Bonus | Kate Kenton

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—¿Qué te parece si vamos primero a ver a tu madre y luego a comer algo? —propone Vin. Suspiro y lo veo haciéndole ver que no estoy de acuerdo del todo.

—Primero vamos a comer y luego a ver a mamá. No estamos en los mejores términos, lo sabes —le digo.

Desde que dejé de forma definitiva mi casa, he estado teniendo ciertos problemas con mi madre, quien alega que Grant es una pésima amistad, que lo único que haré en mi vida es ser un fracaso, que no sé en lo que me estoy metiendo al dejar nuestra disfuncional familia.

Pero, desde que la dejé, soy más..., libre. Es agradable no tener que preocuparme por ser prácticamente perfecta.

—No porque sé que no querrás verla —me dice Vin. Se detiene y me agarra del brazo para evitar que siga caminando, suspiro y me detengo de mala gana—. ¿Por qué no quieres verla, Kate?

—Porque es tóxica —le digo—. Estoy harta de que me trate mal siempre que me ve y que me obligue a ser algo que no soy.

Vin me ve con los ojos que tanto amo y me agarra del otro brazo. —Nena, sabes que la familia siempre estará primero. Debes perdonar a tu madre...

—Es fácil decirlo, difícil hacerlo.

Él suspira y me abraza. Besa mi frente y acaricia mi mejilla. —Te llevo a comer solo si dejas que te lleve primero donde tu madre —propone.

Pongo los ojos en blanco. —Eres un dolor en el trasero.

Me da una sonrisa ladeada. — dolor en el trasero.

Sonrío y le doy un beso rápido en los labios.

—Terminemos con esto.

La sonrisa de Vin me confirma que he dicho lo correcto. Subimos al Elantra negro de él y comenzamos a rodar hacia Brooklyn.

Había tardado mucho tiempo en superar a Grant. Incluso acepté mi propia condición de ser su mejor amiga con tal de estar cerca de él y protegerlo, aunque sabía que yo le había hecho daño. Cuando llegué a SHIELD como huésped, supe que nunca iba a encajar en ese lugar, hasta que conocí mejor a Vincent y vi que de todas las personas ahí presentes, él iba a ser mi favorita. Él es honesto, inteligente, atractivo, dulce y sabe cómo tratarme.

Es todo lo que he necesitado todo este tiempo.

—Vi que están haciendo una exhibición de esas películas de esa saga que tanto te gusta... Uhm... ¿Cómo era que se llamaba...? —dice en cuanto cruzamos la salida de SHIELD—. Algo con un corredor. Sale este chico, Dylan O'Brien.

—El Corredor del Laberinto —le digo—. Y no es un chico, tiene cuarenta-y-ún años. Pero sigue siendo igual de atractivo.

—¿Quieres ir a verlas después de comer algo ligero?

Lo vuelvo a ver del todo, sorprendida. —¿Ver todas las películas? ¡Son cinco! Correr o Morir, Prueba de Fuego, La Cura Mortal, Virus Letal...

Vin me interrumpe.

—Eso ya lo sé. ¿Quieres que te lleve? Unas buenas horas viendo películas con chicas lindas, actores que a ti te gustan...

Me río y asiento. —Tenemos una cita.

Me sonríe y pone su mano en mi muslo. —Siempre tenemos una cita, nena.

Apoyo mi cabeza en el respaldar y veo por la ventana con una gran y estúpida sonrisa en mi rostro. 

Llegamos al centro en cuarenta minutos.

Pasamos frente el edificio en el que Grant y yo crecimos, y un nido se forma en mi garganta. Hace días que no lo veo ni le hablo, desde que dijimos que ambos estamos en una relación sentimental con otras personas, siento que las cosas se han puesto un poco tensas entre ambos. Y me duele porque no quiero perderlo.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora