I Parte. Él

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Capítulo 1. Naylee

—¡Mierda! —grito, tirando el control de mi consola de videojuegos—. ¡Estúpido! ¡Tenías que girar a la maldita izquierda, no a la maldita derecha! —le grito al estúpido Connor Kenway.

—¡Lenguaje! —grita Leah. Bufo e ignoro a mi sobrina de once años, quien de seguro está leyendo.

—Torpe —dice Zoé.

—Cállate, enana —digo y me cruzo de brazos—. Este juego es una porquería total.

—Te dije que no jugaras tantos videojuegos... Ahora eres estúpida —dice Leah con voz cantarina.

—Te pegaría de no ser porque te pareces a la esposa de mi hermano —le digo—. Pero igual te puedo lanzar cosas.

Le lanzo el otro control de la consola. Sin necesidad de ver, Leah usa su poder telequinésico para desviarlo, este golpea la cama.

—¿A qué hora vienen nuestros padres? Estoy aburrida —dice la castaña rojiza, Leah.

—Dentro de un rato. Sigue leyendo —dice su gemela, Zoé.

—Pero ya me terminé el libro —dice ella.

Me pongo de pie y amarro mi cabello largo en una coleta. —Pero si lo agarraste hace treinta minutos; y es un libro de doscientas páginas —señalo. 

—Ya lo terminé. ¿Qué hago, tía? —pregunta y hace puchero.

—Oh, lee este libro, te va a encantar —digo y agarro un libro de los que Tony me regaló cuando cumplí tres años.

Zoé se pone al lado de su hermana. —¿Algoritmos? ¿Acaso odias a mi pobre hermana? —cuestiona.

Leah abre el libro. —Uh, esto es genial.

Arqueo una ceja y le doy a Zoé (la gemela castaña que se parece a mi mamá aunque no es tan linda) una mirada de victoria.

—¡Hola! —saluda mamá, abriendo la puerta principal—. ¡Ya llegamos!

Corro fuera de la habitación para recibir a mis padres. Mamá está quitándose los zapatos de tacón del trabajo, y papá carga una bolsa con comida. Conociendo la rutina, mamá agarra la bolsa antes de que me estrelle contra papá en un abrazo de oso.

Papá me abraza y besa mis mejillas mientras se ríe. —Parece que me extrañaste, Pulga.

—Son demonios, papá. Zoé y Leah son demonios —dramatizo.

—¡Abuela, abuelo! —chillan las gemelas, corriendo hacia mamá y papá. Zoé abraza a mamá, Leah corre hacia papá.

Me aparto para dejar que la pelirroja abrace a mi papá por cinco segundos. Lo suelta.

—¿Cómo se portaron, chicas? —pregunta mamá, saliendo de la cocina comiendo una galleta. 

—Bien... —dicen ambas con sonrisas inocentes idénticas. Estas gemelas me dan más miedo que Gail de mal humor.

Ambas se van con mamá a la cocina para ayudarla a acomodar la despensa.

Papá rodea mis hombros con su brazo fuerte y pesado. —¿Ya llamaste a Nick?

—Sí. Estuvimos hablando de todo. También hablé con Gail, dice que viene entre mañana o el jueves. Itzel y Sam siguen en Hungría... Y Wade llega la próxima semana, creo. Dice que me trajo algo de Australia. ¿Crees que sea un koala?

—Espero que no —dice y acomoda mi cabello—. ¿Y el entrenamiento?

—Le pateé el trasero a Athos —digo. Papá me ve con diversión, bufo—. Bueno no, pero estuve cerca. Es malditamente rápido.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora