Fury Avenger (Trilogía completa)

Capítulo 42. Steve.

Observo con atención la pantalla del televisor, enfocándome en ver cómo Pacquiao le gana a un boxeador cuyo nombre no recuerdo por más que lo repitan. Un gancho, dos ganchos y... knock-out. Me gustaría que la vida fuera solo de noquear a las personas que nos causan problemas y ya. Sería mejor y no habrían tantos crímenes.

—¡Steve! —chilla Maya, molesta. La vuelvo a ver a regañadientes. ¡Repetición!

Mi cabeza gira de vuelta a la pantalla. —¿Sí, amor?

La pantalla se torna negra.

Muy bien, esa es una buena forma de hacer que vuelva a verla.

—Te he estado llamando desde hace como una hora, ¿por qué no respondías? —se queja con el control en la mano y de pie en diagonal a mí.

Bueno, hace una hora estaba viendo un partido del Real Madrid y Barcelona, y estoy bastante seguro de que no la escuché llamarme. Hace una hora, ella probablemente estaba con sus amigas.

—Estaba viendo deportes —me defiendo.

Maya pone los ojos en blanco y se cruza de brazos. Mis ojos viajan hacia sus piernas largas y torneadas cubiertas por unos pantalones vaqueros celeste pálido.

—Sí, como sea. ¿Ya terminaste? —pregunta.

Señalo la pantalla con mis manos. —No es como si me hubieras dejado muchas opciones...

—Steven, sé serio.

Cáspita. Me llamó Steven. Eso es malo. ¿Qué hice ahora?

—¿Qué hice ahora? —le pregunto, asustado por su voz tan autoritaria.

—¡Es que nunca me pones atención! —se queja.

—Siempre te pongo atención, May.

—No es cierto.

—Sí lo es.

Ella entrecierra sus ojos en mi dirección, tira el control en el sofá y se deja caer a mi lado con suspiro cansado. Se acomoda y apoya su cabeza en mis piernas, viéndome desde abajo.

—Lo siento. Es solo que estoy un poco tensa con los preparativos de la boda, ¿cómo es que estás tan relajado? —me pregunta.

—Porque ustedes no me dejaron participar en nada —le recuerdo.

Es normal que las mujeres se encarguen de las cosas de la boda de una de ellas, eso lo comprendo. Y también comprendo que el novio tiene mucho que ver en la organización de la misma, pero a mí me sacaron a patadas y recibieron con brazos abiertos a Sam. ¡A Sam! ¿Qué les puede ofrecer ellas que no pueda yo? Soy más artístico que él y soy muy capaz de tomarme las cosas en serio.

—Cierto, lo había olvidado. De todos modos —dice Maya y agarra mi antebrazo derecho con sus manos—, no es como si estuviésemos haciendo mucho. Solo hablamos de mi vestido —aparta mi brazo de golpe y se sienta a mi lado—. ¡Lo que me recuerda! Tenemos que ir a la sala de reuniones, vamos a escoger el lugar en donde nos vamos a casar...

—De eso nada, Iron Girl —dice Tony entrando a la sala de entretenimiento seguido por Thor y Visión—. El lugar en el que ustedes dos se van a casar ya está escogido. Va a ser en una propiedad a mi nombre a un par de horas de la ciudad, todo rural y puro.

Maya ve a Tony con el ceño fruncido, ¿está bien pensar que se ve muy atractiva así?

—No hemos escogido el lugar, Tony —ella le dice.

Tony se encoge de hombros. —Creí que querían algo íntimo y más familiar, si se casan en la Torre, no tendrán paz.

Pongo mi mano sobre el muslo de mi pareja y ella me vuelve a ver. —Podemos decorarlo a nuestro gusto...