Capítulo 32. Grant

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Pasa un mes desde que me enteré de que voy a ser hermano mayor. Un mes en el que mamá ha estado vomitando como posesa y papá comía frituras y golosinas como si no hubiera mañana. En este mes, Maggie ha ayudado mucho a mamá con la organización de la segunda boda. Casi todas las amigas de mamá están como locas, emocionadas por el embarazo y la boda; los hombres somos los que tenemos que organizar las misiones y ponernos en peligro.

Por ejemplo, ahora mismo estoy viendo cómo una herida se cicatriza en menos de un minuto. En realidad, no fue por una misión, Bruce quería probar que tenía la misma habilidad de mamá, así que me hizo un corte en el antebrazo.

—Eso es enfermo —dice Tony, prácticamente pegando su nariz a mi antebrazo cerrándose.

—¿Mi sangre huele bien? —le pregunto.

Se endereza y acomoda su corbata. —A enfermo.

Me río y vuelvo a ver a Bruce.

—Maravilloso —susurra el doctor—. Adopaste los dones de tu madre. Eres poderoso, Grant.

—¿Más que Maya? —pregunta Sky, llena de curiosidad. Está jugando con un Cubo de Rubrik, acomoda los colores en cuestión de segundos, los desacomoda y los vuelve a acomodar. Genia.

—No tan poderoso. El don de Maya es..., impresionante.

—Apuesto a que Ultrón tuvo un platargasmo —dice Tony.

Arqueo una ceja. —Asqueroso.

—¿En serio, papá? Eso fue asqueroso —le dice Sky.

Tony pone los ojos en blanco. —No tienen sentido de humor.

Bruce se endereza y acomoda sus lentes. —Bueno, ya me has demostrado que puedes manipular el metal, cicatrizar y controlar todas las habilidades de tu madre. Ahora probaremos de nuevo las de tu padre —anuncia.

Me bajo de la camilla de un salto, expectante.

—¿Ahora qué, Doc? —pregunto.

—Vas a correr en la caminadora hasta que yo lo diga —me ordena.

Tiro mi cabeza hacia atrás. —¿De nuevo?

—La vez pasada te fuiste corriendo porque Steve te dijo que Maya vomitó —me recuerda Bruce.

—Me preocupé por mi mamá —digo a la defensiva.

—Lo que ha vomitado ahora no es nada comparado a lo que vomitó estando embarazada de ti —dice Sky con una sonrisa llena de burla.

—Camisa fuera —dice Bruce.

Comienzo a desabotonar los botones de la camisa mientras evito hacerle muecas a Bruce. Lo conozco desde pequeño y sé que odia que haga eso. 

Bruce pone unos sensores en mis sienes y frente, en mi pecho y brazos que hacen que me sienta un poco incómodo. Mi piel pica en esa zona donde los círculos están, y sé que si me rasco, Bruce va a darme un golpe en la cabeza y me dirá porqué no debo tocar los sensores.

Los golpes en la cabeza de Bruce duelen.

—A la caminadora —me ordena.

Suspiro y camino desganado hacia la máquina. —Sabes, para dar la apariencia de ser bastante amable, eres bastante mandón —le digo.

Sky se ríe y asiente. —Y eso que no estás trabajando con él para el suero... 

Me subo en la caminadora y me cruzo de brazos. —¿Y ahora?

—Vas a correr. Comenzaremos con la velocidad mínima —anuncia Bruce.

Suspiro, suelto mis brazos y comienzo a trotar.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora