Lo último que recuerdo es que un Agente de Hydra me ha dejado en el sótano del edificio Vengadores. Ese agente había provocado explosiones con la fuerza suficiente para hacer que el estruendo se sintiera en todo el edificio pero sin provocar más daños que varias cosas caídas. También recuerdo haberme enfrentado a un hombre que me lanzo un disco volador gigante y muy pesado, pero de alguna manera logré devolvérselo y hacerle retroceder para luego pedirle (o creo que más bien le exigí) ayuda.
Eso es lo último que recuerdo antes de que el dolor se extendiera por todo mi cuerpo y no pudiera hablar más que para implorar por ayuda.
Abro mis ojos lentamente, parpadeando con cuidado ante la tenue luz que ilumina el lugar en el que estoy. La cama es suave como un algodón de azúcar y siento que me hundo. Levanto mi mano derecha y la inspecciono, mis uñas están muy cortas, limpias y limadas; levanto la otra mano y está en el mismo estado. Llevo mis manos a mi cabello y lo siento suave y sedoso entre mis dedos, las ondulaciones negras están más cortas y... la misma cantidad de pelos grises están manchando mi cabello.
—Tranquila, no estás calva —dice una voz masculina a mi derecha. Muevo la cabeza hacia la voz y entorno mis ojos, tratando de enfocar bien.
El desconocido ajusta la luz para que pueda ver bien sin tener que forzar mi vista. Aunque esté sentado, sé que es alto. Ya lo he visto combatir y es impresionante... y demasiado atractivo.
—¿Steve Rogers? —Pregunto con el ceño fruncido—. ¿Qué acaso me vienes a ver por ser una ciudadana honorable? —Bufo ante eso y niego con la cabeza.
—No creo que atacar a un vengador sea algo honorable, señorita Fury —responde con seriedad.
Me pongo tensa y me siento, siendo tomada por sorpresa ante el dolor en mi costado. —¿Cómo sabes mi apellido?
Steve entrecierra sus ojos azules y se inclina ligeramente al frente en su asiento. Comienza a estudiarme con lentitud.
—¿Cómo sabes mi apellido? —Repito lentamente y extremadamente tensa. Nadie puede saber mi apellido real, por saberlo, ahora estoy aquí, poniendo a mi padre en peligro y...—. Oh Dios. Debo irme de aquí.
Aparto la manta y pongo mis pies en el suelo, pero Steve salta y pone sus manos grandes y fuertes en mis hombros, manteniéndome en la cama contra mi voluntad. —¿A dónde crees que vas? —Pregunta.
—Debo irme de aquí. No debería estar aquí, esto es un error —digo mientras le doy paso a un estado de crisis emocional y mental. Necesito salir de aquí, ahora.
—¿Por qué lo dices? —Pregunta con auténtica curiosidad. Levanto mi cabeza y me encuentro con sus ojos azules, viejos y dulces.
—Porque si me quedo aquí, todos ustedes morirán.
Dos golpes suenan en la puerta un segundo antes de ser abierta de forma silenciosa. El aire se escapa de mis pulmones y mis hombros caen.
Demasiado tarde.
—Steve. ¿Hace cuánto se despertó? —Pregunta con calma. Las manos de Steve queman mis hombros y pesan. Aprieta con suavidad antes de deslizar sus manos fuera de mis hombros y ponerlas en su cintura. Ese pequeño gesto hizo que me relajara un poco, lo suficiente para poder respirar de nuevo.
—Hace dos minutos, Nick —responde casualmente.
Dejo caer mis ojos a los zapatos de Steve, unos Lacoste negros que le sientan muy bien. Escucho a Nick cerrar la puerta con suavidad y moverse por la habitación.
—¿Qué haces aquí, Maya? —Me pregunta con suavidad.
Steve se aparta y busco qué ver para enfocarme. Bajo la vista a mis piernas cubiertas por un pantalón de entrenamiento gris oscuro que me queda un poco grande.
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Fury Avenger (Trilogía completa)
FanfictionPrimer libro Trilogía Avengers. Después de los sucesos que golpearon a la organización de héroes, S.H.I.E.L.D, Nick Fury lo último que desea es poner en riesgo más vidas -incluyendo la suya propia. Está cansado del mal que acecha al mundo, y desde...