Capítulo 132

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Al abrir los ojos, Amber de pronto recordó todo lo ocurrido, y todo su cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente, como si fiera una débil hoja azotada por el viento, sobre todo al verse en un lugar que le resultaba extraño. 

Pero cuando el miedo estaba a punto de convertirse en terror, se incorporó y la cálida capa que la había estado cubriendo cayó de su cuerpo.

Al poder reconocer esta como la de Maximilian, respiró aliviada.

Aguantando sus lágrimas buscó al dueño de la capa con la mirada, pero no había nadie más con ella.

Abrazando la capa de Maximilian para sentirse segura, se levantó y sin querer pateó lo que había al pie de la cama.

Al bajar la mirada notó una carta y varias monedas de oro.

Entonces la levantó y la leyó


"A mi amada Amber


Cúlpame por ser un tonto o un cobarde.

Creí que podría soportar las consecuencias de mis acciones y consolarte lentamente, pero resulta que no.

No puedo permitir que te culpes a ti misma, y no estoy dispuesto a que este asunto se interponga en nuestra felicidad futura.

Prefiero regresar ahí y arriesgarme para rescatarlos.

Después de esto podemos sentir que ya no les debemos nada.

Sí, nosotros.

Por qué el esposo debe encargarse de las deudas de gratitud por su esposa... Porque, después de todo, somos uno.

¿Sabes?

Por primera vez, desde que me convertí en un mago, sé con certeza que mi maná no es infinito como muchos piensan... Este será solo nuestro secreto, porque confío completamente en ti.

Es extraño, nunca creí que me vería en esta clase de situación algún día.

Descubrir esto fue... interesante, me hace sentir más humano.

Quiero que sepas que te amo y que seguiré luchando para estar a tu lado toda la vida como marido y mujer. Sé que aún no me tomas en serio y que insistes en que debo ser un adulto antes de hablar de amor, pero solo quería que lo supieras.

Si tengo éxito hoy, al salir de esta habitación te encontraras con tus amigos, si no es así... Confía en que no importa lo que ocurra, te doy mi palabra de que regresaré a tu lado. 

Y espérame.

Antes de irme activaré tus aretes, no deshagas la magia, ni siquiera cuando creas que estás sola, es por tu propia seguridad.

Ahora estas en el Ducado de Argen, en una cabaña cercana al último pueblo, antes de acercarse a la frontera con el marquesado Hill.

Ve al pueblo y compra la casa para que puedas vivir tranquilamente aquí, esta está abandonada y el jefe del pueblo podrá aconsejarte.

Desde luego, no des tu nombre real, y de tus amigos... Di que solo son tus hermanos feos y que están buscando una esposa.

Y no vayas al marquesado Hill, esa familia no me da confianza. Además de que la Duquesa es amiga del Marqués.

Si tardo en volver, por tú seguridad, no intentaré contactarte durante al menos seis meses, así que espera a que yo me contacte contigo primero. 

Te extrañare mucho, tu... ¿También me extrañarás?

Quería darte un beso antes de irme, hace mucho que anhelo saber lo que se siente besarte, pero no tiene sentido si estas inconsciente, además, seguramente me dirás que no hasta que sea un adulto.

Así que me conformaré con besar tu frente, de la forma en que lo hacías tú como un obsequio de cumpleaños.

Quiero crecer pronto.

Cuídate mucho y espérame, ¿de acuerdo?. 

Confía en mí y en mi fuerza, seguramente podré rescatar a tus amigos.


Atentamente Maximilian, quien te ama con todo su ser"


Amber terminó de leer la carta entre lágrimas y comenzó a sollozar tristemente, llenándose cada vez más de angustia.

Su pequeño Duque regresó ahí, solo. Regresó a enfrentarse a decenas de espadachines y magos, con su maná próximo a agotarse, todo por que quería rescatar a sus amigos.

"No... ¡vuelve, Maximilian!"

Amber corrió hacia la puerta en un impulso, deseando que al abrirla descubriera que él aún no se había ido. Seguramente habría otra manera de rescatarlos.

Pero, al abrirla se encontró con Will y Owen sentados en el comedor, los cuales voltearon a mirarla inmediatamente.

Luciendo sorprendidos por un momento.

Will se levantó bruscamente de la silla y se apresuró hacía Amber.

Tan solo quería abrazarla con todas sus fuerzas... Nunca antes había sentido tanto miedo en su vida, ni siquiera cuando asesino a alguien por primera vez. 

Pero una pregunta de Amber lo detuvo en seco

"¿Dónde está Maximilian?"

Ambos se miraron al escuchar su pregunta, pero no respondieron.

Amber creyó que ya que ambos estaban aquí y se veían bien, Maximilian debería haber tenido éxito y había regresado con ellos.

Sin embargo, sus expresiones no estaban nada bien y tampoco veía a Mike por ningún lado. 

Además, en el rostro de ambos había una extraña mezcla entre la culpa y la tristeza, tan pesadas, que no podían ocultar.

Amber se mordió el labio para intentar mantener la calma, pero sus ojos volvieron a derramar lágrimas.

Usualmente, al verla así, Will se apresuraría a bromear y le diría que todo iría bien para calmarla, pero esta vez tan solo esquivó su mirada.

"Dímelo Will... Por favor" Suplicó ella con voz quebrada

Will se frotó el cabello ansiosamente y bajó la cabeza, parecía que no había poder humano que lo hiciera hablar.

Owen lo sabía, conocía bien a su amigo... Cuando Will se ponía así, ni aunque lo torturaran abriría la boca.

Y suspiró.

Si Will no iba a decirle a la chica, él tendría que hacerlo... decírselo era lo menos que podían hacer por ella.

Sobre todo por qué, después de lo ocurrido hace dos días, esta vez eran ellos los que le debían a Amber.

El regreso de la extraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora