Amber había estado muy sorprendida cuando ese chico frente a ella la había tomado por la muñeca y luego la cargó fácilmente entre sus brazos para saltar hacia la cornisa de una casa cercana.
La ingravidez momentánea la había aterrado y por instinto se aferró a la ropa del joven, pero sin soltar su preciada máscara.
Mientras este corría por los techos con ella en brazos, podía escucharlo maldiciendo la estupidez de la gente al estar tan cegados por el templo.
Amber podía ver claramente la línea de la mandíbula del joven, la piel blanca, una nariz recta y el cabello rosado intenso. Deseo poder ver al fin su rostro, con una conjetura en su corazón.
¿Qué otro loco amaría ir por ahí, corriendo entre los tejados?
William notó la mirada llena de curiosidad de la joven y se lanzó a sí mismo un hechizo de confusión de imagen, así Amber no podría reconocerlo o identificar su rostro.
Y la dejó bajar.
Ella deseaba agradecerle el haberla ayudado una vez más, pero cuando estuvo a punto de hablar, él la interrumpió
"¡No vuelvas a seguir a extraños a la capital, grandísima tonta!"
Parecía estar muy molesto
"¡!"
Los ojos de la joven se abrieron con sorpresa y lo miraron con curiosidad. Will se dio cuenta de que todas las emociones de esta joven se reflejarían completamente en su rostro. Y no pudo evitar pensar que era, hasta cierto punto, un poco linda.
Al pensar aquello, Will se alborotó el cabello, desvío la mirada y cambio su tono de voz a uno más neutral
"Descuida, nadie te ha reconocido"
Amber sospecho que este maestro del disfraz podría tener todo que ver con aquel misterioso anciano que la había traído a la capital, quizás era él intentando probarla.
Recordó los momentos difíciles que había vivido desde hace un par de semanas, y todo cobró sentido.
En la novela, irritado por "la bondad" de la heroína, hubo muchas escenas en donde William había intentado ponerle trampas para que Alelí mostrara sus "verdaderos colores" frente a todos. Generando escenarios muy divertidos y muchas veces la ira de Maximilian.
Muchos decían que Will disfrazaba su amor con odio, y tenía una personalidad tsundere.
En el fandom, había un grupo que esperaba que Will se convirtiera en el segundo protagonista masculino y también persiguiera el amor de la santa.
Sin embargo, eso nunca sucedió. Y las pruebas de Will fueron cada vez más lejos, como si realmente deseara desenmascararla.
Muchos fans de la novela se preguntaban por qué la odiaba tanto, y perdió muchos fans durante la última parte de la novela.
Ahora Amber sabía que William había sido malinterpretado por todos.
Él tan solo quería rescatar a su amigo del amor ciego que lo estaba destruyendo, haciéndole ver que Alelí no era la dama llena de bondad que todos creían.
Salvándolo de alguien que no lo valoraba y le hizo daño.
Tan solo quería que todos supieran como era Alelí realmente.
Y nunca nadie le creyó.
William frunció el ceño cuando la mirada de la chica frente a él se transformó en una de pena y compasión mientras lo miraba fijamente.
Haciéndolo sentir raro, sobre todo porque esos hermosos y profundos ojos dorados no se apartaban de él, reflejando los colores anaranjados y rosas del atardecer.
-Tan hermoso-
*cof cof* Will fingió toser para así romper el extraño ambiente y suprimir el sentimiento extraño que surgía en su pecho.
"Acabo de regañarte, ¿Por qué no estaba molesta?"
Masculló un poco apenado, sin darse del enrojecimiento en el lóbulo de sus orejas.
Amber aún no salía de sus pensamientos, y no había escuchado su pregunta.
Tan solo sentía que necesitaba que él supiera que esta vez si había una persona que le creía.
"William, ahora yo también puedo ser un testigo"
"¡¿Qué?! ¿De qué hablas?... ¡Espera! Tú ¿me conoces?"
Al darse cuanta de su error, Amber cubrió sus labios con ambas manos y le sonrió, esperando que él no continuara haciendo más preguntas.
Will suspiró, pasó una mano por su sedoso cabello, y exclamó
"¡Como sea!"
Lo siguiente que Amber supo era que estaba siendo llevada como si se tratase de un equipaje hasta el sitio de carruajes, y luego fue arrojada dentro de uno.
Y de pronto ya estaba de camino rumbo al pueblo.
Sin querer, Amber comenzó a reírse dentro del carruaje.
Ahora le parecía muy gracioso todo lo vivido.
Y observó con atención la máscara en su mano, sintiéndose muy orgullosa de que la heroina no pudiese quitársela.
Al volver, Amber fue directo a buscar su vecino de al lado, llamando a su puerta.
En realidad estaba hambrienta, así que usaría la excusa de hacer la cena para poder contarle su extraña aventura de hoy.
Sabía que si se lo contaba a Adriana o a Mona podrían enojarse o preocuparse por haberse arriesgado de esa forma, al ir a la capital.
Pero estaba tan emocionada y deseaba tanto hablar con alguien.
En cuanto Ashton abrió la puerta, Amber entró como solía hacerlo, y dejó los ingredientes que llevaba en sus brazos sobre la mesa.
Era tan común que ambos se visitasen en estos días, a veces él iría con Amber, pero en otras ocasiones ella iría para hacer la cena en su casa.
Aunque, al parecer, esta vez Ash no estaba de muy buen humor.
Su rostro estaba inusualmente serio, pero en cuanto ella preguntó al respecto, este comenzó a despotricar sobre haber tenido un muy mal día.
Amber dejó de pelar papas y se acercó sonriendo para acariciar su suave cabello rosa claro.
"Mañana será mejor un día mejor, verás que sí"
Lo animó.
Sin embargo, en ese momento, Amber recordó la conversación que tuvo con William en el tejado. La altura de William y de Ashton era realmente la misma.
En su momento no lo pensó, pero el jefe de cuervo resultó ser realmente bajito para su edad.
En la novela se decía que William era cinco años mayor que Maximilian, y se le describía como un hombre alto.
Era muy extraño.
En este momento, Will debería tener dieciocho años, o estar cerca de cumplirlos, al igual que ella.
-Tal vez aún va a crecer más- Pensó.
Ash parecía haberse acostumbrado a que Amber tocara su cabeza como algo natural, y simplemente dejó que aquella delicada mano continuará revolviendo su cabello sin protestar.
Ella parecía haberse perdido profundamente en sus pensamientos.
Eso era algo que Amber solía hacer muy seguido.
Así que él tomó una papa y comenzó a pelarla también, haciendo un poquito de trampa con magia sin que ella se diera cuenta.
Will pensó que algún día le diría quién era él realmente, y cuando lo hiciera le revelaría también que era un mago.
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El regreso de la extra
RomanceAmber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges. Un desafortunado vill...