Fury Avenger (Trilogía completa)

Capítulo 48. Lya/Grant

■Lya■

—Ya me puse el traje —le anuncio a Raven.

—Bien. ¿Lista? —dice.

Suspiro, tomo aire y exhalo.

—Lista.

—Cierra los ojos e imagínate del otro lado de la celda, afuera —me ordena.

Cierro los ojos y en mi mente formo la imagen del exterior de la celda. Me imagino el aire cálido y frío por el aire acondicionado. Abro mis ojos y pateo el aire.

Sigo en la celda.

—No funciona —digo, molesta.

—Concéntrate más —me urge.

Bufo y cierro los ojos.

Ahora, además de imaginarme el exterior de la celda, me imagino a mí misma en ese lugar. Siento el aire frío tocar mi cara, abro los ojos y suelto un chillido de emoción al estar fuera de la celda.

Corro hacia donde está Raven.

—¡Lo hice! —chillo y me detengo en su lado de la celda.

La mujer de piel azul está sentada en el suelo, y me da una sonrisa suave. —Lo lograste.

—Puedo sacarte —digo.

—No. No. No lo hagas. Ellos morirán si no te apresuras, Lya. Ve. Yo esperaré a que Maya decida sacarme. Ve y ayúdalos en la batalla —me dice rápidamente.

—Pero...

—Natalya. Vete —me dice.

Asiento. Tengo que ir por mis katanas.

—Nos vemos luego, Raven —digo.

—Adiós, linda.

Cierro mis ojos y me imagino en mi habitación.

El olor a fresas inunda mi nariz, abro los ojos y sonrío al estar en mi habitación. Corro hacia la cama y me pongo de rodillas para alcanzar mis katanas bajo la cama. Las agarro y reviso que ambas estén en orden. Me pongo de pie y las cruzo en mi espalda, como Wade las usa.

Hay algo en mi cama.

Agarro la hoja que tiene impresa una imagen, y leo las letras de abajo, escritas por Sky.

Este es el lugar.

Es una clase de planicie abandonada. Hay unos edificios abandonados que están más destruidos que de pie. Sostengo la imagen por unos treinta segundos, cierro los ojos y me imagino a mí misma en ese lugar.

Ya había perdido una hora por dudar sobre ir o no a Stamford, así que de seguro la batalla ya está muy adelantada.

Aire caliente y pesado hace que me tambalee por el gran cambio de temperatura. Abro mis ojos para ver que todos están combatiendo. Hago una revisión rápida para ver que todos estén vivos, en especial Maya.

Veo a uno de los de Hydra correr hacia mí, gritando con ira. Saco mis katanas y las meto en su abdomen.

—¡Lya! —exclama Sky, volando hacia mí. Flota alrededor mío mientras fuego sale de sus manos—. Están atacando las bases secretas de Hydra. Ponte el auricular y yo te daré las ubicaciones en las que necesitamos que ayudes, ¿sí?

Me pongo el auricular que me ofrece con rapidez y lo enciendo.

—Base secreta en Connecticut —me dice.

Cierro mis ojos y me obligo a moverme a ese lugar aunque no sepa cómo diablos es. Supongo que es frío, aterrador y oscuro. El aire cambia, envolviéndome en una nube de frialdad.