Capítulo 143

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Esa tarde, él se había levantado de cama a pesar de estar famélico y con fiebre, y había estado agitando la espada de práctica nuevamente sin descanso, aun bajo la lluvia... pero ya nadie se atrevía a intentar detenerlo en la academia.

"Ahora está muerto... ¿Puedes dejar de intentar autodestruirte?... y... cúlpalo solo a él, tu madre ya ha sufrido demasiado"

Su majestad le preguntó mientras él lo ignoraba, y solo cuando escuchó la última parte el chico se detuvo.

Habían trascurrido únicamente algunos meses desde que Amber murió, y ese maldito hombre (el Duque) había tenido una muerte tan cómoda... Maximilian no estaba reconciliado.

Y ahora... ¿su majestad también le estaba pidiendo que dejase ir a la Duquesa?.

Maximilian simplemente no respondió a las palabras del rey, y, en cambio, incluyó a este en su resentimiento.

Alonso Creonia miró el mango de la espada de práctica, el cual ya estaba teñido con la sangre del chico, y sus ojos se tiñeron de frialdad.

"¿Realmente era esa sirvienta más importante que la mujer que te dio la vida?" Preguntó insatisfecho.

"No vuelvas a mencionar a Amber... ¡Jamás!"

Alcanzó a decirle a su tío, antes de que su vista se volviese completamente negra y se desplomara, inconsciente.

Y cuando despertó, días más tarde, se disculpó con ella entre lágrimas

"Lo siento, Amber. No pude hacerlo mejor, y él se fue impune"

Maximilian ahora sabía que el rey había investigado todo.

Alonso Creionia haría todo lo posible para proteger a su hermana, Cecilia; incluso si para esto debía asesinar a su propio sobrino, el último descendiente de la sangre de Argen.

Y haber venido a verlo en esa ocasión, para decirle que dejara ir a la Duquesa, era su última advertencia... de lo contrario, no dejaría que un poder que crecía para amenazar a un miembro de la familia real siguiese existiendo.

Así que, Maximilian comprendió que si quería ser capaz de dañar a la Duquesa, solo podía mantener un perfil más bajo y hacerle creer a su majestad que había abandonado la idea de la venganza.

A partir de entonces, se obligó a ser paciente y fingió ser un estudiante "normal" durante el día, pero por la noche entrenaba hasta que ya no podía más.

De por sí, su salud ya había mermado mucho después de la muerte de Amber.

Primero por el tiempo en el que permaneció enfermo e inconsciente, luego de presenciar todo lo que le hicieron con sus propios ojos, y después, fue aquel infernal entrenamiento para vengarla al que se sometió a sí mismo.

De no ser por la ayuda del templo, Maximilian habría muerto varias veces.

El director de la academia real, sabía que el chico debería continuar entrenando al mismo ritmo de antes, pero ahora a escondidas.

Sin embargo, aun así no se lo dijo a su majestad, y fingió no darse cuenta, solo para protegerlo.

Pero no podía permitir que continuara de esta forma, así que habló con él para hacer un trato.

Él cubriría el tiempo de sus entrenamientos ocultos y le proporcionaría un lugar seguro en la academia para su uso, y a cambio, el chico se aseguraría de dormir al menos 6 horas diarias, comer y asistir a clases.

Maximilian aceptó el trato, pero pronto se reveló otro problema: le era imposible dormir, y cuando lo lograba, despertaba en medio de horribles pesadillas.

Cada noche podía oír sus gritos mientras la azotaban con el látigo y él suplicaba al Duque que la dejase ir... veía a Amber morir en sus brazos y sus manos se tenían con su sangre, y luego... tenía que verla nuevamente siendo cortada por la espada del guardia.

Entonces, luego de saberlo, el director comenzó administrar al chico pastillas para dormir con regularidad.

El tiempo pasó y, varios meses después, Maximilian se enteró de que la Duquesa se había vuelto a casar cuando se vio obligado a regresar al Ducado, durante las vacaciones, y que un tal Leonardo Hill era su nuevo hermanastro.

Se decía que ambos tenían la misma edad, y este entró también a la academia cuando ambos cumplieron 15 años.

El chico tenía el cabello castaño y los ojos verdes.

Parecía estar siempre sonriente y tenía talento para la espada, pero desde que se enteró de quién era Maximilian... parecía haberlo tomado como el rival en su corazón, siempre intentando encontrar un sentido de existencia frente a él.

 parecía haberlo tomado como el rival en su corazón, siempre intentando encontrar un sentido de existencia frente a él

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Pero, ciertamente a Maximilian no le importaba mucho, y solo quería que lo dejaran en paz.


A los 16 años, la vida que llevaba Maximilian, ya no parecía vida... Sí, dormía y comía, pero parecía estarse dando por vencido con el tiempo.

Así que un día, el director dijo algo aparentemente "por error" frente a él; quizás el hombre tan solo quería darle algo por lo que permanecer vivo.

Y así supo de la existencia de la magia prohibida, de la que se decía "incluso podía revivir a los muertos por un precio".

Por supuesto que a él no le importaba cuál fuese ese precio... estaba dispuesto con tal de recuperarla, incluso si para lograrlo tenía que dar su vida a cambio.

Investigó y buscó libros al respecto durante mucho tiempo, con la ayuda del gremio cuervo, soportando continuar con vida, aun en medio de las constantes pesadillas y el insomnio que lo torturaba.

Hace mucho que la medicina para dormir que le daba el director había dejado de tener efecto en él, y cada vez requería de dosis más fuertes tan solo para lograr dormir por algunas horas.

Entonces, un día, cuando creyó que estaba a punto de perder las sus fuerzas para continuar... comenzó a verla por todas partes, sonriéndole... tal como la recordaba.

Esto lo ayudó a mantenerse vivo, sirviéndole como un consuelo y volviendo su vida un poco más tolerable.

El decano permitió que Maximilian experimentara con magia en una de las torres de la academia, y él cambió su dormitorio a este lugar.

El chico estaba convencido de que ella continuaba a su lado, solo esperando a que él la trajera de vuelta.

Así que no permitía que nadie se acercara a su torre... nadie debería poder acercarse a su Amber, pues, para él, ella era tan frágil al ser solo "un alma", y temía que pudieran dañarla.

El regreso de la extraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora