Capítulo 149

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"Comienza"

Maximilian escuchó una voz masculina reconociéndola como la de su tío, Alonso Creonia.

-¡No!... ¡Aléjate!-

Alguien había comenzado a retirar las vendas de su rostro. Sabía que no sería Alelí, esa mujer superficial, ¿Cómo podría tocar la carne desfigurada?. En el campo de batalla, ella solo imponía sus manos a cierta distancia, cosas como vendar o desinfectar a los heridos siempre las hicieron otros.

Pero no quería dejarle ver a esa mujer su estado vulnerable, ella no es digna.

Todavía tenía unos cuantos segundos.

Maximilian condensó las pocas fuerzas que logró exprimir a su cuerpo herido para rechazar el poder de la santa, formando un escudo mágico extremadamente delgado al ras de su piel. 

Fue cuando la santa intentó curarlo, y logró mantenerlo apenas el tiempo suficiente hasta que ella ya no pudo resistir seguir vertiendo su poder.

¡Y qué si queda cubierto de cicatrices! 

Cuando lograra recuperar su maná, bastaría con retroceder el tiempo de solo este cuerpo por el tiempo suficiente para recuperarse totalmente de sus heridas.

Maximilian tenía una única preocupación...  que Will no le fallase y protegiera a Amber hasta que él pudiese ir a buscarla.

Al pensar en su mejor amigo y en cómo habían resultado las cosas, casi quería reír. 

En aquel pasado, cuando Alelí reveló sus verdaderos colores, Will le dijo "Te lo dije", y luego se mantuvo a su lado.

Pero nunca creyó realmente que la mujer llamada Amber, hubiera sido sinceramente bondadosa con Maximilian.

¿Quién diría que solo bastó que la conociera para que se tragara sus palabras y ahora incluso se hubiese enamorado de ella?

Maximilian tenía muchas ganas de ver a ese testarudo avaro y decirle "Te lo dije", como él lo hizo en el pasado. 

Mientras Amber estuviese bien, no importaba nada más. 


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En el reino se hablaba de un príncipe abandonado. 

Antes había sido el mago más poderoso del reino, pero "un accidente mágico" lo había desfigurado, dejándolo en coma. Y por si fuera poco, los magos de la torre dijeron que ya no podían sentir ninguna fluctuación mágica a su alrededor. 

Se decía que majestad se lamentaba, que había querido a su sobrino como a un hijo.

"La esperanza de mi reino, la última sangre de los Argen. Mis predecesores me culparán"

Hubo un periodo de duelo y el pueblo oró a la diosa Karat para que Maximilian de Argen pudiese despertar.

Pero, después de un mes, fue como pasar página y solo se quedó en una plática morbosa entre los sirvientes del castillo.

Con el estado de sus heridas, la deformidad impactante, no muchas mucamas se atrevían a servir a un príncipe abandonado. ¿Qué beneficios les traería alguien a quien incluso su majestad había abandonado?.

Pero su alteza, el príncipe heredero, no podía abandonar a su primo. Maximilian necesitaba a alguien que se quedase a su lado, limpiara sus heridas y moviera su cuerpo gentilmente de vez en cuando para evitar que este se atrofiara. 

Nezar no quería obligar a nadie a que sirviera a Max, por miedo a que lo maltratasen o fueran negligentes. 

"Estoy dispuesta su alteza real. Por favor, elíjame, jamás descuidaré a su alteza Maximilian"

La joven parecía tener alrededor de veinte años, era hermosa, de cabellos negros y ojos marrones. Una criada de las cocinas. 

"¿Tu nombre?"

"Respondiendo a su alteza real, esta criada se llama Verónica" Amber habló haciendo una reverencia, según le habían enseñado cuando entró a servir al palacio

Nezar asintió y le ordenó que lo siguiera. 

Cuando los magos dijeron que no podían sentir ninguna clase de maná en el cuerpo de Maximilian, y luego del "luto nacional", su majestad había cambiado las habitaciones de su primo a una parte lejana del palacio, supuestamente para "no perturbar su descanso". No era más que su clara voluntad de abandonarlo.

"Este patio es enteramente de Maximilian"

Entraron a un patio pequeño repleto de hierba alta, atrás habían quedado los pisos blancos y pulidos, y las columnatas de mármol, las pinturas al óleo y las esculturas de oro. 

"Puedes ocupar la habitación contigua por el bien de vigilarlo de cerca. Los vendajes deberán cambiarse cada día, y deberás lavar todo su cuerpo, antes de poner la medicina y volver a vendarlo. 

Deberás recordar girar su cuerpo con cuidado cada cierto tiempo para evitar que salgan llagas. 

He dejado instrucciones para que alguien surta la despensa una vez cada quince días, pero tendrás que cocinar para ti misma. 

Tendrás medio día libre cada tres meses, y el salario será..." 

Mientras caminaban, el príncipe heredero iba dictando las condiciones de cuidado para su alteza, y al final la trajo frente a la cama de la persona a la que más habían anhelado ver en todo este tiempo. 

Amber bajó el rostro y aguantó las lágrimas cuando lo vio, todo su cuerpo estaba vendado, y solo lo cubría una sabana. 

¿Este era realmente Maximilian?... ¿Cómo es que pudo terminar en este estado?

Nezar vio a la criada sujetando con fuerza sus enaguas y creyó que estaba soportando el miedo o el asco, así que quiso cerciorarse 

"Si te estás retractando de tu palabra, esta será la última oportunidad que te daré para arrepentirte sin enfrentar consecuencias"

Amber negó y la voz quebrada sorprendió a Nezar

"Por favor, deje que le sirva a su alteza Maximilian. Nunca me arrepentiré"

En la academia había muchas chicas que amaban a su primo, pero amaban su estatus, su apariencia o su poder. Quizás esta criada había sido una antigua admiradora de su primo, ¿alguien realmente sincera?.

Aun así no confiaba ciegamente en sus intenciones, así que sería mejor seguir viniendo de vez en cuando, para que la criada no se atreviera a descuidar su deber.

En cuanto la puerta se cerró y Amber se quedó a solas con Maximilian, ella se hincó al lado de la cama y lloró amargamente.

Los sollozos silenciosos poco a poco se fueron convirtiendo en gritos, dejando salir de su corazón toda la angustia que había tenido que soportar hasta el momento. 

Logrando despertar la conciencia de Maximilian, que hasta ahora dormía para recuperarse rápidamente.

-¿Quién llora tan tristemente?-

De pronto, Amber sujetó la mano vendada de su pequeño Duque y Maximilian, que aún no la reconocía, quiso alejarla.  

"Lo siento... lo siento..." Ella se ahogaba con su propio llanto "Es mi culpa, si tan solo fuese más fuerte"

-¿Amber?... ¡¡Amber!!-

Maximilian quería desesperadamente levantarse y poder estrecharla entre sus brazos, secar sus lágrimas y decirle que todo estaría bien de ahora en adelante, porque él la protegería. Jamás nadie se atrevería a hacerle daño nunca más.

Había anhelado tanto este rencuentro, lo soñó cientos de veces, pero jamás imaginó que sería de esta manera. 

Qué impotente se sentía ahora, ni siquiera podía decirle una palabra de consuelo a la mujer que amaba.

-No llores, Amber. Por favor... no llores más-

Pero el llanto no se detuvo, rompiéndole una y otra vez el corazón, hasta que ella se quedó dormida de cansancio al pie de su cama.

Hacía frío, pero su cuerpo estaba en el piso. Era tarde, pero Amber no comió nada y había llorado tanto. 

Él supo que se había quedado dormida cuando escuchó la suave respiración a su lado.

El regreso de la extraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora