La habitación es fría, y la manta que me han dado no llega a mis pies. No sé si es porque es pequeña, o porque soy alta —pero la cuestión es que mis pies están siendo atacados por el frío.Estoy siendo atacada por el frío.
Quiero llorar, pero me da miedo hacerlo, ya que creo que mis lágrimas se harían de hielo y se quedarían pegadas en mi cara para siempre. No es que me importe mi apariencia física, en especial porque sé que ahora me veo como una mierda completa, es solo que supongo que tener hielo en forma de lágrima no es tan estético como suena.
—Las heridas están cerrando muy bien —dice el Dr. Shwan, quien se ha quedado conmigo todos estos días con la idea de mantenerme vigilada—, es sorprendente.
—Se podría decir que soy una lagartija —digo y veo al adulto.
Él sonríe. —Me gusta tu sentido de humor, Nicole. Ahora, déjame revisar tu brazo, siéntate...
Obedezco su orden y dejo que inspeccione mi brazo completamente sano. Ya ha pasado una semana desde que me han secuestrado, y ya estoy al 90% de mis nulas capacidades físicas. Es increíble el que haya estado en un campeonato de artes marciales mixtas hace diez años y ahora con costos puedo moverme sin sentir cansancio.
—Perfecto. Creo que ya es hora de que te lleve con él, me dió la orden de llevarte en cuanto te mejoraras... —me dice el doctor. Asiento y me bajo de la cama con cuidado. La puerta se abre de golpe, haciendo que me sorprenda y tropiece hacia atrás, cayendo de nuevo en la cama. Shwan suspira y ve al visitante—. ¿Acaso no sabes golpear la puerta?
El visitante lo ve con frialdad y le responde en alemán. El doctor le responde de vuelta y se cruza de brazos, a lo que el visitante arquea una ceja y me vuelve a ver.
Me quedo congelada sobre la cama al verlo. Sé muy bien quién es él. Fue el compañero de Steve Rogers por años, y ahora es su enemigo principal.
El terror recorre todo mi cuerpo y veo a Shwan, rogándole con la mirada para que no deje que el Soldado del Invierno se acerque a mí.
—Él quiere que la lleve para presentarlos —dice el castaño—. Y no le importa si está mal o no, quiere verla ahora, ya ha pasado mucho tiempo.
—Soldado... —comienza Shwan.
—La voy a llevar —dice y avanza hacia donde estoy.
Retrocedo en la cama, asustada, pero el Soldado del Invierno me alcanza y me hala de las piernas. —¡No, suéltame!
Me obliga a levantarme y me agarra del brazo y cintura para sacarme de la habitación. Mis pies descalzos tocan el suelo helado, y un dolor frío recorre todos los nervios de mis piernas y llega hasta mi lóbulo frontal. Jadeo y salto sobre mis pies para alejar el dolor, pero este no cede.
—E-el piso está muy frío... —balbuceo.
—Ponte zapatos —me ordena el Soldado y me pasa mis botas. Me las pongo con dedos temblorosos y forcejeo un poco con el Soldado para que no me toque, pero él gana—. Andando.
Me hace salir de la habitación y me lleva por un pasillo iluminado con luz azul pálido. El olor a moho y sangre es insoportable, y hago mi mejor esfuerzo para no vomitar por milésima vez en esta semana. He vomitado tanto que siento que he perdido peso.
—Camina más rápido —me urge el castaño.
—Mis piernas se están congelando —digo—, no esperes a que reaccionen rápido.
—No voy a cargarte.
—No te dejaría hacerlo, a lo que sé, bien podrías ser un asesino serial —digo. Tropiezo con mis pies, él me agarra del brazo para estabilizarme.
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Fury Avenger (Trilogía completa)
FanfictionPrimer libro Trilogía Avengers. Después de los sucesos que golpearon a la organización de héroes, S.H.I.E.L.D, Nick Fury lo último que desea es poner en riesgo más vidas -incluyendo la suya propia. Está cansado del mal que acecha al mundo, y desde...