Capítulo 20. Lya

346 23 0
                                    

Mis ojos están más hinchados que cuando una avispa pica. Están rojos, mi nariz está roja... Soy un desastre andante. Es como si un Crank me hubiera mordido y estuviera en medio del cambio.

Me siento del asco.

Desde hace una semana no he hablado con Grant. Sé que está entrenando con todo lo que tiene para poder encontrar a su mejor amiga, y que Vincent se está recuperando. No he podido ir a verlo porque caí en una gripe y calentura que casi me mata, por lo que me he enterado de él por medio de Kahina y Drew, quienes han estado visitándome y tratando de hacerme sentir mejor.

No lo logran.

—¡Ya deja de llorar por Grant, Lya! —me dice Kahina, entrando molesta a mi habitación.

Fulmino con la mirada a papá, quien entra detrás de mi mejor amiga y me da una sonrisa afectada. —Sabes que no se le puede decir no a Kahina —se defiende.

Bufo y cubro mi cara con mis manos. —Vete...

—Es hora de que te levantes, Margaret —dice Kahina con firmeza, como si le hablara a una empleada—. Vincent está preguntando por ti.

—No quiero ir...

—Ya te recuperaste. Me he asegurado de que Grant no esté cerca, así que no hay problema con eso —dice ella.

Aparto mis manos y suspiro. —Pero no quiero ir a ningún lado...

—¿Vas a dejar a tus amigos porque terminaste con tu novio? ¡Si no querías sufrir, no debiste dejarlo! —me dice Kahina, molesta. Me obliga a bajarme de la cama con muy poca amabilidad.

Eso solo me hace llorar más. Cubro mi rostro con mis manos y Kahina suelta un bufido.

—¡Me rindo! —grita mi amiga—. Tú encárgate.

Mi amiga me suelta y se retira, molesta. Papá cierra la puerta.

—Lya... Sé que estás en una depresión por la ruptura, pero debes aprender a seguir adelante. No todas las personas que amas van a estar contigo siempre —dice con suavidad.

Elimino una lágrima que baja por mi mejilla y veo a otra parte.

—Eres una chica fuerte, capaz e inteligente. Debes aprender a no depender de nadie, linda —continúa, usando una voz suave que solo ha usado conmigo y con mamá—. Desde pequeña has necesitado a tu madre o a mí o a los Barton para que te ayuden con algo que tú eres capaz de hacer por ti misma, Lya.

Me atrevo a ver a papá por un momento. Se acerca a mí y pone sus manos en mis hombros. Veo el gran amor hacia mí en sus ojos, y me siento indigna de su amor. ¿Cómo puede querer a alguien que le rompió el corazón al mejor hombre en todo el mundo?

—Si eso es lo que te hace sentir mal...

Niego con la cabeza. —No es eso, papá —digo con voz lastimera.

Espera en silencio a que continúe.

—En serio me gusta Grant, mucho. Estoy enamorada de él y le dije cosas horrendas cuando él solo quiso ayudarme. Vino a ofrecerme una mano y yo se la corté. Me pidió que no lo dejara irse porque él no iba a regresar, y lo dejé irse, lo obligué a irse —digo y más lágrimas bajan por mi rostro—. Le dije que se fuera justo al día siguiente en el que me dijo que me ama. O amaba. ¡Soy tan estúpida!

Papá suspira y me ve con pena.

—Eres terriblemente estúpida, Natalya —dice. Bueno, eso no me ayuda en sentirme mejor—. Al igual que yo. Amo a tu madre y la dejé ir. Sabes que es una mujer decidida y que cuando algo está en su mente no se detiene hasta conseguirlo. Así fue con el divorcio. Me dijo que si me iba, no me iba a dejar regresar, y me fui. Las dejé.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora