Amber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges.
Un desafortunado vill...
Cuando William reaccionó, se percató de que ya estaba a mitad de las escaleras.
Sin darse cuenta, había corrido a detener a aquel hombre calvo cuando este había pateado a la chica, pero las palabras y la mirada valiente que ella había mostrado ella, lo habían dejado tan anonadado que se detuvo en seco antes de poder llegar a la planta baja del edificio.
Aún no podía creer lo que acababa de pasar en frente a sus ojos.
¿Acaso estaría estropeado este hechizo?.
William se sentía molesto por alguna razón.
Todo lo ocurrido había arruinado su apetito, lo más seguro era que esta fuese la razón de su molestia.
Quería al menos esperar a que ese estúpido calvo abandonara el lugar para desquitar un poco de su mal humor, pero se sentía un poco impaciente justo ahora.
Cada vez que recordaba como esa tonta mujer había salido del restaurante con aquella mirada llena de determinación, a pesar de que estaba soportando tanto dolor, William se enfurecía más y más.
Era obvio que esa chica era tan solo una mujer frágil y débil, ¡¿Por qué no podía llorar, retorcerse, esconderse y suplicar piedad?! ¿Era tan difícil pedir ayuda para que alguien detuviera a ese hombre antes?.
Por supuesto que si lo hubiese hecho, no sería él quien acudiría en su ayuda, pero aun así.
William arrojó algunas monedas de oro a las manos del camarero que lo observaba, para pagar una comida que al final no había podido disfrutar, y siguió a aquella mujer.
Con su magia y la lenta velocidad a la que se movía aquella tonta, no fue muy difícil darle alcance.
Al menos quería ir y gritarle un poco para descargar su frustración, cuando vio que un par de hombres robustos la seguían
"¿Es ella? ¿Estás seguro?" "Sí, te digo que sí. Es idéntica al retrato" "¡No la pierdas!"
Will sintió que los nudillos le picaban y se relamió los labios.
Qué buena suerte, un par de escorias habían llegado justo a tiempo para calmar su ira. Al fin el día parecía estar mejorando.
"Solo esta vez te ayudaré mujer, únicamente esta vez" dijo en voz alta mientras la miraba desde un tejado, caminando a paso muy lento.
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*Tch*
"¡Basuras inútiles!" Will se limpió con asco las manos y arrojó el pañuelo al suelo del callejón frente a ambos hombres inconscientes.
Al menos había sido interesante lo que escuchó de ellos.
