ser entregados, y cuando incluso habían formado una pequeña montaña dorada y brillante frente a la entrada, ya no pudo hacer de cuenta que no los veía.
Creyó que esta era una especie de disculpa hacia ella, así que habló en voz alta, sabiendo que él la estaba escuchando.
"Yo... ya no estoy enojada, solo... quiero esperar a solas hasta que mi joven Duque regrese, como me lo prometió" La mayoría de estas palabras eran una mentira, estaba irritada porque mientras William estuviese ahí, ella no podría regresar a la capital.
No hubo respuesta o movimiento desde el bosque.
"Aún tienes un gremio que dirigir, ¿Realmente planeas dejar que tus competidores se lleven todo el mercado?... ellos deben estarse riendo ahora mismo. Deberías volver, yo estaré bien aquí"
Will entre el follaje del árbol: "..."
Como imaginaría Amber que esta era la manera en la que cierto jefe del gremio Cuervo, sin ninguna experiencia en el romance, estaba intentando ganar su corazón.
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A pesar de que, por un lado, William estaba intentando aprovecharse de la ausencia del chico y conquistar a Amber. Su prioridad continuaba siendo encontrar noticias sobre Maximilian. Esa era la principal razón por la que había enviado a Owen a reunir nuevamente al gremio y restablecerse.
Entonces, dos semanas después, al fin hubo noticias.
"En el palacio, fuertemente custodiado. Entre la vida y muerte. Una santa, Alelí"
Decía la nota escrita por Mike, fue lo que encontró después de infiltrarse en el palacio real.
El rey había mantenido en secreto la condición del chico de tal forma que incluso todos los estudiantes de la academia real creían que Maximilian se había retirado a un lugar secreto de la academia para encabezar un experimento revolucionario sobre la magia.
De esta manera, si el chico moría, su majestad simplemente podría decir que algo salió mal con el experimento y no habría un culpable... protegiendo así el prestigio de su hermana la Duquesa.
Los ojos de Will se llenaron de una frialdad sin precedentes cuando lo pensó.
¿Por qué había podido hacerse tan amigo de ese chico?
Por qué sentía que ambos eran parecidos y sus intereses eran similares sin chocar entre sí, pero se complementaban.
Ambos habían tenido infancias difíciles, y se habían vuelto fuertes por sí mismos.
Pero la única diferencia era que él no tuvo a una Amber en su vida.
Y este era el único punto por el que chocaban, por qué cuando lo pensaba, Will no podía evitar sentir celos.
Si Max la había conocido durante su infancia, no era tan malo quitársela ahora, ¿cierto?.
William tenía que regresar a la capital, todavía tenía una deuda con ese chico, y tenía que pagarla personalmente.
Además, no confiaba en absoluto en el carácter de esa santa, Alelí. Cualquiera podía ser menos ella.
Aún recordaba la primera vez que la vio... intentando usar la voluntad de la gente para quitarle algo a su Amber. Frente a él es... ¡¡imposible!!
A la mañana siguiente, en vez de un nuevo montón de oro, Amber encontró una nota pegada en la puerta.
"Sé buena y quédate en casa. Tengo algo que hacer en la capital.
Volveré con noticias del chico, lo prometo
Att: Will"
En cuanto Amber terminó de leer, tomó todo el oro que había dejado Maximilian y partió hacia la capital.
Esta vez tenía mucho, y nadie podía saber que estaba usando un disfraz mágico que los detectores no podían descubrir.
Entonces, usaría los portales de teletransportación y podría llegar en unos cuantos días a la capital.
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Alonso tenía un severo dolor de cabeza.
Un mes había pasado desde que Maximilian fue herido y cuando intentaron investigar a su cuñado, fue como levantar una piedra y que cientos de cucarachas salieran desde debajo de las piedras.
¡¿Qué rayos estaba haciendo Duncan al reunir a un pequeño ejército justo bajo sus narices?!
Lo peor es que, cada vez, unas horas después de capturarlos, las personas morirían envenenadas aun antes de poder interrogarlas.
Todos muertos, excepto por ese viejo mayordomo del Ducado. Al que tuvo que sacar del calabozo después de interrogarlo, por el bien de Cecilia.
Entonces, al viejo mayordomo se le permitió despedirse del Duque antes de ser desterrado del reino.
De esta forma se cortó toda ayuda y fuerza detrás del Duque.
Lo peor era que, Maximilian continuaba inconsciente.
Hace días el médico del palacio dijo que el chico ya no se debatía entre la vida y la muerte, así que el templo vino y quiso llevarse la Santa Alelí de regreso.
Pero él no lo permitió, no hasta que todas las heridas fueran curadas y el chico despertara.
El Duque fue muy cruel con ese pobre chico, cada corte, no solo fue profundo... sino que estaba lleno de aura de espada... él realmente quería desfigurarlo.
Alonso había visitado a su sobrino varias veces durante este mes, y en cada ocasión veía a la Santa Alelí colapsar después de usar todo su poder para sanar a Maximilian.
Entonces, Alonso estaba muy apenado y agradecido con la santa.
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Alelí se estaba probando frente al espejo, el nuevo vestido hecho en seda y bordado en hilo de oro que le había obsequiado su majestad.
Completamente extasiada.
Su vida en el palacio era perfecta, y quería que continuara así, pero, lamentablemente tenía miedo de que el médico real descubriera que estaba retrasando apropósito la recuperación del príncipe Maximilian, así que tuvo que ceder y curar sus heridas internas.
Pero... esto causó que el templo viniera a por ella, planeando sustituirla con otra santa para curar las heridas externas.
¡¡Estaba tan enojada!!
Afortunadamente, su majestad se resistió a dejarla ir, y le pidió especialmente que restaurara la apariencia del príncipe y lo viera despertar, antes de irse.
Y hoy era el día en el que fingiría intentar curar el rostro.
Pero esta vez planeaba colapsar "enferma" por una semana luego del tratamiento... de esta manera, si enfermaba cada vez que curara una zona, tal vez podría quedarse un par de meses más en el palacio y continuar viviendo como una princesa.
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El regreso de la extra
RomanceAmber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges. Un desafortunado vill...