Fury Avenger (Trilogía completa)

Capítulo 39. Lya/Grant

■Lya■

Agarro mi portátil y la desbloqueo mientras Grant camina por mi habitación como león enjaulado. No puedo creerme del todo que me vaya a ayudar con lo de Wade, creí (estaba muy segura) que a mi novio en serio no le agrada el mercenario.

Por lo visto, me equivoqué.

—Tal vez si lo mandamos a Asgard el cáncer se vaya —dice.

—A Thor no le agradaría tener a un asesino en su planeta —comento.

—Cierto. ¿Y si hablamos con el Profesor X? Ese, el líder de los famosos Mutantes...

—Hombres X. Falleció, Grant —señalo.

Mi novio se detiene. —Ah, mierda.

Suspiro y dejo la portátil a un lado. Me acuesto y veo fijamente el techo.

—Si tan solo tuviéramos una forma de contactar a Stephen Strange para que nos ayude... —digo y hago un puchero.

Grant se detiene y se acuesta a mi lado. Agarra mi mano y algo hace clic en mi cerebro.

—Nos hace falta algo —susurro.

Siento los ojos de Grant sobre mí. —¿Además de la cura contra el cáncer?

Ignoro su pregunta y trato de recordar algo sobre Stephen. Recuerdo que él tomó mis recuerdos para protegerlos de Loki, y que morí para luego ser traída de vuelta con el poder de la Gema...

¿Y si...?

Me siento de golpe y veo a Grant, quien me ve confundido.

—La Gema —digo.

—¿Qué?

—La Gema-Alma. Loki la usó...

Grant niega con la cabeza. —Mamá la tiene oculta. Ni siquiera yo sé en dónde está, y eso que yo soy el portador, según Stephen —dice.

Suspiro y me pongo de pie. Grant se sienta y me ve.

—Hagamos algo: yo hablaré con Veritas para averiguar una cura para Wade, y tú te relajarás, ¿sí? —me dice. Me agarra de la cintura.

—No creo poder hacerlo con Wade muriendo —digo y pongo mis manos sobre sus hombros.

—Oye. Millones de personas están muriendo.

—Ninguna de ellas es Wade.

Hace una mueca que me demuestra que no le agrada mucho que me preocupe tanto por él. 

—No me malintetpretes, Grant. Wade es un amigo, nada más —le digo.

—Dijiste que era atractivo.

—¿Qué? ¡Nunca lo hice!

Sí lo pensé, pero no lo dije... ¿O sí?

—Da igual —suelta mi cintura y sé que está ligeramente molesto.

Me siento a horcajadas sobre él y lo abrazo.

—Estoy enamorada de ti, Grant, no de Wade. Puede que sea atractivo, pero tú eres mil veces mejor —le digo con suavidad. Beso su mejilla—. No te molestes...

Guarda silencio. Su mirada está fija en la pared detrás de mí. Oculto una sonrisa y beso su mandíbula, sabiendo que su debilidad es si beso esa parte de su rostro.

Sus manos me agarran de la cintura.

—Basta, Natalya —dice, con voz seria.

—Deja de ponerte celoso por Wade —le digo de vuelta.