Maximilian había despertado en cuanto el hechizo se activó.
Los sirvientes tenían estrictamente prohibido entrar a su dormitorio, así que sabía perfectamente que este era un intruso.
Tal vez alguien enviado por el Duque de Argen, su padrastro.
"¿Te gusta mi hechizo?" Preguntó con una voz tan fría que helaba el alma "Lo aprendí hace poco, por aburrimiento, y encanté todo el piso en la habitación. Cualquiera que entre, aparte de mí, será inmovilizado en el acto"
"¡¡¡...!!!"
¿Pero qué clase de poder mágico monstruoso poseía este niño para poder encantar toda una habitación y aún conseguir mantenerlo activo mientras dormía? Ni hablar de la dificultad que representaba formular matrices mágicas.
Will ahora podía entender perfectamente por qué había tanto revuelo entre los magos desde que se reveló que este heredero de la sangre Argen tenía maná.
Maximilian bajó de la cama, lentamente acercándose a él mientras el aire parecía estarse congelando, abriéndose paso entre la oscuridad.
Tenuemente iluminado por la llama azul, estaba la mitad del rostro, blanco y delicado, de un adolescente. Sin embargo, la frialdad en ese par de los ojos azules no correspondía en lo absoluto a un niño de su edad.
William sabía por Amber la clase de sufrimientos que había vivido el chico desde su nacimiento, pero al mirar aquellos ojos, él pensó que quizás aún había mucho que Amber desconocía sobre el sufrimiento del heredero de los Argen.
Maximilian sabía que debería interrogar al perpetrador y luego deshacerse de él, pero al pensar en matar por primera vez no pudo evitar sentirse renuente.
Si podía evitarlo preferiría no hacerlo, no quería cargar eso en su conciencia.
Sobre todo porque no paraba de pensar en Amber, si ella lo supiera seguramente se pondría muy triste.
Sin embargo, tampoco podía dejar que los guardias encontrarán al intruso.
Si su tío lo torturaba y el nombre del actual Duque de Argen salía, su majestad investigaría a fondo y seguramente llegaría a escuchar sobre Amber.
Esto era lo único en lo que ese miserable y él estaban de acuerdo, su majestad jamás debería enterarse sobre la existencia de Amber.
Aún recordaba la ira que sintió cuando ese... Hombre vino a preguntarle sobre su paradero, intentando convencerlo de hablar con decenas de razones.
Y cuando él se negó a responder, el Duque sonrió burlonamente.
"Tan solo eres un niño, en cambio, yo sí puedo protegerla. Si me dices en dónde está te garantizo que ambos te daremos pronto un... "
Alcanzó a decir justo antes de que fuesen interrumpidos por la Duquesa.
Después de eso, el Duque no volvió a buscarlo.
Pero no podía sacarse de la cabeza lo último que dijo
¿Un qué? ¿Por qué ambos le darían algo?
Y ¿Por qué quería encontrarla? ¿No le había bastado todo lo que la había hecho sufrir en el Ducado?
Maximilian tenía un mal presentimiento al respecto. Duncan Valis de Argen no estaba buscando a Amber para amenazarlo a él, como lo hacía la Duquesa. No. Él la estaba buscando por otra razón, algo que, aunque no entendía, le ponía la piel de gallina.
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El regreso de la extra
RomansaAmber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges. Un desafortunado vill...