Capítulo 92

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Un día, de la nada, parecía que la mala suerte había comenzado a perseguir a Amber. 

Si acababa de barrer el piso, al momento siguiente este estaría nuevamente lleno de migas de pan, y tendría que volver a limpiarlo.

Si hace poco había metido el pan al horno, al volver descubriría que estos estaban afuera y continuaban crudos.

"¿...?"

Will esperaba que ella perdiera la paciencia y culpara a la única otra persona en la panadería de estarla saboteando, pero vaya decepción. Amber creía que todo lo que le estaba ocurriendo se debía a su propia distracción y descuido.

A la par, cierto jovencito de cabellos rosados no dejaba de importunar a su vecina a cualquier hora, ya fuese para preguntar alguna minucia o para pedirle cosas como arroz, azúcar, aceite, y lo que se le ocurriese en el momento. 

Deseoso de que ella se exasperase y lo corriera, pero fue al contrario, Amber lo dejaba entrar a su casa con una sonrisa, y lo invitaba a una comida caliente o lo ayudaba con lo que necesitaba pacientemente.

En una ocasión, durante la cena, incluso, luego de pedirle un vaso con agua, fue y fingió quedarse dormido en su cama. 

Will creyó que al menos Amber lo despertaría, molesta por transgredir su dormitorio, pero, en cambio, murmuró un "Pobrecillo, debe de estar muy cansado" y lo arropó con una manta. 

En medio de su mentira, "Ash" realmente se quedó dormido, y cuando se despertó durante la noche, ella estaba tranquilamente durmiendo a su lado. 

Will tenía dolor de cabeza

¿Cómo era posible que esta dama bajara la guardia tan fácilmente con un hombre al que apenas conocía, y se quedase a dormir a su lado tan ingenuamente?

Él no sabía si preocuparse por la inocencia de la joven o sentirse molesto por qué ella era la presa perfecta, siendo tan confiada e indefensa.

La verdad era que Amber se había enterado por la señora Arrow de que "Ashton" era huérfano. Según lo que le contó, la madre de Ashton había muerto cuando este era muy pequeño y nunca pudo conocer a su padre. 

Así que ella solo estaba siendo un poco más paciente y considerada con él.  Un chico tan lamentable, que, además, le recordaba a su joven amo. 

¿Cómo sería ella capaz de negarle la ayuda a alguien así? 

Tan solo de pensar que este chico había crecido completamente solo en el mundo, le rompía el corazón. Al menos Maximilian la había conocido a ella, y Mona tenía a su hermana, Adriana, para hacerle compañía. Pero Ashton... Él siempre había estado solo este cruel mundo desde que era muy pequeño. Sin nadie que lo quisiera o se preocupase por él, así que seguramente su comportamiento insistente se debía a que no quería volver a sentirse solo.

Pensando en ello, incluso ahora Amber era quien lo buscaba activamente, para hacerle sentir un poco de calor humano, y había comenzado a dejarle el desayuno cada mañana antes de irse a trabajar.

Quién diría que esto fue lo único que William dijo de sí, que resultó ser verdadero. 


Con la ayuda de Amber, Adriana ya no estaba tan a la defensiva con el chico. Sin embargo, no lo contrató en la panadería porque ya no necesitaba a más personal, pero permitía que Ashton ayudase de vez en cuando con otras cosas. Por ejemplo, a descargar costales de harina cuando llegaba el día en el que los trajeran y a acomodarlos en la bodega. 

El señor que repartía la harina desde un molino en otro pueblo, le tomó al joven pelirosado un gran aprecio rápidamente, pues este era fuerte y muy trabajador. Así que lo contrató para hacer las entregas diarias de costales de harina en su vieja carreta, a varios pueblos e incluso a la capital.

Aunque la mayor parte del tiempo, era Owen quien, disfrazado como Ashton, terminaba haciendo las entregas, mientras el propio Will se quedaba a jugarle malas pasadas a Amber.


Una tarde, cuando estaban por cerrar la panadería, Amber se encontraba barriendo afuera de esta, en tanto Adriana atendía al último cliente del día. 

En ese momento, había varios niños jugando en la calle, y una de esas niñas tropezó cuando llevaba un "pastel de lodo" frente a Amber, manchando su hermoso vestido. 

Will creyó que esta vez era seguro, la joven le gritaría a la niña que había tropezado por su torpeza, o al menos esperaba que la tratase con dureza. 

Pero de nuevo no fue así, la joven acarició la cabecita de la niña angustiada, y le preguntó si estaba bien, temiendo que durante la caída se hubiese lastimado. 

La pequeña estaba a punto de llorar, pero Amber la tranquilizó pacientemente y le dijo que no se preocupase, pues todo había sido un accidente. 

Will, quien veía todo, no podía creerlo. ¿Cómo era posible que alguien fuese tan paciente y noble? Debería ser una mentira.


Pero para Amber, el suceso tan solo le recordó lo pacientes y dulces que solían ser sus hermanos mayores con ella en la vida anterior. Siempre, sin importar las travesuras que hiciese cuando era niña, ellos estarían dispuestos a explicar y enseñar con cariño y calma. 


*Tch* 

William, quien veía aquella mirada de tristeza en la joven, lo malinterpretó y de pronto se sintió culpable. 

Él había intentado molestarla tanto y de diversas maneras, tanto de frente como de forma oculta; Sin embargo, ella aun así le sonreía, sin ni siquiera tomarlo como a una peste.

E incluso había comenzado a buscando para incluirlo en sus planes, ofrecerle que cenarán juntos o preguntar como estaba, ella parecía estar genuinamente preocupada por él.

No, no por él, no por Will el "perro loco" de cuervo, sino por Ashton, el lamentable huérfano del pueblo. 

Aun así, al ver aquella mirada de melancolía, no pudo evitar sentirse realmente culpable por primera vez en su vida.

Sin embargo, se negaba a aceptarlo, disfrazándola con frustración y enojo. 

"Nadie es bueno, nadie es tan paciente o noble sin un motivo" Susurró.

 Él lo sabía muy bien, creció viendo y sintiendo en carne propia la crueldad humana. 

Tal vez la razón de Amber para evitar mostrar su verdadero temperamento se debía al miedo a que la viesen diferente en este pueblo tan pequeño. Pensó y la mirada sobre la joven se llenó de frialdad.

El regreso de la extraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora