II Parte. Los muertos han despertado

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CAPÍTULO 17. Lya.

Grant se deja caer a mi lado en el sofá y apoya su cabeza en mi hombro. Se apresura en agarrar mi mano derecha y entrelazar nuestros dedos. Suspira, satisfecho, y me acerca más a él.

—Papá se está poniendo al día con la ayuda de mamá y Sam. Fue muy gracioso ver cómo trataba de manejar el Comunicador Holográfico sin saber muy bien qué era —dice y se ríe. Niego con la cabeza por su malicia—. Y cuando mamá le enseñó de la nueva aplicación en la que puede encontrar lo que sea con sólo dar una descripción, a papá casi se le sale el corazón y comenzó a buscar cosas sin sentido. Buscó las llaves y le dijo a mamá que ahora no podía perderlas.

Me río y acaricio su cabeza con poco cabello. Grant prefiere mantener un corte militar para que su tono caramelo y gris de cabello no se note mucho. Es una pena que se niegue a usar el cabello más largo, eso lo haría verse más atractivo.

—Oh... Y no te imaginas con la pantalla a control de voz —dice y se pone a reír como si fuera lo más divertido del mundo. Me río por su risa grave y contagiosa, amo verlo reírse tanto. Desde que pasó lo de su disparo y casi muerte (hace una semana) nos hemos hecho más apegados. Grant me había dicho a Maya lo que le pasó al día siguiente de la llegada de su padre, y ella comenzó a investigar sobre lo sucedido.

Maya puede ser peor que Liam Neeson en Búsqueda Implacable.

Grant deja de reírse y me ve con dulzura. Últimamente me ha estado viendo mucho de esa forma, como si algo en mí lo hiciera sentirse enternecido.

—A papá le agradas mucho. Dice que en veces le recuerdas a mamá cuando eran novios. No sé a qué se refiere, pero supongo que es algo bueno —dice y me da una sonrisa suave.

—Bueno, supongo que estaré contigo por más tiempo —le digo.

Grant se endereza y me ve con el ceño fruncido. —¿Planeabas dejarme, Natalya? —pregunta.

—¿Quieres una respuesta, Jonathan? —le pregunto de vuelta.

Arruga la nariz y oculta su cara en mi cuello. —Odio ese nombre.

Me río y golpeo su espalda suavemente. —Es lindo. Te puedo decir Nathan. O Jon. O Joe. O Jona.

—Prefiero Grant.

Pongo los ojos en blanco. —Eres tan dramático.

—Así me quieres, admítelo.

Me río y lo empujo para verlo a la cara. —Egocéntrico.

—Parte de mi encanto, nena —me dice y me guiña un ojo.

—En veces eres más arrogante que Kahina —le digo.

Se encoje de hombros.

Ladeo mi cabeza y lo veo con atención. Algo lo está molestando. Generalmente, Grant es despreocupado, alegre y bromista cuando estamos juntos, pero ahora está siendo ligeramente callado, introvertido. Y el silencio es lo que delata a los Rogers.

—¿Pasa algo? —le pregunto.

—¿A qué te refieres?

—A que si pasa algo. Te ves tenso —le digo.

—No estoy tenso —espeta.

—Grant, estás entre mis brazos, estás tenso, lo siento —le digo lentamente.

Se queda en silencio y se aparta con cuidado. Pone sus codos en sus rodillas y baja la cabeza. —He estado pensado en algo, Maggie.

Su tono de voz no es bueno. Es como si estuviera a punto de terminar lo nuestro.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora