A la mañana siguiente, el subordinado más joven del gremio se llevó una sorpresa un tanto confusa cuando llegó con la bandeja el desayuno y abrió la puerta de la habitación.
Sobre la cama estaba la señorita Amber, durmiendo al lado del jefe herido, algo que nunca antes había ocurrido.
De inmediato sintió que había visto algo que no debería y salió con las mejillas rojas, cerrando la puerta tras de sí.
William tenía un oído muy sensible y el sueño ligero, así que esta simplemente acción logró despertarlo.
En cuanto abrió los ojos pudo ver magnificado el rostro de la persona a la que adoraba y sonrió sin darse cuenta, pensando para sí mismo que incluso dormida ella era incomparablemente encantadora.
Quería mirar un poco más su hermoso rostro dormido, pero a la vez estaba ansioso por despertarla y ver su reacción cuando se diera cuenta de que habían dormido en la misma cama.
Al imaginar cómo reaccionaría, la sonrisa en sus labios se intensificó.
Will se movió ligeramente para poder verla mejor, recargando su cabeza sobre su brazo, dispuesto a esperar a que ella abriera los ojos.
Pero ¿Cómo podría ser paciente?
Con un dedo comenzó a trazar poco a poco el contorno de su rostro con delicadeza, paso por su frente y bajó por su nariz, viéndola arrugarla debido a las cosquillas, y se rio por lo bajo.
-¿Cómo es que es tan adorable?- Pensó
La joven en la cama parecía ser un gatito perezoso siendo molestado por un gamberro.
Amber abrió lentamente los ojos y le dio una mirada nublada y somnolienta antes de reaccionar sorprendida e intentar alejarse de aquel apuesto rostro sonriente.
Casi se cae de la cama, sin embargo Will lo evitó a tiempo y comenzó a reír, enojado a Amber
"No hagas movimientos bruscos, tu herida podría volver a abrirse"
Lo reprendió.
Más tarde, mientras el jefe desayunaba, la habitación estaba repleta de subordinados llorosos, quienes escucharon qué su señor al fin estaba completamente consiente, y fueron a visitarlo.
Mientras tanto, Amber intentaba mantener un bajo perfil, recargada en una esquina de la habitación.
Owen llegó y todos le abrieron paso.
Pues debía de reportar los últimos asuntos del gremio al jefe.
Cuando este término de hablar volteó a ver a la joven y le dio una mirada gélida frunciendo en ceño, como si viera a una intrusa indeseable, y le preguntó William si tenía alguna otra instrucción sin apartar la mirada.
Will se sentía molesto por el comportamiento del subordinado con su valiosa invitada, pero su sonrisa clásica no cambió, en cambio respondió
"Mmh, sí, quiero comer manzanas frescas, asegúrate de quitarles la piel, y trae también pay de manzana y jugo de manzana... Vaya, parece que hoy desperté con un extraño antojo"
Las risas contenidas entre la multitud inmediatamente hicieron eco, dejando una gran interrogante en la mente de la chica en un rincón de la habitación.
Owen no cambió de expresión, simplemente miró a su jefe y contestó con un "No hay problema" antes de irse
En cuanto la puerta volvió a cerrarse todos los subordinados en la habitación comenzaron a reír hasta las lágrimas sin disimularlo.
Amber volteo a ver a Will y este levantó los hombros con una gran sonrisa, luciendo como si no tuviera idea del por qué todos reían.
Después de aquello los subordinados comenzaron a tratar a Amber con calidez y auténtico respeto, durante el resto del día, como si siempre hubiera formado parte de su grupo.
"Señorita, buenos días" "Señorita, gracias por cuidar al jefe" "Señorita, traje melocotones. Guardé los más grandes para el jefe y para usted" "Señorita, llevaré este suave sofá para que pueda descansar con comodidad en la habitación del jefe"
Al ver el cambio de actitud de sus compañeros hacia Amber, Owen resopló molesto y continuó ignorándola
Ella entendía la razón de su resentimiento, después de todo su jefe casi muere por ayudarla.
Will prometió llevar a Amber al pueblo en donde solían vivir una vez que se hubiera recuperado, pero antes de eso envío a Owen para que revisara los alrededores y enviara una carta para Adriana y Mona.
Sin embargo, Owen no volvió en toda la tarde.
Will observó las nubes oscuras afuera de su ventana con impaciencia. Hacer esto no era habitual en Owen.
"Hace mucho que él debería haber vuelto" susurró y un mal presentimiento se instaló en su corazón
A mitad de la noche el subordinado regresó al fin, entrando en la habitación de Will con urgencia.
Su rostro estaba pálido y su cuerpo mojado por la lluvia tiritaba debido al frío.
"Mi señor" se hinco inmediatamente "Por favor castígueme"
Will frunció el ceño, le dio una mirada rápida a la joven que dormía en el sofá, y se levantó de la cama con dificultad
"Baja la voz... ¿Qué sucede?" preguntó casi susurrando
"Es... Ese día estaba ansioso por regresar a buscarlo y olvidé enviar a alguien a escoltar de regreso a las amigas de la señorita Vilches"
Will apretó los labios y volvió a mirar a Amber, quien no se había despertado. Owen continuó.
"Las siguieron hasta el pueblo. Tardé en darme cuenta... Están siendo vigiladas. Los hombres del Duque han establecido un perímetro en los alrededores, están buscando a la señorita"
"..."
"Y no solo eso, ellos tienen magos a su disposición y han instalado detectores de magia en en los alrededores"
"¡¿Qué?!"
"Me acerque demasiado y mi hechizo de velocidad los alertó. Tarde mucho en lograr que perdieran mi rastro... Lo siento"
William se llevó una mano a la frente y mordió sus labios. No quería que algo como esto ocurriera.
Qué tan inmensamente rico debería ser ese Duque de Argen como para poder poner detectores de magia al rededor de todo un pueblo. Estos eran estúpidamente caros, por ello únicamente la academia y el palacio los tenían.
Y ahora que habían perseguido a Owen estarían extraordinariamente alerta si alguien se acercaba.
Owen no se atrevió a levantar la cabeza mientras su jefe pensaba en el siguiente curso de acción. Sin embargo, Will nunca lo culpó, sabía que de no ser porque Owen había vuelto a buscarlo aquél día, en estos momentos él habría muerto.
Así que se acercó a él y puso una mano sobre su hombro para indicarle que todo estaba bien, antes de ayudarle a levantarse.
"Al menos no fueron los guardias de las sombras del rey quienes las siguieron"
Will suspiró y continuó
"Ya no podemos regresar al pueblo. Envía a alguien a revisar los alrededores de la boutique en donde trabaja la señorita Mona en busca de espías, y que sea cuidadoso"
Ordenó, y Owen se retiró
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El regreso de la extra
RomanceAmber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges. Un desafortunado vill...