Capítulo 42

1.2K 143 18
                                    



Luego de secar las lágrimas del pequeño Duque y de haberle ayudado a lavar su rostro.

Amber le entregó su obsequio de cumpleaños, y Maximilian volvió a sonreír alegremente, mostrando sus dos lindos colmillos y poniéndose de inmediato el prendedor de Zafiro en la solapa de su traje.

"Combina con sus hermosos ojos, joven Duque" 

Dijo ella, sin ninguna otra intención, pero aun así las orejas de Maximilian se enrojecieron tanto que intentó ocultar su vergüenza metiendo un gran bocado de pastel en la boca.

Lo que causó que se viera como una linda ardillita con las mejillas rellenas, acompañado de la risa disimulada de Amber, y el rostro aún más sonrojado del pequeño Duque.  


Después de disfrutar del pastel de cumpleaños, ambos decidieron que saldrían a caminar a aquel jardín de rosas en donde antes solían ir a jugar, y en donde se habían conocido hace más de cinco años. 

Al principio, Maximilian iba dando pequeños saltitos, recordando donde se había caído, la vez que el jardinero encargado casi los reprendió persiguiéndolos con una escoba por romper una de las rosas por accidente, o aquella ocasión donde habían intentado elaborar juntos una corona de flores con algunos desperdicios de la poda, espinándose los dedos.

Amber reía al recordarlo... después de todo, cuando conoció al pequeño Maximilian ella misma tenía doce años. 

En ese momento, el chico se detuvo de pronto, pareciendo pensar en algo. Y se volteó para observar el gran ventanal en lo alto, el cual debería pertenecer al estudio del Duque. 

Si lo pensaba bien, todo el extraño comportamiento de Amber había comenzado cuando ella le dijo que ya no podrían volver a jugar en este jardín. 

El chico de pronto se detuvo en seco y la llamó por su nombre

"Amber" 

"¿Sí, joven Duque?"

Ella volteó al contestar y Maximilian la sujeto de las manos, viendo con tristeza la diferencia en el tamaño de estas.  Amber tenía las manos pequeñas y delicadas de una dama, así que las suyas deberían ser las manos grandes y fuertes de un hombre, pero a comparación, ahora mismo eran incluso un poco más pequeñas que las de ella.

La luz de la luna caía sobre sus cabezas, mientras el chico continuaba sujetando sus manos, completamente serio. Lo que comenzó a preocuparla.

 "Amber... huyamos juntos del Ducado"

Soltó de pronto, lleno de decisión, para sorpresa de ella.

"¡...!"

"Todavía recuerdo que di mi palabra de casarme contigo cuando fuera un adulto, y que no sería correcto escaparnos juntos ahora. Pero esta situación ya es insostenible. No quiero perderte antes de poder protegerte, Amber. 

Sé que ahora mismo solo tengo trece años, pero en seis años más podré ser un adulto. 

Escapemos juntos, ¿Sí?. 

Yo me encargaré de comprar para ti una linda casa en el bosque, te protegeré y procuraré en adelante, me aseguraré de que nada te falte. Y cuando tenga la edad, seré fiel a mi palabra y nos casaremos. Mientras tanto, podemos vivir juntos como lo hemos hecho hasta ahora, cada quien en su habitación"

Maximilian dejó de hablar y se mordió los labios, con los ojos llenos de anticipación. 

Amber estaba completamente en shock, y no pudo reaccionar por unos momentos. 

Al ver la mirada ansiosa en el chico, ella sonrió educadamente y concluyó que no había forma de tomar estas palabras en serio. Su joven amo debería haber estado leyendo demasiadas novelas de romance últimamente, pero era extraño, ella no solía llevarle esta clase de historias a Maximilian.

La joven pareció pensarlo durante unos momentos y luego sacudió la cabeza

"Joven amo, ¿Acaso usted ha estado yendo por su cuenta a la biblioteca?... Debe recordar que no todos los libros son aptos para su edad, la siguiente vez si desea leer una novela debe permitir que la revise antes para asegurarme de que sea adecuada. ¿De acuerdo?"

Maximilian tardó unos momentos en descifrar a qué se refería ella, y cuando lo descubrió frunció el ceño con fuerza, profundamente ofendido

"¡Estoy hablando en serio!. No es algo que haya leído. Amber... Di mi palabra, ¿acaso tomas mi palabra como el aire?"

"¡No!, por supuesto que no, joven Duque"

"¿Entonces? ¿Por quién me tomas?"

Hubo un largo silencio entre ambos, un punto muerto. Aun así, Maximilian no soltó sus manos, temía que si lo hacía ella se escaparía con una excusa. 

"Mi señor -habló ella, después de pensarlo- Lo del matrimonio conmigo es completamente impropio, aunque esperara a que creciera"

"¿A qué te refieres?"

"Usted en un futuro será un Duque, y yo, ahora que he dejado el nombre de mi familia, solo soy una plebeya"

"¡No me importa heredar el puesto de Duque!. Que esos dos tengan otro hijo, después de todo, si desaparezco o muero ni siquiera lo sabrán"

Maximilian estaba temblando, soportando las lágrimas de impotencia, y preguntándose si las excusas que le daba Amber era solo porque no quería casarse con él. 

Amber quiso decir algo más, pero al verlo así, decidió tragarse sus palabras y dejar ese asunto de lado. Ella creía que cuando el tiempo pasara, Maximilian se daría cuenta de que estas palabras no habían sido bien pensadas y cambiaría de opinión.

"Y sobre escapar del ducado juntos... Puede parecer fácil, pero no podemos. ¿Realmente quiere convertirse en un fugitivo para toda la vida?. Si nos atrapan, a usted lo van a encerrar en el ducado, pero a mí me llevarán a la guillotina por secuestrar al hijo del Duque de Argen" 

Intentó razonar con él.

"¡No!, ¡yo te protegeré! Yo puedo protegerte, Amber... Por favor, ¡cree en mí!"

Esa mirada de impotencia, agravio y tristeza golpeó en el corazón a la pequeña sirvienta. 

"Creo en mi señor, en verdad. El joven Duque es la persona en la que más confió. Pero ahora es tan solo un niño, esta sirvienta es quien lo protegerá hasta que crezca. Además, no podemos huir juntos por qué usted debe ir a la academia imperial para estudiar"

Maximilian estaba tan enojado por las palabras de Amber que la soltó, y luego la miró lleno de dolor, antes de cerrar los ojos, bajar el rostro y suspirar. 

Pero el pequeño Duque, además de sangre noble, también tenía sangre real en las venas. Y como tal podía llegar a ser muy dominante cuando se enojaba.

"¿Me llamas mi señor? ¡Pero no me tratas como tal!.  Amber, no voy a continuar discutiendo contigo. Así que prepárate, nos iremos dentro de un mes. No pienso continuar soportando que te continúes sacrificándote a ti misma"

"¡...!"

Dicho esto, el joven se dio la vuelta y comenzó a caminar de regreso a su habitación.  

"Hasta mañana"

Se detuvo solo para dejar esta frase y continuó caminando. Estaba tan molesto con ella que necesitaba tranquilizarse y pensar bien en su próximo plan de escape.




En ese momento, había una persona más planeando por Amber.  

Duncan acababa de fraguar su siguiente plan.

De ahora en adelante se aseguraría de que su amada ya no pudiera abandonar el lugar a su lado sin importar la hora, y que tampoco pudiera salir del Ducado sin su permiso explícito. 

-Parece que es hora de que Amber sea ascendida una vez más- pensó con una sonrisa, antes de por fin quedarse profundamente dormido. 


El regreso de la extraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora