A la mañana siguiente, muy temprano, Amber llegó nuevamente a la capital en busca de trabajo.
La tarde anterior había escuchado de un par de mujeres en una posada, que una familia de Condes estaba solicitando a varias mucamas.
Y que esta mañana se llevarían a cabo las entrevistas para su contratación.
Así que, a pesar de no haber sido convocada para participar, ella tomó un carruaje y se dirigió rumbo a la mansión de los Condes. Con la esperanza de obtener una oportunidad.
Y mientras el vehículo avanzaba por las calles empedradas de la capital, su mirada se detuvo en el espléndido palacio que se erguía imponente frente al sol.
Estimando el tiempo que había transcurrido desde que había enviado aquella carta de Maximilian a su majestad, el rey. Amber estaba segura de que su pequeño Duque ya estaría en la capital, a salvo.
Al pensar en su pequeño Duque, Amber sonrió sin darse cuenta.
Realmente esperaba que él no se sintiera demasiado triste o solo, que pudiera hacer amigos y que al menos pudiera obtener un poco de calor del resto de su familia.
-A estas alturas Maximilian debe haberse reunido con su tío, el rey, y su primo, el príncipe heredero-
En la novela, ambos primos eran muy distantes el uno del otro. Y esto solo empeoró con el tiempo, todo por causa del conflicto entre Maximilian y los protagonistas.
El príncipe heredero, Nezar Creonia, era el segundo protagonista masculino.
Un joven que, cuando creció, aprendió a fingir ser un bobalicón simple y despreocupado, mientras escondía una aguda inteligencia. Pero de corazón noble.
Alguien que se enamoró profundamente de la heroína, la santa Alelí, durante la segunda mitad de la novela; encantado por la bondad de la joven y su cálida sonrisa.
Pero, debido a que el héroe, Leonardo Hill, era su mejor amigo y primo político, ocultó aquel amor en lo profundo de su pecho para siempre.
Y se limitó a estar ahí para ella, protegiéndola y cuidándola desde las sombras, cada que Alelí lo necesitaba.
Convirtiéndose en una especie de bufón que la alegraba y facilitaba el amor entre los protagonistas.
También fue gracias a este personaje que se logró condenar al villano, Maximilian Argen, por el crimen de usar magia prohibida.
Y, a pesar de que la sentencia de muerte nunca logró llevarse a cabo, esta causó que Maximilian desapareciera del reino sin dejar rastro.
Al final, Nezar Creonia fue testigo de la feliz boda de los protagonistas, y más tarde, él también se casó para darle al reino el tan esperado heredero al trono.
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La habitación en donde se hospedaría Maximilian todo este tiempo era realmente magnífica.
Extremadamente lujosa, pero de muy buen gusto.
Con pequeñas tallas de mármol hechas por los mejores artesanos en las paredes, cuentas de piedras preciosas en el techo que lo hacían lucir como si fuera un cielo estrellado, mármol en los pisos; y detalles de oro y plata en cada mueble.
Desde el primer momento se asignaron decenas de sirvientes para atender únicamente al niño.
Y pronto fueron llamados los mejores sastres, zapateros y joyeros del reino para diseñar un guardarropa completo para el pequeño Duque.
Suntuosas comidas y bebidas fueron servidas, cuidando cada detalle, en un perfecto equilibrio entre sabor y nutrición.
El príncipe heredero era realmente un buen anfitrión.
Sin embargo, Maximilian se sentía abrumado.
El chico habló con su primo y le pidió dos favores, el primero fue obtener total acceso a la biblioteca del palacio.
A lo que el príncipe accedió, luciendo un poco confundido.
Y, lo segundo, fue que se le asignara únicamente a un solo sirviente, uno muy callado, para hacer el aseo en las habitaciones.
Maximilian no necesitaba nada más para pasar estos seis meses de espera en el palacio.
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Tan solo algunos días más tarde se corrió el rumor en todo el reino de que aquel legendario poder mágico de los Argen había despertado en su último descendiente, luego de no haberse manifestado por más de 300 años.
Y decenas de magos de todo el reino, incluyendo los que vivían permanentemente en la torre de magos, se apresuraron a conocer a este extraordinario descendiente.
Perturbando la paz y el estudio del Pequeño Duque.
Según la leyenda, se decía que aquel misterioso dios que se había enamorado de la diosa, había tenido un hijo antes de conocer a esta. Y que los descendientes de ese hijo eran la familia Argen.
Por ello existía una gran diferencia entre el poder mágico que venía de la sangre del dios y aquel que había sido otorgado por este mismo como un don en consideración a los humanos amados por su esposa, la diosa.
Los magos comunes podrían manejar uno o máximo dos elementos, además de la magia primordial.
Pero esta clase de hechizos elementales consumían demasiado maná, y la cantidad de este en sus cuerpos era realmente baja.
Así que, para ayudarse a canalizar mejor su magia, los magos usarían varitas y bastones engazados con costosas piedras de maná; o directamente estas piedras como joyería.
En cambio, para, los Argen podían usar cualquier tipo de hechizo elemental sin límites, siendo especialmente buenos en la magia de rayo, ya que, según la leyenda, la madre del primer Argen había sido un espíritu femenino de la tormenta*.
Y por ello la magia de sus descendientes siempre sería de un hermoso color azul eléctrico.
Con una cantidad infinitamente mayor de maná en sus cuerpos, no necesitaban de la ayuda de las piedras de maná, y tampoco de varitas o bastones que canalizaran su magia.
N/T: El lore de esta parte. Cuando aquel misterioso dios conoció a la diosa Karat, este ya estaba casado con un espíritu de la tormenta femenino, y juntos acababan de tener un hermoso hijo, de cabellos negros y ojos muy azules.
Pero aquel dios despiadado abandonó a la madre y al hijo, para perseguir el amor de aquella diosa.
Entonces, la madre, quien sabía que pronto moriría debido a que la traición del dios causó que su corazón se rompiera; decidió poner a su amado hijo a salvo junto a los humanos que aquella diosa tanto apreciaba.
De esta manera, al menos su hijo podría gozar de la protección indirecta de su padre, aunque únicamente fuese para complacer a aquella diosa, Karat.
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El regreso de la extra
RomanceAmber Vilches, luego de recordar su vida como Han Ji-a, se da cuenta de que tan solo es una extra dentro de una novela, un personaje que únicamente sirvió para marcar de manera trágica la infancia del villano, Maximilian Arges. Un desafortunado vill...