Capítulo 62

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Aunque ninguno de los guardias de sombra que había enviado la duquesa esa noche volvió, ella decidió olvidar todo el asunto y dejar de pensar en este incidente.  

Y es que en estos momentos su mente y corazón estaban por completo en la culpa que sentía hacia su amado. Estando profundamente arrepentida por haber sospechado de él debido a un malentendido.

Algo que Duncan aprovecharía lo más posible para ganar su propio poder. 

Y así fue qué, para compensarlo, la Duquesa le regaló una de las minas de piedra de maná bajo su nombre. 

Estas eran tan escasas y vitales para el reino, que no solo se trataba de las ganancias económicas que generaban, las cuales equivalían a poseer un territorio del tamaño de un marquesado. Si no que el principal beneficio de estas estaba en lo político. 

Ganar riqueza e influencia, fue un gran primer paso para iniciar el camino de Duncan Valis de Argen rumbo a lograr sus ambiciones.

Este obsequio había sido reservado hace mucho tiempo por la Duquesa para su amado, como una especie de premio para cuando ella al fin lograra quedar embarazada. 

Originalmente, Cecilia poseía dos de estas minas de piedras de maná, una había pertenecido a su difunto primer esposo y a la familia de Argen desde la fundación del reino, y la segunda vino como recompensa de parte de su hermano real una vez que este tomó el trono. 



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En una habitación de cierta posada en el pueblo, había un apuesto hombre pelirosado que estaba extremadamente agotado, cuidando diligentemente de la hermosa dama inconsciente sobre la cama.

Habían pasado varias horas desde la última vez que habían sido atacados. Y esta vez, de no ser por sus preparaciones previas, ninguno de los dos habría logrado vivir para ver el amanecer.

Al parecer, la persona que quería muerta a Amber había cambiado de opinión, dejó de enviar a sus guardias de sombras. 

William volvió a tocar la frente de la joven. 

La fiebre todavía no daba indicios de ceder, a pesar de que ella ya había tomado un medicamento, y ni siquiera había logrado recuperar la conciencia. 

Anoche, después de comprender que ya no vendrían más guardias de sombras a atacarlos. 

Will había llamado nuevamente a la posadera para pedirle que cambiara las ropas de Amber, pues esta había estado sudado debido a la fiebre y podía resfriarse. También le ordenó que revisara su cuerpo en busca de otro tipo de lesiones. 

La posadera abandonó la habitación, observándolo con una expresión acusadora, llena de desconfianza, como si él fuera el villano que se había atrevido a golpear a la chica en la cama. 

"Conté al menos veinte moratones en su espalda, costados y brazos. La dama debería de ver a un médico en cuanto amanezca" 

Señaló antes de alejarse refunfuñando. 

"... Estos niños de ahora, no conformes con tener una novia a esa edad, también la maltratan"

Will tuvo muchas ganas de poner los ojos en blanco cuando su sensible oído escuchó aquello. 


Como alguien que se había lastimado muchas veces durante su vida, Will estaba muy familiarizado con todo tipo de heridas, internas y externas. Sabía como identificarlas, tratarlas, y siempre traía consigo algunos medicamentos para emergencias. 

Así que podía tratar él mismo a Amber. 

Quizás hubiese sido mejor llamar a un médico, pero el problema estaba en que el único médico en el pueblo también era un hombre. 

Y bueno, William no estaba de acuerdo con permitir que un extraño viera y tocara a una dama soltera, que además estaba inconsciente. 

¡Y de todas maneras él era un sinvergüenza! 

Y, una vez que la tratara, simplemente lo olvidaría todo y aquí no pasó nada.

"Lo siento. Podrías haberte fracturado una costilla o tener un sangrado interno, Amber. Esta situación también podría explicar el porqué tu fiebre no ha cedido, a pesar de haber tomado un medicamento" 

"Es mejor si soy yo quien revisa tus heridas, también tengo mucha más experiencia tratando con estas que un simple médico de pueblo" 

Le dijo con confianza a la dama inconsciente como si esperara una respuesta

"Y si al despertar me exiges que me haga responsable, pues... ¡Tendré que pensármelo un poco!" 

Will observó el hermoso rostro de Amber, el cual continuaba estando terriblemente pálido. Carraspeó la garganta, desviando la mirada, un poco avergonzado, y continuó poniendo excusas

"Además, he visto antes a ese médico antes, él es un hombre en sus cuarenta, calvo y regordete. Al menos yo soy más guapo que ese hombre, así que no te sentirás tan agraviada"


Will preparó el medicamento tópico, además de los vendajes, y cerró bien puertas y ventanas, dejando la habitación en penumbras. Completamente decidido a iniciar. 

Sin embargo, cuando llegó la hora de quitarle la ropa, se congeló y simplemente no pudo mover sus manos.  

Al final, todavía volvió a llamar a la posadera para que ella lo asistiera. 

La mujer desvistió a Amber una vez más, mientras Will tenía los ojos vendados. 

Y él la guio para buscar indicios de huesos rotos, solo tocando lo estrictamente necesario. 

La posadera también fue quien tuvo que ponerle el medicamento y vendar a la joven.

Las heridas no habrían sido tratadas tan bien como si lo hubiese hecho él personalmente, y tardaron tres veces más tiempo de lo que debería, pero al menos este tratamiento era mejor que nada. 


Luego de volver a vestirla, la posadera salió de la habitación, refunfuñando y quejándose nuevamente, pues ya estaba amaneciendo y este inquilino no dejaba de sacarla de la cama una y otra y otra vez.


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Anoche, cuando Amber perdió la conciencia debido a la fiebre.  

Había vuelto a soñar, pero en esta ocasión se vio obligada a ver lo ocurrido luego de la muerte de "su personaje" en un sueño realmente largo. 

Todo el tiempo ella había estado presente en ese Ducado, como si se tratara de una simple espectadora invisible. 

En la novela se retrataba la tristeza del Duque luego de la muerte de su amada, así como la fiebre que sufrió Maximilian después del trauma causado por presenciar lo que le hizo la Duquesa al cuerpo de Amber. 

Pero la narración de la novela seguía a Maximilian, una vez que fue llevado a la academia inconsciente, no decía mucho sobre lo ocurrido en el Ducado. 

Y cuando Maximilian tenía 15 años, simplemente se mencionó que la Duquesa había vuelto a casarse luego de la muerte de su segundo esposo, sin dar más detalles acerca del porqué Duncan Valis había muerto. 

Sin embargo, Amber acababa de presenciarlo todo. 

El regreso de la extraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora