Fury Avenger (Trilogía completa)

Capítulo 8. Naylee

Me voy a morir.

No por las palabras del personaje muy serio que se escapó de Los Simpsons, sino porque en serio siento que me voy a morir.

Apenas soy consciente de Brynjar sacándome del edificio principal y llevándome hacia el edificio de residencias. Ni siquiera lo escucho mientras me dice algo sobre no sé qué.

Ni siquiera me quejo de que me vaya a llevar a Asgard. No señores y señoras lectoras, no me quejo de eso.

Lo que va a hacer que me muera entre los próximos segundos es la mano de Brynjar sobre la mía. ¿O es la mía sobre la suya?

—¿Puedes ingresar el código? —me pide.

Asiento e ingreso el código en el ascensor.

Sigue sosteniendo mi mano. Sigue sosteniendo mi maldita mano. ¿Por qué lo sigue haciendo? ¡¿Por qué?!

Subimos al piso donde nos quedamos de forma temporal y entramos. Me dejo caer en el sofá, soltándome del agarre de Brynjar. Casi me arrepiento de haberlo dejado, ya que mi mano ahora se siente fría.

Lo escucho suspirar y camina hacia la cocina.

Siento un nudo formarse en mi garganta. Un nudo que se formó cuando me terminé de leer la saga Covenant; un nudo que se formó al leer el trágico desenlace de la Trilogía Divergente. Es el tipo de nudo que hace que mis ojos ardan y las lágrimas quieran salir de mis ojos.

—Mierda, no —susurro y llevo mis manos a mis ojos, tratando de contener las lágrimas.

No voy a llorar. No voy a llorar. No. Voy. A. Llorar.

Maldición, estoy llorando.

Me giro sobre mi derecha, pero el estúpido sofá parece correrse adrede y caigo en el suelo. Gruño y me acomodo sobre mi espalda, siento cómo las lágrimas humedecen mi cara y se deslizan a mis sienes.

—¿Naylee? —me llama Brynjar. Lo escucho suspirar y siento cómo se pone de cuclillas a mi lado—. Estoy bastante seguro de que el sofá es más cómodo que el suelo.

Me río, aunque sale más como un sollozo.

—Ven, arriba —dice. Siento sus manos agarrando mis brazos y me pone de pie con facilidad. Me niego a apartar mis manos de mi cara sonrojada por las lágrimas, pero Brynjar usa su fuerza (de forma gentil) y aparta las manos de mi cara—. Naylee...

Bajo la cabeza, avergonzada. Es la primera vez que me ve llorar. 

Estúpidas lágrimas.

Lo escucho suspirar de nuevo y suelta mis manos para rodearme con sus brazos. Mi cuerpo se tensa por completo y mis brazos se quedan sin reacción alguna. Una de sus manos sostiene mi nuca y la otra rodea mi cintura y espalda.

De forma muy estúpida, levanto mis brazos y rodeo su cintura estrecha mientras oculto mi cara en su pecho.

—Tranquila, Naylee... Está bien estar asustada —dice con voz suave.

—Nunca antes me habían dicho algo tan horrendo —sollozo.

—Lo sé. He estado en la mayoría de las cosas que te han dicho, y nada se compara con esto —comenta.

—Voy a morir.

—Te llevaré a Asgard, ahí estarás a salvo. Padre... Padre de seguro pondrá a varios de sus caballeros para que te mantengan protegida.

—¿Qué si no quiero ir a Asgard?

—Entonces me temo que vas a morir aquí... Y no queremos que eso pase —me dice con cautela.