Capítulo 44

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Los refuerzos tardarían en llegar, pues poco antes habían abandonado el campamento para escoltar a una segunda santa y a varios monjes del templo, quienes se unirían a la guerra.

Amber, cerró los ojos con fuerza, haciendo una pausa en sus pensamientos, no pudo soportar continuar, recordar lo que sucedió después, ahora Maximilian no era un personaje trágico en una novela que luego se convertiría en el villano, para ella era la persona a la que había visto crecer, cuidado y protegido con todas sus fuerzas durante años.

Amber suspiró y retomó el recuerdo.

Las heridas sangrantes de Leonardo fueron sanadas por Alelí inmediatamente, pero la maldición que carcome la carne que golpeó a Maximilian no pudo ser sanada a tiempo, porque Alelí se quedó sin fuerzas, retrasando su sanación en el momento más crítico.

Así que, para cuando llegaron los refuerzos, la maldición en Maximilian ya había carcomido la mitad izquierda de su cuerpo, afectando la mitad de su hermoso rostro, y la piel y músculos de su brazo y pierna. Esta parte quedó cubierta por carne amoratada, deforme y repulsiva.

Después de recibir aquellas heridas, se decía que ahora Maximilian se veía terrible, perdió la visión en su ojo izquierdo, su mano izquierda era inútil y cojeaba al caminar, pero al menos se logró salvar su vida. Aunque quedó condenado a pasar el resto de su vida en medio de un dolor constante.

Alelí, quien sentía culpa hacia Maximilian por no haber elegido curarlo primero y no poder salvarlo a tiempo, aceptó su amor. Y se convirtieron en una pareja a los ojos de todos. Causando que Leonardo lo viera como a un enemigo que se aprovechó de la bondad de Alelí.

Pero todo fluye y las personas no se pueden mentirse a sí mismas por siempre.

Alelí amaba a Leonardo, pero le juraba amor a Maximilian en público, prometiéndole una vida juntos. Y, eventualmente, injusto o no, todo esto les estalló en la cara.



Amber parecía haberse perdido en sus pensamientos mirando el campo de batalla, mientras flotaba sobre este, cuando un misterioso humo negro que se arrastraba a la lejanía llamó su atención.

En ese momento una sensación de vacío inundó su pecho, como si presintiera que algo malo ocurriría.

Así decidió seguirlo y lo vio entrando al campamento que pertenecía a su reino.  

Al llegar al lugar había múltiples figuras oscuras peleando entre las tiendas de campaña. Los enemigos habían tomado por sorpresa el campamento. 

El estruendo de choques de espada y hechizos que se lanzaban era atronador. Este debería ser un ataque sorpresivo a gran escala, pensó. Y un muy mal presentimiento se hacía presente en su mente.

"Esto es..."

La sensación de angustia en el pecho de Amber cada vez se iba acrecentando y no sabía hacia donde ir, necesitaba encontrar a Maximilian y ver como estaba...  Pero a la vez, si esta escena era lo que creía, no quería verla.

De pronto, nuevamente apareció aquella fuerza y la arrastró hasta el frente de una tienda de campaña más alejada del resto.

Entonces, la escena que vio hizo que el corazón se le subiera por la garganta, lleno de angustia.

Ahí estaba él, era Maximilian, ahora un joven de aproximadamente 21 años, que estaba peleando magníficamente con tres seres deformes y encapuchados. 

El regreso de la extraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora