—¡Mami! ¡Mami!Gimo y le doy la espalda a la voz infantil que se aproxima.
—¡Mami! ¡Mami!
Me pongo boca abajo, arrugando mis ojos cerrados y deseando solo cinco minutos más de descanso. Cinco minutos más antes de comenzar con el día ajetreado que me espera.
—¡Mami, despierta! —chilla mi hijo.
—Uhh...
—¡Mami! Tía Nat y tío Buck y Lya la Fea ya llegaron, ¡arriba, arriba, arriba! —dice.
—Cinco minutos más...
Una almohada golpea mi cabeza, haciendo que me siente de golpe y aparte bruscamente el cabello corto de mi cara. Entrecierro los ojos sobre el niño de siete años de piel morena, ojos azules, cabello castaño y con un mechón gris; su sonrisa carente de los dos dientes frontales superiores hace que mi corazón se derrita.
—¡Mami! —dice y salta en la cama, sentándose en mi regazo y besando mis mejillas, tal y como lo hace siempre que me ve.
Me río y lo abrazo con fuerza, beso sus mejillas sonoramente. —¿Cómo amaneciste?
—Con los ojos cerrados y en ayunas —dice con alegría. Torpe Nat y su torpe sarcasmo que ha sido contagiado a mi inocente hijo.
—¿No amaneciste en la cama? —le pregunto, un poco extrañada.
—No. Me caí.
Niego con la cabeza. Justo como cuando yo era pequeña y solía caerme de la cama de vez en cuando mientras dormía.
—¡Maya! —me llama la rusa.
Mi hijo se revuelve hasta bajarse de la cama y sale corriendo hacia el llamado de su tía. Suelto un suspiro largo, alcanzo mi bata y me bajo de la cama. Recorro el pasillo y escucho a Bucky decirle algo a su sobrino.
—Deja de ensuciar el buen comportamiento de mi hijo, Barnes —le digo, caminando hacia la cocina para preparar mi taza vespertina de café.
—Hey, Rogers. ¿Lista para el gran día? —pregunta él, ignorando mi orden.
—¿No puedo quedarme aquí, viendo tele-basura? —pregunto, alistando la taza.
—De ninguna mal... —Nat ve al pequeño, quien la ve con sus ojos azules llenos de adoración y curiosidad. Luego pasa su atención a la hermosa niña pelirroja que sostiene un libro. Mi mejor amiga le sonríe a su hija y ella le sonríe de vuelta—. No te vas a quedar aquí como un parásito. Tu hijo ha estado esperando este día por muchos años, y es hora de que lo complazcas.
Veo a mi hijo, quien ahora está muy enfocado tratando de contar las pestañas de Bucky. Me río ante la mueca de dolor que hace mi amigo cuando el dedo índice de su adorado sobrino entra en contacto con su ojo.
—Cariño, ten cuidado con el ojo de Buck... —le digo.
—Sí, Mami —responde—. Lo siento.
—Todo bien, campeón —le dice y despeina su cabello ondulado.
—¿A qué horas te reúnes con ellos? —me pregunta Nat. Sirvo el café y sostengo la taza con ambas manos.
—A la una. Papá quiere invitarnos a almorzar —digo.
Mi único hijo (como buen niño inquieto que es) se sienta en el suelo y comienza a dibujar. Me recuerda a su padre cuando se sentaba en el mismo lugar donde él está sentado y se ponía a dibujar por horas.
—Es idéntico a él. Claro que tiene cierto parecido a ti, pero me recuerda mucho a Steve —dice la pelirroja adulta.
—Lo es. Es un Mini Steve —digo y sonrío.
ESTÁS LEYENDO
Fury Avenger (Trilogía completa)
FanfictionPrimer libro Trilogía Avengers. Después de los sucesos que golpearon a la organización de héroes, S.H.I.E.L.D, Nick Fury lo último que desea es poner en riesgo más vidas -incluyendo la suya propia. Está cansado del mal que acecha al mundo, y desde...