Alelí, en cuanto Maximilian despertó, corrió a su tienda entre lágrimas; no para saber como estaba o para consolarlo, sino por qué sintió que necesitaba excusarse por lo que había hecho.
Ella lloró a su lado muy conmovedoramente, pero él no la consoló como solía hacerlo.
Maximilian tenía la mirada perdida, soportando el intenso dolor, mientras intentaba aceptar que ahora había perdido la luz de uno de sus ojos, el uso de su brazo, y que quizás también perdería el uso de una pierna.
"¡Háblame, Máxi!"
Alelí iba a tomarlo del brazo, pero se detuvo en seco cuando vio la carne desecha, violácea y negruzca.
Y en su lugar, comenzó a excusarse, restando importancia al hecho de que ella hubiese curado primero a Leonardo, agotando con este todo su poder sagrado.
"Estás siendo irrazonable, Maxi. No deberías enojarte conmigo buu..." los ojos rojos y la suave voz llorosa era muy lamentable, cubrió su rostro con sus manitas blancas y delicadas y continuó sollozando "Yo... yo... vi mucha sangre y entré en pánico... buuu... bu... lo siento tanto, Maxi"
Maximilian siguió sin responder, pero fue como si su corazón estuviese siendo estrujado. Sin embargo, ella no se detuvo.
"Ya te he dicho que a quién amo es a ti, no tienes por qué ponerte así"
Bastaron unas palabras para que él se transformara en un hombre irrazonable y celoso.
"Haberlo curado primero no... Yo.... Creí que tú eras más fuerte. Eres el mejor mago del imperio, Leo es solo un espadachín, tenía que salvarlo a él primero"
Sus palabras, era como si Alelí lo estuviese culpando por no ser lo suficientemente poderoso, pero, parecía haber olvidado que para empezar él había recibido esa maldición come carne en su lugar.
Ante la belleza llorosa, fue Leonardo quién se apresuró a entrar para sacarla de ahí.
"Dejémoslo solo, Alelí. Cuando tenga la mente más clara podrán hablar"
Leonardo, al principio también se había sentido culpable, pero después de escuchar el llanto ahogado de Alelí, esa culpa dejó de existir.
"Buuu... Maxi ya no me ama, me culpa por salvarte primero. Pero es que estabas tan grave, tuve mucho miedo"
"Lo sé, Alelí. No fue tu culpa, ya no llores, ¿está bien?"
Maximilian se había vuelto aún más callado en el campamento, y comenzó a aislarse del resto. Alelí no dejaba de buscarlo entre lágrimas para obtener su perdón, y mientras tanto Leonardo estaba cada vez más resentido con él.
Y, en cuanto a los demás... consideraban a Alelí una especie de ser divino, que los había ayudado muchas veces, obviamente no tendrían una buena cara para quién la "hacía llorar" constantemente, sin importar si ese alguien les hubiese salvado la vida varias veces.
"Con todo respeto, su excelencia. Aquí todos sabemos que podemos ser heridos o morir en esta guerra. Lo ocurrido, no es culpa de la santa. Solo puede culpar al enemigo"
Este tipo de palabras se repitieron tantas veces frente a él, y Alelí continuó jurándole amor entre lágrimas cada día, que Maximilian comenzó a dudar de sí mismo.
¿Realmente estaba siendo injusto con ella?.
Más tarde, también fue ella misma quién propuso comprometerse primero con Maximilian, y casarse cuando la guerra terminara.
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El regreso de la extra
RomanceAmber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges. Un desafortunado vill...