Amber dio un largo suspiro hacia el lugar en donde Maximilian se había ido.
Nunca antes había visto a Maximilian tan enojado, de hecho, esta era la primera vez que realmente se molestaba con ella.
-Tal vez mañana su ira se halla disipado-
Pensó, y se retiró a su propia habitación para dormir.
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Esa noche Amber volvió a tener uno de esos sueños con la novela original, y nuevamente estaba consciente en este.
Pero esta vez se encontraba en medio de un sangriento campo de batalla.
La desesperación, el llanto, el fuego, los gritos, y el olor a muerte eran terribles, totalmente descorazonadores.
Esta debería ser aquella parte de la novela, pensó.
Era extraño, como podía recordar fácilmente, solo haciendo memoria, todo lo que había leído en la novela mientras dormía, sin tener que sufrir de aquel severo dolor de cabeza, pero luego lo olvidaba todo en cuanto se despertaba al día siguiente.
Mirando a su alrededor, sabía que esta debería ser la cruenta guerra que estalló cuando Maximilian tenía tan solo 19 años.
El rey, Alonso Creonia, había ordenado que cada familia noble debería enviar a un miembro para participar en la guerra contra el reino rival, de lo contrario perderían sus títulos nobiliarios y sus posesiones serían confiscadas.
Para entonces, la Duquesa, madre de Maximilian, se había vuelto a casar con su antiguo amigo de la infancia, quien también era viudo, el Márquez Hill, luego de la muerte de Duncan Valis, su segundo esposo.
La duquesa, ahora tenía un nuevo hijastro, Leonardo Hill, y una pequeña hija biológica, con su tercer esposo, de nombre Aurora.
Y no estaba dispuesta a dejar ir a esta guerra, a su esposo o a su amado hijo Leonardo, quien tenía la misma edad de Maximilian.
Así que fue, desesperada, a ver a su hermano, el rey. Alonso Creonia hizo una concesión por su hermana para que por ambas familias, Argen y Hill, solo necesitara ir a una persona.
Los nobles lo estaban presionando por ser parcial con la princesa, y esto había sido lo máximo que pudo conseguir para ella. El rey no podía oponerse demasiado a los nobles, pues aún necesitaba de sus caballerías y sus raciones para la guerra.
Entonces, la Duquesa llamó a Maximilian, quien estaba en su último año en la academia imperial, para que participara en la guerra en nombre de la familia Argen.
Sin embargo, no esperaba que el chico se negara.
"Si quieres que vaya dame el título de mi padre antes, de lo contrario no hay forma en que hagas que participe en la guerra"
La duquesa planeaba pasarle el título de Duque de Argen a su adorado hijastro, luego de adoptarlo, para que el título del marquesado fuera para su amada hija pequeña.
Por ello las demandas del chico la hicieron apretar los puños con furia. No había manera de que cumpliera aquella petición para un bastardo al que odiaba.
Así que para obligarlo le propuso un trato diferente.
Ella sabía que el chico, siempre había querido conocer el paradero de los restos de aquella sucia sirvienta, Amber, la pecadora que destruyó su segundo matrimonio. Así que le dio su palabra de que le diría en donde fue enterrado lo que quedó de su cuerpo, para que al menos tuviera una tumba en donde ir a llorar.
Maximilian, quien aún intentaba encontrar una forma de traer de vuelta a Amber, aceptó. Y así fue como terminó participando en esta guerra durante seis largos años.
Poco tiempo después de unirse a esta conoció a la heroína, la santa Alelí, que era un año menor que él.
Alelí, quien en el momento en el que estalló la guerra se encontraba en las fronteras del reino, cuando vio la matanza sin fin, se quedó para ayudar a los heridos, en la retaguardia.
O al menos esto fue lo que se escribió en la novela.
Alelí descubrió las terribles pesadillas que tenía Maximilian y, sintiendo pena por él, le ayudó a sobrellevarlas por pura bondad, logrando poco a poco entrar en su corazón, y convirtiéndose en la única luz para el torturado Maximilian.
Para Alelí, ambos tan solo eran muy buenos amigos, pero Maximilian ya la amaba tiernamente.
Quién imaginaria que tiempo después, Leonardo Hill, desobedeciendo a su nueva madre y, con la excusa de ir a ver a su "hermano" Maximilian, se escaparía de casa y también vendría al campo de batalla.
El héroe era un gran espadachín, un chico que estaba ansioso por ver el mundo y probar su valía. Deseaba participar en la guerra en busca de ganar honor y gloria para su familia, así como para revivir la antigua gloria de los Hill y convertirse en el mejor espadachín del reino.
Y ahí también conoció a la heroína.
Para ambos fue amor a primera vista, por desgracia para Maximilian.
Una clásica escena del héroe salvando a la damisela en el momento más crítico, que fue cuando Maximilian, quien la protegía originalmente, se vio superado en número, uno a diez.
Y así, se desencadenó el que sería, años más tarde, el segundo gran golpe que le dio la vida a Maximilian.
Sí, todo lo que el mundo le negó a Maximilian le fue dado a Leonardo Hill por excelencia. El amor de sus padres biológicos, una niñez feliz, el amor de su nueva madrastra y el nacimiento seguro de su pequeña hermana menor.
Pero aun así, Maximilian, hasta ese momento, nunca había envidiado a su hermanastro, porque a pesar de que la vida le había arrebatado a la persona a la que más había amado de una manera tan cruel, le quedaban los preciados recuerdos de los momentos más felices de su vida al lado de Amber.
Pero cuando también perdió el amor de Alelí ante Leonardo, fue un golpe demasiado duro para alguien que apenas estaba intentando recuperar la esperanza.
Quizás, si tan solo fuera el hecho de que Alelí prefirió a Leonardo, sobre de él, Maximilian podría haberse retirado en silencio y dejarlos ser felices. Pero el problema en cuestión fue la manera en la que se desarrollaron las cosas.
Todo comenzó cuando hubo un incidente en esta misma guerra, la descripción de esta en la novela siempre había sido muy escueta.
Solo se señalaban algunos puntos importantes, como que William iba y venía entre el frente y la capital para continuar recibiendo objetos mágicos desarrollados por Maximilian para su negocio en conjunto.
Y que Maximilian siempre se quedaba junto a la heroína para protegerla mientras esta cumplía con su deber de curar a los heridos.
Así que sobre aquel incidente solo se dijo que el enemigo había logrado infiltrarse en el campamento cuando la seguridad mágica falló.
Se dijo que el objetivo principal de esta intrusión fue asesinar a la única santa que estaba participando en la guerra.
Maximilian y Leonardo intentaron protegerla con todas sus fuerzas, peleando hombro con hombro, pero eran superados en número. Y, en un descuido, uno de los intrusos formuló un ataque mortal hacia Alelí, una terrible maldición que actuaba contra reloj que únicamente una santa podría curar*
Entonces ambos se apresuraron para detener el ataque, resultando heridos casi fatalmente.
* N/T: Ella no podría haberse curado de la maldición a sí misma. Por eso lo más lógico sería que otro la recibiera para que la santa se concentrara en curarlo.
N/T: No guarden sus pañuelos, hoy los vamos a necesitar.
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El regreso de la extra
RomanceAmber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges. Un desafortunado vill...