Fury Avenger (Trilogía completa)

Capítulo 42. Lya

—Grant, deberías calmarte, ¿sí? —dice Kahina, irritada, mientras mi novio camina rápidamente hacia la oficina de su madre.

Estamos entrando al edificio principal, con la idea de Grant de ir a ver porqué su madre hizo que Thor viniera. En realidad, no creo que sea por algo tan malo, sí sé que Maya está buscando un nuevo aliado por el arresto de Raven y la... y lo que pasó con Wade; aunque no estoy del todo segura.

—Lya, ¿puedes hacer algo, por favor? —pide Drew, desesperado al ver que Grant no hace caso.

Me detengo y observo a mi novio caminar con paso decidido al ascensor.

Corro hacia él y salto sobre su espalda, haciendo que se tambalee y me agarre para no botarme. Rodeo su cuello con mis brazos y su cintura con mis piernas, tratando de mantenerlo quieto. Algo muy tonto, dado que Grant es casi de la estatura de Thor y yo parezco un Umpa-Loompa a su lado. Verdad sea dicha, todos somos Umpa-Loompas si nos ponemos al lado de los Rogers.

—¿Qué rayos? —se queja Grant. Me ve sobre su hombro y frunce el ceño—. Maggie, ¿qué rayos haces?

—No tienes que ser tan paranoico, Grant. Maya sabe porqué llamó a Thor. Tal vez lo hizo para preguntarle si le gustaban las chimichangas para ir a comer más tarde —digo.

El moreno arquea una ceja y bufa. —Thor se come lo que sea.

—Además —comienza Kahina—, si algo malo llegara a pasar, ellos nos avisarían...

Un chirrido espantoso hace que me suelte de Grant de un salto, llevo mis manos a mis orejas y veo alrededor, buscando la fuente del sonido. Varios Agentes gritan, molestos y sorprendidos, por el chirrido que hace que nuestros tímpanos duelan.

—¡¿Qué rayos es eso?! —grita Drew, molesto.

—¡Todos abajo! —grita la voz de Azari.

De forma instintiva, me tiro al suelo. Maldición, debí haberme traído a Will y Jem. Mierda.

El brazo de Grant se pone sobre mi espalda baja. El chirrido se detiene. Levanto un poco la cabeza para ver a todos los Agentes en el suelo.

—¿Qué es lo que está pasando? —pregunta Kahina, confundida.

—Grant —digo en un susurro. Mi novio me ve, con una clara mirada de preocupación—, necesito ir por mis katanas.

Asiente y se pone de pie con cuidado. Veo que una clase de daga de titanio sale de la palma de su mano, formándose con firmeza. Trago grueso, no es muy normal para mí ver a Grant usar sus poderes heredados.

Kahina, Drew y Azari se ponen de pie también. Igual que varios Agentes. Otros permanecen en el suelo, sin moverse...

—¡Agentes caídos! —grita un Agente, dando la alerta.

—¡Salgan de aquí! —nos dice un Agente. Agarro a Grant del brazo y comenzamos a correr hacia la salida.

Un pitido insoportable hace que me tambalee y grite por el dolor en mis oídos. Ahora, Grant es el que me lleva hacia afuera.

Salimos del edificio principal y mis oídos se recuperan.

—Rodea mi cintura con tus brazos y no te sueltes hasta que yo te avise —ordena Grant.

Rodeo su cintura con fuerza y bajo la mirada para ver cómo una clase de boogie se forma bajo mis pies y se solidifica. Sé que esto es algo que Maya le enseñó a hacer. Nos elevamos rápidamente, y veo hacia abajo, el suelo se aleja cada vez más de nosotros.

—Ahora, voy a hacer algo, pero necesito que te mantengas sujeta a mí —anuncia Grant.

—Sí, sí. No planeo soltarme y morir —digo.