Mazmorra, 2ª planta

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No hizo falta más que acercarse lo suficiente para que atacara a la lince. Aquellos seres se movían por instinto, y su mayor peligro residía en que era difícil localizarlos, a no ser que tengas un hechizo como el de Goldmi.

No son muy fuertes, ni ofensiva ni defensivamente, pero su ataque por sorpresa puede causar un daño considerable si consigue impactar, y es difícil de dañarlos si logran esconderse. No obstante, la felina era hábil tanto en esquivarlos como en atraparlos, por lo que las habilidades de los gusanos de roca se veían claramente restringidas.

Estuvieron un rato cazándolos, una tarea un tanto engorrosa por lo que representa tener que ir a buscarlos y sacarlos, actuar como cebo, pero no excesivamente difícil para ellas. También Goldmi los esquivaba con relativa facilidad, e incluso podría haberlos sacado del suelo si contara con plantas alrededor.

En unas pocas horas, habían conseguido localizar y aniquilar a veinte de ellos, lo cual no era muy eficiente, además de no darles mucha experiencia, así que decidieron intentar localizar cuanto antes al jefe de planta y pasar a la siguiente, aunque primero descansarían durante la noche. No podían ver la luz del cielo, pero sabían la hora en el exterior gracias a una especie de reloj que tenía la elfa, y que daba incluso la temperatura.



Quizás, una de las razones por la que no les parecía un desafío aquellos gusanos de roca era porque ellas estaban un nivel por encima. Habiendo sufrido a las babosas durante semanas, siendo muchos niveles por debajo, o enfrentándose a cientos de ellas a la vez, resultaba plácido luchar contra unos gusanos cuyo mayor peligro era su capacidad para esconderse en la roca.

Estuvieron dos días recorriendo los túneles, acabando con más de cien de ellos y alcanzando el nivel 23, antes de localizar al gusano jefe.



Había desbloqueado un pasivo de resistencia mágica, y, como habilidad, disponía ahora de Pacificar, que consiste en reducir la hostilidad de un enemigo hacia un objetivo. En el juego era muy útil para redirigir la atención hacia o desde su hermana, según la situación, y la tenía en 8.



La gran caverna donde se suponía que se encontraba el jefe estaba vacía, pero Goldmi había detectado una fuerte presencia, y otras 5 menores. Entraron con cautela, y volvió a usar Detección de vida.

–El jefe está allí. Cinco gusanos están allí, allí, allí, allí y allí– señaló a varios puntos.

La lince se dirigió a uno de ellos, provocando que saliera un gusano de roca, con el que acabaron rápido, invirtiendo incluso energía para disparar de tres en tres. Querían deshacerse cuanto antes de los pequeños, para evitar problemas.

–Tres van para ti, otro se acerca a mí. El jefe no se mueve– informó la elfa después de Detectarlos de nuevo.

Usó Flotar para salir del alcance, mientras la felina esperaba al resto. Aunque suponía un gasto de maná, quería primero ayudar a su hermana a lidiar con quienes la iban a atacar.

Como había anunciado, uno tras otro, tres gusanos intentaron Embestir a la lince, consiguiendo sólo uno de ellos rozarla, y siendo rápidamente subyugados por la acción conjunta de ambas hermanas.

Se dirigió entonces la felina hacía su hermana, siendo atacada por el camino por el último gusano, aunque no logró impactar en ella, sino que fue atrapado, desapareciendo poco después.

Las dos se quedaron un rato esperando, recuperando el maná y vigilando que no se moviera el jefe.

–Voy a echar un vistazo– se adelantó la lince.

Su hermana la miraba preocupada, pero cuando llegó a altura donde supuestamente estaba el guardián del paso al siguiente piso, no sucedió nada. Confirmó que seguía allí, frunciendo el ceño al no entender que sucedía.

–¿Y ahora qué?– se preguntó la elfa.

–¿Cómo lo despertamos? O quizás es mejor no hacerlo. ¿No podríamos pasar directamente al siguiente piso?– sugirió la felina.

–Podemos intentarlo. ¿Ves la salida?

–Quizás allí, debajo de esa piedra.

–Aparta un poco, voy a probar.

La arquera disparó con Flecha Tosca y Penetrante incluidas, agrietando ligeramente la piedra. De repente, un gusano de roca nivel 21, de unos cinco metros de longitud y uno de diámetro, apareció, atacando a la más cercana, la lince, que lo esquivó de un salto. Habiendo detectado el movimiento del maná que formaba al jefe, mucho mayor que los otros, estaba preparada. No pudo evitar que volviera a ocultarse en el suelo después de recibir tres Flechas Toscas, pues su tamaño hacía muy difícil retenerlo.

Lo habían dañado un poco, pero era difícil seguir haciéndolo cuando se escondía en el suelo. Sin embargo, ahora sabían como sacarlo de allí.

Volvió a disparar a la piedra que, presumiblemente, bloqueaba el paso a la siguiente planta, y esta vez el enorme gusano se abalanzó hacia la arquera, quien usó Retroceder para alejarse y evitar el ataque.

Inmediatamente, la lince atacó la piedra, provocando que el jefe de planta se volviera hacia ella, mientras varias flechas impactaban a la espalda.

Pronto descubrieron que la táctica de atacar alternativamente la piedra para llamar la atención era muy efectiva para mantenerlo fuera del suelo, para que fuera de un lado a otro cual pollo sin cabeza. Ni siquiera era necesario atacar con fuerza la piedra, bastando una simple flecha para llamar su atención.

Al final, resultó sorprendentemente fácil deshacerse del enorme gusano de roca, que, incapaz de fijar un objetivo, apenas tenía tiempo para atacar, ni para mostrar ninguna otra habilidad. De hecho, la segunda planta de la mazmorra no había sido ningún reto para ellas.

Como en la ocasión anterior, descansaron para recuperar maná y energía, antes de bajar a la tercera planta, habiendo el bloqueo desaparecido al hacerlo el jefe de planta. Allí las esperaban seres de nivel 22, que no creían que fueran a ser un gran desafío, pero sabían que no podían confiarse.

Pero, lo que estaba claro, era que no podía ser más difícil que cuando habían entrado a la mazmorra con once niveles por debajo de sus habitantes. Sin duda, habían superado la prueba más dura, aunque sabían que un sólo error podría llevar a un desenlace trágico.

Regreso a Jorgaldur Tomo II: la arquera druidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora