El águila, sumada a las dos serpientes previas y lo que llevaban acumulado, había sido suficiente para llegar a nivel 54. Había desbloqueado Sobrecarga de Luz, que, aplicado a una flecha, la hace explotar una vez se clava en su objetivo, penetrando el poder purificador a través de la herida. Puede causar grandes daños, aunque se pierde una flecha cada vez que se utiliza. Lo tenía en 5, por ser muy útil contra seres de la oscuridad, pero habiendo pocos de ellos.
La habilidad era Naturaleza Tóxica, que permite utilizar los venenos u otras sustancias de las plantas para aplicarlas a flechas o armas. El mayor problema está en que su efectividad depende de las plantas de alrededor, aunque también es su mayor potencial. Lo tenía en 10, como todas las habilidades relacionadas con la naturaleza.
Era un antiguo puente de piedra, que en su momento había unido las dos partes de la antigua carretera que atravesaba el lugar, cientos de años atrás, miles quizás. Aún podían encontrarse los restos del empedrado de aquella carretera, si se buscaba entre las hojas o plantas que los cubrían.
Quedaban en pie el primer y último arco, cuyos pilares llegaban hasta la base del río. Una impresionante altura de más de cien metros evidenciaba la majestuosidad de aquella anciana construcción. Incluso medio derruida, resultaba imponente, así como el hecho de que parte de ella todavía se mantuviera en pie.
No había pistas allí de qué había causado el desmoronamiento del enorme arco central. Quizás el paso del tiempo. Quizás un terremoto. Quizás había sido demolido por alguna razón perdida en la historia, como pudiera ser una antigua guerra.
–No podemos llegar flotando al otro lado, es demasiado ancho– concluyó la elfa tras observar el espacio que las separaba del otro extremo.
–Más hacia arriba sería peligroso– avisó la azor.
Resultaba tan peligroso volver atrás como adentrarse en zonas de nivel más alto, así que la elfa sacó varias cuerdas.
–¿Puedes pasarlas tras un árbol y traerlas de vuelta?
–¡Claro!– exclamó la azor, como si se sintiera ofendida por la pregunta
Así, la elfa disparó tres flechas con cuerdas atadas, que llegaron al otro lado del puente derruido, pasando junto a un árbol con un tronco de varios metros de diámetro.
Una por una, la azor llegó hasta las cuerdas, agarrándolas, pasándolas alrededor del tronco, y volando de vuelta con ellas en sus garras. Es cierto que el peso de toda la extensión de la cuerda podía superar varios quilos, pero el ave era nivel 54, así que podía llevarla sin mucha dificultad.
Así, crearon una especia de puente colgante. Cuatro tramos de cuerda, correspondientes a la ida y vuelta de dos cuerdas, formaban la base. La otra cuerda servía para sujetarse.
Las tres cuerdas estaban atadas después de rodear varias veces otro robusto árbol, con varios nudos para atar los extremos. Por nada del mundo quería que se soltaran. Sin duda, había visto demasiadas películas.
Elfa y lince se miraron frente al borde de lo que quedaba del puente de piedra. La caída era intimidante. Y, aunque quizás podrían sobrevivir usando Flotar al final, abajo las esperaba un río enfurecido.
–Algo se acerca. Parece un grupo de dos-patas. Son más de diez. Llegarán en menos de una hora. Creo que han descubierto vuestro rastro, siguen el mismo camino– las informó la azor, que vigilaba desde el aire.
–Más nos vale darnos prisa– musitó la elfa.
–Sí, tú primero– respondió la lince.
–¿Acaso la cuatro-patas tiene miedo?– se burló su hermana alada.
–¿De qué voy a tener miedo?– se hizo la ofendida la felina, aunque no le gustaba tener sólo unas cuerdas bajo sus pies.
De todas formas, dio un paso al frente. Las cuerdas se movían, como queriendo separarse, pero ella las mantenía juntas a la fuerza. Era algo mucho más fácil de hacer con cuatro patas que con dos.
La elfa la seguía de cerca, agarrada a los dos tramos de la cuerda superior, y preparada para usar Flotar en cualquier momento. Avanzaban despacio, paso a paso, pero, a medida que lo hacían, la estructura de cuerdas se movía más y más. En parte era por estar más separadas de la tierra firme, y en parte porque el viento era más fuerte en el centro, viento que las balanceaba sin piedad.
La azor vigilaba y las observaba preocupada. Se sobresaltó cuando uno de los pies de la elfa perdió apoyo en la cuerda, pero, agarrada con sus manos, consiguió recuperarse. La lince lo tenía algo más fácil, pues las cuerdas eran sujetadas entre sus garras. Aunque, incluso así, se movían demasiado para su gusto, y aún no habían llegado a la mitad.
De repente, un halcón morado y negro apareció en el cielo, dirigiéndose hacia quienes cruzaban el puente. Su nivel era 59, pero no era ese nivel lo que más preocupó a la azor, sino sus hábitos de caza. No cazaba sólo.
Un agudo chillido se escuchó poco después. Era la habilidad Llamada. Inmediatamente, se lanzó contra quienes trataban de cruzar el acantilado.
La lince tenía suficiente con mantenerse en el precario puente colgante, mientras que la elfa no estaba mejor. Así que la azor se lanzó para interceptar al halcón. Era cuatro niveles más poderoso que ella, y ya no tenía el poder aumentado del viento del valle, así que era peligroso para ella.
El halcón cambió de dirección hacia el enemigo que se aproximaba, sus garras dispuestas a encontrarse con éste, pero la azor usó Slalon en el último momento para esquivarlo, ascendiendo rápidamente y lanzándose desde arriba, desde donde tenía ventaja.
Cuando el halcón se recuperó de la sorpresa, la azor se acercaba peligrosamente. Se volvió en el aire para recibirla con sus garras, pero ésta volvió a esquivar y ascender, e inmediatamente a lanzarse en Picado. Mientras, el halcón había perdido su velocidad tratando de encararla, por lo que estaba en clara desventaja, incapaz de usar sus habilidades en aquella situación.
No pudiendo ganar velocidad a corto plazo, el halcón sólo podía prepararse a ser atacado. Su enemiga bajaba hacia él en espiral, dando vueltas a gran velocidad y acercándose a su altura.
Éste intentó encararla, pero Slalon no sólo sirve para esquivar, sino para cambiar de dirección rápidamente, siempre y cuando hayas alcanzado la velocidad mínima requerida. Lo atacó desde un ángulo imposible, usando Choque, provocando que éste saliera despedido y rodando en el aire.
El ave albina no se detuvo, sino que siguió atacando al halcón una y otra vez, sin darle tiempo a recuperar el equilibrio, a recobrar el control del vuelo. No paró hasta que éste chocó contra la roca de la pared del acantilado, y cayó al fondo del río.
La azor había sufrido algunas leves contusiones, pero no estaba gravemente herida. Sin embargo, se estaban acercando otros cuatro halcones.
![](https://img.wattpad.com/cover/193590859-288-k746560.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Regreso a Jorgaldur Tomo II: la arquera druida
FantasyCuando muere de una grave enfermedad, aún recuerda a sus amigos de un MMORPG que jugó años atrás, y a un NPC que ha permanecido en su corazón desde entonces. Pero cuando vuelve a abrir los ojos, se encuentra en la solitaria plaza que había sido el i...