Capítulo 43. Maya.

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Ver a Steve palidecer por segunda vez en el día y en menos de una hora es algo que no me alegra ni da una buena impresión.

Yo también palidezco. Ese nombre no me trae buenos recuerdos y me pone nerviosa. En Rusia, Brock Rumlow era el que me torturaba con la supervisión de Ultrón.

Llevo mi mirada a Bucky, quien tiene sus ojos viajando entre Steve y yo y Nat, se ve nervioso y molesto al mismo tiempo.

—¿Brock quiere matar a Steve? —pregunto con un hilo de voz. La idea me aterra más que mis recuerdos tortuosos.

Veo a papá, asustada. No quisiera perder a Steve por culpa del hombre que me quitó mi normalidad.

—Muchas personas quieren matar a Steve —señala Sam. Lo fulmino con la mirada y regreso mi atención a papá.

—Trataremos de hacer que los de Hydra colaboren —me promete Maria.

Niego con la cabeza. La única forma de hacer que los de Hydra colaboren, es si Hydra se los ordena. Un dolor de cabeza comienza a palpitar en la parte trasera de mis ojos y frente; tal vez el dolor es por el accidente de hace un par de horas, o tal vez sea porque Brock está apareciendo.

Paso mi mano izquierda por mi frente y cierro los ojos, sintiéndome cansada. Esto de los súper héroes con súper poderes y villanos que aparecen de sorpresa no es algo que quería en mi vida; a Steve sí, pero esto de preocuparme por la herida de Steve, nuestra boda, controlar mejor mis nuevos y extraños poderes además de ahora tener que mantener un ojo abierto al dormir gracias a la presencia fantasma de Rumlow.

Este es mi tercer día con veinte años y ya tengo mi primer dolor de cabeza veinteañero.

—¿Estás bien? —me pregunta Steve en un susurro preocupado. Su mano acaricia mi espalda, y eso me relaja una pizca.

—Sí, dolor de cabeza, nada más —respondo y aparto la mano, veo el oro centellear en mi dedo anular y trato de calmarme. Un poco más y básicamente tendré o un ataque de ira o uno de pánico.

—Thor, ¿crees que Heimdall pueda ayudar con la ubicación de Rumlow? —le pregunta papá a Thor.

Thor rasca su cabeza y asiente. —Veré qué podemos hacer.

—Mientras tanto, los planes de boda siguen en pie. Es más, sería muchísimo mejor si la boda se anticipara para evitar alguna clase de sorpresa con Rumlow —propone papá.

Suspiro y asiento. La boda sigue en pie.

¿Es lo correcto casarme con Steve cuando su vida está en peligro? ¿Está bien que nos casemos en vez de averiguar lo que está pasando realmente?

Froto de nuevo mi frente y me levanto de la silla. Steve me pone una mano en la pierna y me ve con curiosidad. —¿Te sientes bien? —me pregunta, preocupado.

Hago de tripas corazón y le sonrío, tratando de calmarlo. —Estoy bien. Necesito aire.

Steve me suelta y asiente, me da una sonrisa cansada y me deja salir. Formo puños con mis manos y me apresuro en salir de la sala para no perder la poca cordura que me queda.

Entro al ascensor y presiono el botón hacia el piso -5, la sala de comunicaciones holográficas, con la idea de comunicarme con alguien que me ayude a calmarme. Me apoyo en la pared frente la puerta y me cruzo de brazos, viendo los números descender gradualmente.

El dolor de cabeza aumenta y suelto una larga y colorida maldición. Grito maldiciones todo el camino al piso señalado, y me quedo callada cuando las puertas se abren y salgo rápidamente de la caja transportadora.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora