Capítulo 22. Naylee/Brynjar

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•Naylee•

Llego al edificio de residencia con Brynjar caminando detrás mío. Subimos al piso de mi familia mientras lucho internamente contra mi ira. 

Llegamos al piso justo a tiempo. 

—¿Por qué me sigues? —pregunto. Me giro hacia Brynjar. Él cierra la puerta principal con gentileza y se mantiene en silencio.

Irritada, camino hacia mi habitación y cierro la puerta con violencia, pero esta nunca es cerrada porque Brynjar la sostiene.

—¡Deja de seguirme! —le ordeno.

Duda un segundo antes de entrar a la habitación y cerrar la puerta de forma silenciosa. Me cruzo de brazos y lo observo mientras se apoya en la puerta y me observa con atención.

Rasca su mandíbula y sostiene su barbilla con su puño, analizándome.

—Tu cabello está gris —dice después de unos minutos—. Desde ayer. 

—Sí, es que estoy malditamente feliz, sabes.

—No tienes que cerrarte, Naylee.  

—¿Para qué me sigues, Thorson? —pregunto, cansada.

—Te dije que iba a estar contigo todo el tiempo y es lo que haré. Te conozco, sé que vas a hacer algo estúpido.

—Y estás aquí para impedirlo —completo.

Asiente y se aparta de la puerta. Se sienta sobre mi cama y agarra mi almohada favorita.

—Estas últimas veinticuatro horas han sido una pesadilla —dice.

—¿Has logrado descansar un poco? —Puede que ahora sea la representación de la ira y odio, pero no quiero atacar a Brynjar. Él está igual de destrozado que yo. 

—No. Estuve ayudando en la madrugada, mientras dormías —responde y rasca su barbilla. Sostiene la almohada con ambas manos—. No quería que los Rand tuvieran que hacer algo por el funeral de su hija.

—¿Cómo es que no descansaste? —pregunto, confundida—. Cuando le hicieron la autopsia...

—Estuve ahí. No vi todo porque... —niega con la cabeza y frunce el ceño—, pero estuve ahí. Murió porque una viga la atravesó por el abdomen y su cabeza impactó el suelo con demasiada fuerza.

Mi garganta se seca.

—Fue una muerte instantánea, según Bruce —agrega, su voz tiembla un poco—. Después de eso, fui a revisar que Wade estuviera bien... Me quedé con él mientras lloraba como un niño en mi hombro; hablamos de ella, de cosas sin importancia, y luego lo dejé porque había quedado dormido.

—Estuviste toda la madrugada ayudando a las personas —señalo, me pongo frente a él—, ignorando tu dolor para aliviar el de otros.

Levanta la mirada y sus mejillas se sonrojan un poco. —No fue nada.

—¿Que no fue nada? Brynjar, ¿sabes lo mucho que creí que eras un arrogante de mierda? Creí que eras un tipo egoísta, que te movías por tus propios deseos. ¡Incluso llegué a pensar que lo del beso de Asgard fue porque tus hormonas te lo pedían a gritos! —digo y me río sin humor alguno—. Fui tan tonta.

Brynjar deja la almohada sobre la cama y me agarra de las manos. Besa ambas manos con delicadeza. —No fuiste una tonta, yo nunca te mostré mi verdadero yo.

—Dime que no eres un asesino serial y que estás aquí para matarme —pido. No es que me preocupe, puedo matar a Brynjar con facilidad. Conozco cada uno de sus puntos débiles. 

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora